6 formas originales de combinar fresas en tus ensaladas de primavera

Las fresas no solo aportan color y sabor a tus ensaladas, también te invitan a jugar con texturas, contrastes y nuevas combinaciones. Aprovecha que están en plena temporada y experimenta con ellas: desde mezclas clásicas hasta combinaciones más atrevidas.
La primavera es sinónimo de fresas. Rojas, jugosas y llenas de sabor, estas frutas conquistan cada año nuestros postres... pero también tienen un lugar privilegiado en platos salados.
¿Las has probado en ensaladas? Su combinación de dulzor y acidez es ideal para equilibrar sabores, aportar color y darle un toque especial a cualquier plato frío. Aquí te propongo algunas ideas para inspirarte y sacarle partido a este producto de temporada.
1. Con queso de cabra y frutos secos: la pareja infalible
Una de las combinaciones más clásicas (y efectivas) es la de fresas con queso de cabra. El dulzor ácido de la fruta contrasta a la perfección con el sabor potente y cremoso del queso. Añade unos frutos secos como nueces o almendras para aportar textura crujiente y tendrás una ensalada redonda. Puedes usar una base de canónigos, rúcula o mezclum para que el conjunto gane en frescura.
Una buena muestra es esta ensalada con diente de león y fresas, donde el amargor de las hojas contrasta con el dulzor de la fruta de forma deliciosa.

2. Con pollo a la plancha y aguacate: un plato completo
Si buscas una ensalada que funcione como plato principal, esta es tu opción. Las fresas funcionan muy bien con proteínas suaves como el pollo, sobre todo si lo has marinado con toques cítricos. Añadir aguacate aporta cremosidad y grasas saludables, mientras que las fresas dan el contrapunto fresco y ligero. Es ideal para una comida rápida, nutritiva y de temporada.

3. Con espinacas baby y vinagreta balsámica: simple y elegante
La combinación de fresas con espinacas baby es visualmente atractiva y muy equilibrada en sabor. Esta mezcla funciona de maravilla con una vinagreta a base de vinagre balsámico, aceite de oliva y un toque de miel o mostaza. Añadir unas semillas de calabaza, sésamo o chía puede darle un toque final muy interesante. Ideal para servir como entrante en comidas de primavera.
El resultado es una ensalada nutritiva, colorida y perfecta para la primavera. También puedes inspirarte en esta ensalada de berros con fresas y piñones, una propuesta sencilla pero muy sabrosa.

4. Con queso azul y pera: contraste de sabores
Si te gustan las combinaciones potentes, prueba a mezclar fresas con queso azul. Su sabor fuerte se suaviza con la acidez de la fresa, y si sumas unas láminas de pera o manzana, el resultado es aún más armónico. Esta combinación queda genial sobre lechugas neutras como la hoja de roble o la batavia. Añade unos picatostes o semillas y tendrás una ensalada llena de matices.
5. Con tomate y albahaca: versión ensalada caprese
Puede sonar atrevido, pero las fresas encajan muy bien en versiones frescas de la ensalada caprese. Sustituye parte del tomate por fresas y juega con el contraste dulce-salado. Acompaña con mozzarella, unas hojas de albahaca fresca y un chorrito de aceite de oliva virgen extra. Es un giro inesperado que sorprende y conquista, perfecto para cenas ligeras o entrantes diferentes.

6. Con quinoa y pepino: frescura en cada bocado
Para quienes buscan una ensalada saciante pero ligera, la combinación de fresas con quinoa cocida es ideal. El pepino aporta frescura, la fresa un punto dulce y la quinoa textura y proteínas vegetales. Añade un toque de menta o hierbabuena picada y tendrás un plato perfecto para llevar en tupper o servir en reuniones veraniegas.

Las fresas no solo aportan color y sabor a tus ensaladas, también te invitan a jugar con texturas, contrastes y nuevas combinaciones. Aprovecha que están en plena temporada y experimenta con ellas: desde mezclas clásicas hasta combinaciones más atrevidas.
A veces, solo hace falta una fruta para transformar una ensalada básica en un plato memorable. Y tú, ¿ya has encontrado tu combinación favorita con fresas?