Dale vida a tu decoración de Halloween con este fantasma en columpio

Utiliza el tablón de madera ya cortado y marca dos puntos a cada lado para pasar la cuerda. Con el taladro y una broca para madera, haz los agujeros con cuidado procurando que queden alineados.

Corta dos trozos de cuerda del mismo largo y enrolla un poco de cinta aislante en los extremos para evitar que se deshilachen. Después, pásalos por los agujeros del tablón y haz nudos firmes por debajo para asegurar la base.

Puedes usar cuerda de yute o cáñamo si quieres darle un toque más rústico y natural.

Utiliza una bola de corcho blanco como base para la cabeza.

Clava en la parte superior un trozo de alambre o gancho, que servirá para colgarlo después del columpio.

Recorta un cuadrado de tela o sábana vieja y colócalo sobre la bola, dejando que caiga de manera natural para formar el cuerpo del fantasma.

Haz un pequeño orificio en la parte superior y pasa el alambre por él para mantener la tela sujeta.

Recorta dos círculos de fieltro negro o goma EVA para los ojos y pégalos con silicona caliente o pegamento textil.

Si quieres, puedes añadir también una pequeña boca o variar la expresión para hacerlo más divertido o terrorífico.

Marca en el techo o en la superficie donde vayas a colgar tu fantasma los puntos de sujeción y coloca unas alcayatas resistentes.

Pasa la cuerda del columpio por las alcayatas y comprueba que el columpio queda equilibrado antes de continuar. Llega el momento más divertido: coloca el fantasma sujetando el alambre por la alcayata central, de forma que quede suspendido justo encima del columpio.

A continuación, une las dos cuerdas con un nudo firme -puedes hacer un nudo marinero o de doble vuelta- para que quede bien sujeto y equilibrado.

Ajusta la altura y comprueba que el fantasma se balancea con facilidad.

Con el fantasma ya colgado, aplica un poco de silicona caliente para fijar la tela al hilo o a la cuerda, de modo que no se mueva con el viento ni pierda la forma.

Después, pega los ojos que habías recortado en goma EVA o fieltro negro sobre la parte frontal de la cabeza. Colócalos a la altura que prefieras para darle una expresión simpática o traviesa.

¡Y listo! Ya tienes tu fantasma columpiándose, una decoración divertida y fácil que dará un toque mágico y espeluznante a cualquier rincón.