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Los conejos son unos fantásticos animales de compañía. Son tranquilos y cariñosos. Es normal que nos surjan dudas sobre sus cuidados, porque no tenemos tanta información sobre ellos como la tenemos sobre perros y gatos. Para poder darle a tu conejo los mejores cuidados es importante saber cómo duermen y qué condiciones tiene que tener su jaula para garantizarle el mejor descanso.
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Hogarmania, 6 de octubre de 2022
Lo primero que debemos saber es que los conejos son animales crepusculares, lo que significa que el amanecer y el anochecer son sus momentos de mayor actividad. En la naturaleza, esas son las horas en las que salen a comer, jugar y socializar con los otros peludos.
Entonces, ¿cuándo duermen los conejos? Utilizan las horas centrales del día y la medianoche para descansar. Se introducen en sus madrigueras, donde cuentan con un poco de luz tenue, y descansan. Aunque, al ser animales con muchos depredadores, no duermen demasiadas horas. Se mantienen alerta la mayor parte del tiempo.
Este comportamiento lo vemos sobre todo en conejos salvajes, aunque con el paso de los años y la domesticación de estos animales esto puede cambiar.
Son desconfiados al principio, por lo que hasta que se acostumbren a su hogar, pueden llegar a dormir con los ojos abiertos, para mantenerse alerta. Según se vaya adaptando irá durmiendo mejor. Los conejos duermen con los ojos cerrados cuando se sienten 100% cómodos en su entorno. Lo habitual es que duerman de 6 a 8 horas diarias, o 10 incluso, si se sienten completamente tranquilos y seguros.
En nuestros hogares, los hábitos de los conejos pueden variar bastante, porque al no sentir el peligro constante son capaces de relajarse, dormir más y cambiar ciertos hábitos. Pero su instinto sigue presente, por lo que debemos asemejar su espacio seguro al de los conejos salvajes.
Hay que tener en cuenta la iluminación. Para dormir a tu conejo deberás colocar su jaula en un lugar con una luz tenue, porque una excesiva iluminación no le permitirá descansar.
Por otra parte, la completa oscuridad tampoco es recomendable, ya que el animal tendrá más dificultades para ver con claridad su entorno y, si no es capaz de vigilar los alrededores, puede sentirse inseguro y estresado (cuando eso sucede, puede que se ponga a morder la jaula). Lo mejor es asemejar lo máximo posible la iluminación a la que tendría en su madriguera.
Esta decisión dependerá de la ubicación de la jaula en el hogar. Si se encuentra dentro de la casa y la temperatura se mantiene estable, un nido o casita para conejos dentro de la jaula es suficiente para que el animal duerma en ella sin pasar frío.
Además, lo más recomendable es ofrecer al conejo una luz tenue mientras descansa, como la que entra de forma natural por la ventana. Tapando la jaula, especialmente si lo haces con una manta o sábana gruesa, estarías impidiendo el paso tanto de luz como de aire, por lo que tampoco existiría una buena ventilación. En cuanto a la iluminación, no es recomendable tapar la jaula porque la oscuridad completa puede generarles estrés.
El caso en el que sí deberías tapar la jaula del conejo es cuando se encuentre al aire libre. Estos peludos son sensibles a los cambios bruscos de temperatura, además, las lluvias o granizadas pueden hacerles enfermar. Durante los meses de invierno, convendría tapar la jaula, pero con algunas condiciones. Debes mantener una buena ventilación siempre y no llegar a crear una oscuridad completa.
En caso de que dispongas de una conejera o corral grande con una zona cubierta y otra al aire libre, debes llenar el espacio interior de heno, viruta o paja, creando así una especie de nido o madriguera artificial.
En caso de que las condiciones de temperatura e iluminación de la jaula de tu conejo sean adecuadas y no necesites taparla, te damos algunos consejos para garantizar la comodidad de tu mascota.
Ahora que ya sabes que no siempre es necesario tapar la jaula del conejo por las noches, es fundamental que pase varias horas al día fuera de ella y que haga ejercicio. Lo más recomendable es proporcionar un espacio de la casa exclusivo al conejo para que pueda entrar y salir de la jaula a su gusto.