La floración de los distintos tipos de rosales va de primavera a otoño, siendo los meses de verano los más intensos en cuanto a floración.
A continuación, os damos las claves a tener en cuenta para poder disfrutar de todos ellos en su máximo esplendor.
Mantenimiento de los rosales en verano
1. Exposición
Por lo general, los rosales necesitan de una exposición soleada, con un mínimo de exposición de 4 horas de sol aunque hay variedades que admiten la penumbra como las gallicas, damascenas y albas.

2. Riego
Durante la floración es importante un riego abundante para que la planta mantengan la floración, tendremos en cuenta que en verano las altas temperaturas harán que sea necesario un mayor riego.
Además ese riego deberá ser a primera hora de la mañana o a última, nunca en las horas centrales del día.
3. Abono
El abono, aunque principalmente se debe realizar en los meses de primavera, en verano también podemos realizar abonados para mantener los nutrientes esenciales para el rosal. Utilizaremos un tipo de abono especifico para este tipo de arbustos.
Alcolchado o mulching: tipos y variedades de acolchados según las necesidades
Para retener la humedad, es aconsejable crear una capa de mulch o acolchado con corteza de pino.
4. Cuidado con las plagas
Con respecto a enfermedades y plagas, los ataques en verano son comunes a otras plantas: mosca blanca, pulgón,... En zonas húmedas es posible que surjan puntos negros en las hojas.
En todo caso, un abonado adecuado en primavera, dará a la planta la fuerza y vigor para resistir cualquier tipo de plaga.
La variedad de rosales es muy amplia, debido a la gran hibridación. Se pueden encontrar rosales de múltiples colores y tonalidades desde el blanco, al lila, rojo, hasta el azul. Y las intensidades del más pálido al más intenso.
Variedades de rosales y plantación
Disfruta de los meses de verano con el color de los rosales en plena efervescencia, su luminosidad y su fragancia agradable y sútil.