Paso a paso
Paso 1
El primer paso consiste en realizar una buena elección del rosal que vamos a plantar. Al escogerlo debemos fijarnos en que la mata esté bien etiquetada con el nombre de la variedad, así, si desconocemos las características o los cuidados que requiere, podremos buscar la información necesaria.
Paso 2
También deberemos fijarnos en los tallos: deben ser lo más gruesos posible y estar recubiertos de cera por parte superior para que, una vez cortados, no se sequen. A través de esa cera, las yemas germinarán y empezarán a brotar.
Paso 3
Un ejemplar de rosal que nunca debemos comprar es aquél que traiga poca tierra o aquél que a pesar de estar encerado y con sus yemas germinadas, se encuentre debilitado y sin hojas.
Paso 4
Vamos a comenzar el proceso de plantación. Lo primero que haremos será colocar unos trozos de tejas en el fondo de una maceta, para facilitar el drenaje, y llenar la maceta con tierra abundante.
Paso 5
Después, aunque la tierra ya venga abonada, añadiremos abono especial para rosales a base de guano, un compuesto natural que ayudará a que los rosales crezcan perfectamente.
Paso 6
A continuación, removemos bien la tierra, hacemos un hueco en el centro y metemos el cepellón. Luego, repartimos la tierra y presionamos.
Paso 7
Como aún tendremos que esperar un mes hasta que empiecen a salir las primeras flores, decoraremos la base de la maceta plantando unas prímulas o flores de San José de color lila.
Paso 8
Para acabar, regaremos evitando así las bolsas de aire. Tened en cuenta que los cuidados de los rosales son muy sencillos: hay que podarlos bastante al llegar el invierno y abonarlos a menudo con abono específico para rosales, así nos aseguraremos una abundante floración.