El chaleco es una prenda muy versátil que combina con casi todo y se adapta a cualquier tipo de cuerpo. Se lleva sobre camisetas ceñidas, con o sin mangas, camisas, vestidos o incluso en solitario.
Hogarmania, 30 de julio de 2015
Ropa
El chaleco es una prenda muy versátil que combina con casi todo y se adapta a cualquier tipo de cuerpo. Se lleva sobre camisetas ceñidas, con o sin mangas, camisas, vestidos o incluso en solitario.
Hogarmania, 30 de julio de 2015
Para conseguir un estilo formal lo más común es llevarlo con una camisa por debajo, pero para un look más moderno e informal se puede recurrir a cualquier prenda que combine adecuadamente con el color, la textura y el corte del chaleco.
Hay muchos modelos diferentes. El más versátil y fácil de combinar es el chaleco corto, que cubre sólo el pecho y se lleva muy ceñido. Admite todo tipo de combinaciones: con pantalones vaqueros, faldas y vestidos, sobre camisas, tops y camisetas.
Los modelos más sobrios y sencillos, como los chalecos de sastre, pueden vestirse con unos pantalones o una falda de traje para un estilo formal y sofisticado, pero también se pueden conjuntar con unos jeans para un look más desenfadado. Estos son los más apropiados para aquellas mujeres de cintura ancha, pues ayudan a disimularla. Los más barrocos, que incluyen estampados, bordados, lentejuelas o encajes, deben combinarse con prendas sencillas que no sobrecarguen el conjunto y permitan que el chaleco destaque.
Otro tipo que puede aportar mucha personalidad al vestuario es el chaleco tipo smoking, muy elegante combinado con unos pantalones negros de traje y camisa blanca, y muy festivo para acudir a una cena o una celebración por la noche, sobre todo si es de raso o tiene brillos.
Los chalecos largos son ideales para llevar con jeans, leggins o pantalones pitillos, y pueden ir complementados por un cinturón.
Los tejidos de los chalecos pueden ser muy variados: de paño, de pana, de algodón... Los confeccionados en piel y pelo sintéticos son muy favorecedores, sobre todo para las más delgadas, y además resultan muy cálidos en las temporadas más frías. Los chalecos de tela vaquera por su parte son muy fáciles de combinar y muy apropiados para la primavera y el verano.
La variedad también se encuentra en los colores y las texturas. En este aspecto, hay chalecos lisos, estampados, de rayas¿ aunque el más recurrido es el liso en color negro. A la hora de combinarlo es muy importante tener en cuenta el color y la textura de la ropa para hacerlo correctamente. Si el chaleco es liso, sin dibujos, se puede llevar con un top estampado, pero en caso contrario, habrá que llevarlo con una camiseta sencilla y sin adornos.
Por otro lado, según el corte, el chaleco puede llevarse ajustado o amplio, suelto o abrochado. Para lucirlo de la forma tradicional se puede llevar entallado, de color neutro, sobre una camisa. En verano, una opción es llevarlo de colores llamativos con unos shorts o una mini falda vaquera.