¿Vas a instalar un depósito de agua de lluvia? No cometas estos fallos
Consejos clave
Errores más comunes al instalar un depósito de agua.

Instalar un recuperador de agua de lluvia es una solución eficaz para reutilizar el agua, disminuir el consumo y aprovechar al máximo los recursos naturales.
El agua pluvial no solo te servirá para regar tus plantas y cuidar tu huerta, sino que también te permitirá realizar tareas de limpieza de manera más sostenible.
Si estás considerando instalar un recuperador de agua de lluvia, presta atención a estos cinco errores comunes que podrían complicar tu proyecto ecológico.
5 errores que debes evitar al instalar un depósito de agua de lluvia
Error 1: Elegir un lugar inadecuado para el depósito
Uno de los errores más comunes al instalar un depósito de agua es elegir un lugar inapropiado.
Además de contar con un espacio libre suficiente, debes evaluar la estabilidad del suelo, ya que el peso del depósito lleno puede ser considerable. Para evitar que se vuelque, que se pierda agua o que ocurran accidentes, el depósito debe colocarse sobre una superficie nivelada y estable, preferiblemente un suelo de hormigón o una losa compacta.
Por tanto, además de situarlo bajo una canaleta para recoger el agua, es fundamental valorar tanto el espacio disponible como la estabilidad del suelo.
Error 2: No calcular bien el tamaño del depósito
Antes de elegir un depósito de agua, debes valorar cuánta agua utilizarás en el día a día. Si lo vas a usar para regar el jardín, calcula aproximadamente 15 litros por metro cuadrado. Si lo usarás para lavar la ropa, ten en cuenta que una lavadora suele consumir entre 40 y 60 litros de agua por ciclo de lavado.
Esto es especialmente importante porque, si compras un depósito demasiado grande y no usas toda el agua, esta se estancará, lo que puede atraer insectos y favorecer la aparición de algas en el interior.

Error 3: No filtrar el agua de lluvia antes de almacenarla
Aunque limpies el techo con regularidad, el agua de lluvia puede contener contaminantes como polvo, excrementos de aves o hojas. Por eso, es fundamental filtrar el agua antes de almacenarla. Si no instalas un filtro, estos contaminantes pueden acumularse en el depósito, lo que puede hacer que el agua no sea adecuada para ciertos usos, como el riego.
Error 4: Olvidar el mantenimiento y limpieza del depósito
Es fundamental realizar un mantenimiento regular del sistema recolector de agua. De lo contrario, el agua puede contaminarse con hojas, insectos, polvo o microorganismos.
Un mantenimiento básico incluye limpiar las canaletas aproximadamente cada tres meses, revisar y limpiar los filtros con regularidad, y colocar rejillas protectoras que impidan la entrada de hojas e insectos al depósito.
Error 5: Ignorar las normativas locales sobre uso de agua de lluvia
Por último, otro error a evitar es no informarse sobre las regulaciones y normativas locales relacionadas con la captación y uso de agua de lluvia. En algunas zonas, pueden existir restricciones, requisitos de instalación o normas sobre el uso del agua recolectada, especialmente si se va a emplear para consumo humano o riego.
Consultar con las autoridades locales o con expertos del sector antes de instalar un recolector puede evitar multas o problemas legales.

¿Para qué se puede utilizar el agua de lluvia recogida?
- Riego de jardines y huertos: el agua de lluvia es ideal para regar plantas, flores y cultivos. Puedes conectarle una manguera o instalar un sistema de riego por goteo directamente al depósito para optimizar su uso.
- Limpieza doméstica y exterior: también resulta útil para lavar el coche, limpiar suelos, cristales, terrazas o herramientas de jardín, reduciendo así el uso de agua potable.
- Llenado de estanques o fuentes decorativas: al aprovechar el agua pluvial para estos fines ornamentales, evitas el desperdicio de agua potable.
- Descarga de inodoros: si se filtra adecuadamente, esta agua puede utilizarse en las cisternas del WC, lo que contribuye a un menor consumo de agua en el hogar.