Karlos Arguiñano revela el menú de cumpleaños que pediría si llegara a los 103 años
Menú de fiesta
Platos para celebrar más de un siglo de vida
Cumplir años siempre es una de las fechas más especiales. En el último programa de Cocina Abierta con Karlos Arguiñano, el popular y carismático cocinero televisivo confesó cuál sería su menú de cumpleaños número 103.
La confesión surgió a raíz de la petición de una de las seguidoras más longevas del programa, quien le pidió a Arguiñano que preparara lomo de cerdo con nueces.
La espectadora cumplirá 103 años en breve y, animado por su mensaje, Karlos Arguiñano reveló cuál sería su menú ideal para celebrar esa edad.
El primer plato no tuvo que pensarlo mucho. Una sopa de ajo. No solo porque sea un clásico de su recetario, sino porque fue el plato que sirvió en el menú de su boda.
No es la primera vez que recuerda con cariño aquel momento frente a las cámaras. Ya había contado que con esta sopa sorprendió a su suegra.
Como relató alguna vez, ese día su suegra -que era pescadera- había preparado una mesa llena de cigalas, mientras él apareció orgulloso con su sopa de ajo. ‘¡Ay, qué novio se ha echado mi hija!’, recuerda entre risas. ‘Ahora como mucha más sopa de ajo que cigalas’, ha confesado en más de una ocasión.
La sopa de ajo, hecha con pan sopako, ajos, pimentón y caldo, es uno de esos platos de cuchara que resumen su filosofía de cocina.
No necesita adornos, solo tiempo y buen producto. Y como él mismo suele decir, ‘con cuatro ingredientes bien usados se puede hacer un plato de diez’.
Para el segundo plato de cumpleaños, Arguiñano no dudó ni un segundo: ocho kokotxas de merluza al pilpil. Una receta de la cocina vasca por excelencia, jugosa, elegante y llena de técnica.
Las kokotxas, esa parte gelatinosa que se encuentra bajo la barbilla del bacalao o de la merluza, se cocinan lentamente hasta que la salsa emulsiona con su propia gelatina.
Arguiñano lo explicó como quien ya saborea el plato. Unas buenas kokotxas al pilpil, bien ligadas… eso sí que es un lujo.
No es extraño que esté entre sus preferidos, pues lo ha preparado infinidad de veces en televisión.
Además, siempre ha compartido trucos y consejos para que los menos expertos logren el punto perfecto de la salsa pilpil. Desde cómo hacer salsa pilpil con una batidora hasta el error más común, relacionado con la temperatura del aceite.
Y, por supuesto, no podía faltar el brindis. Para acompañar este menú especial, el cocinero elegiría una copa de txakoli K5, el vino blanco con denominación de origen vasca que tanto le gusta. ‘Y con eso, que el señor me espere’, bromeó con su habitual sentido del humor.
K5 es la bodega fundada por Karlos Arguiñano en Aia, Gipuzkoa, y actualmente dirigida por su hija Amaia Arguiñano. Rodeada de viñedos y con vistas al mar, produce un txakoli con Denominación de Origen Getariako Txakolina, elaborado con uva hondarrabi zuri, una variedad autóctona del País Vasco.
Es un vino blanco seco, con buena acidez y notas frescas que encajan bien con la cocina local, especialmente con pescados o mariscos.
Un menú sencillo y muy ‘Arguiñano’ porque se tratan de recetas tradicionales y sabores reconocibles. Una sopa con mucho sabor y con ingredientes -como él mismo suele decir- de andar por casa.
Quizá ahí resida el secreto de su vigencia, la razón por la que tantos siguen viéndolo cada mediodía, cucharón en mano, hablando de comida como quien habla de la vida misma.
Así que, puestos a imaginar, ¿cuál sería tu menú de cumpleaños ideal? ¿Una receta tradicional hecha en casa o una cena en ese restaurante que siempre te hace feliz?