Alitas de pollo guisadas, receta del plato completo y reconfortante

Las alitas de pollo guisadas son una receta tradicional, sencilla y reconfortante, perfecta para el día a día.
Las alitas quedan tiernas y jugosas, y las patatas absorben el sabor del caldo, formando una salsa ligera y sabrosa.
Para preparar un guiso con mucho sabor, añade una pastilla de Avecrem Pollo Gallina Blanca, elaborado con pollo de corral, verduras y aceite de oliva virgen extra.
Sigue el paso a paso para preparar una comida completa de una forma muy sencilla.
Raciones
4
Coste
Bajo
Dificultad
Fácil
Preparación
10 m
Cocinado
50 m
Tiempo total
60 m
Ingredientes
- 8 alitas de pollo
- 1 pastilla Avecrem Pollo Gallina Blanca
- 1 cucharada de aceite
- 1 cebolla
- 600 g de patatas
- 1 litro de agua
- 2 cucharadas salsa de tomate concentrado
- 3 dientes de ajo
- 100 ml de vino blanco
- Cebollino para decorar

Elaboración de las alitas de pollo guisadas paso a paso
1. Sofríe los ingredientes
Comienza cortando las alitas de pollo por la articulación y retira la punta si no la vas a usar.
Pela y pica la cebolla en juliana fina para que se cocine rápidamente y se integre bien en el guiso. Pela los dientes de ajo.
Pela, lava y chasca las patatas.En una cazuela amplia, añade una cucharada de aceite y caliéntalo a fuego medio. Añade los dientes de ajo y la cebolla. Cuando estén ligeramente dorados, añade las alitas y dóralas ligeramente para sellar la carne.

2. Cocina todo el guiso
Una vez que las alitas estén doradas, añade el vino blanco. Sube el fuego y deja que el alcohol se evapore durante 2-3 minutos. Incorpora la salsa de tomate, las patatas chascadas, el litro de agua y la pastilla de Avecrem Pollo Gallina Blanca. Remueve bien para integrar todos los ingredientes.Tapa la cazuela y cocina a fuego medio durante 35-40 minutos, removiendo de vez en cuando para que no se pegue.

3. Sirve las alitas de pollo guisadas
Una vez finalizada la cocción, apaga el fuego y espolvorea el cebollino fresco picado por encima justo antes de servir.
Consejos para preparar unas alitas de pollo guisadas perfectas
Sella bien las alitas antes de guisarlas
Dorar las alitas al principio, antes de añadir el líquido, ayuda a crear una base de sabor más intensa. Si al dorarlas se pegan a la sartén, espera unos segundos más: cuando estén bien selladas, se despegarán fácilmente sin romperse. No tengas prisa, que tomen color por todos los lados.
Dale sabor al guiso
Para conseguir un guiso sabroso, el secreto es enriquecerlo con Avecrem Pollo Gallina Blanca, elaborado con pollo de corral, verduras y aceite de oliva virgen extra. Utiliza Avecrem para cocinar todos tus platos y gana en sabor.

Usa patatas 'chascadas' para engordar el caldo
Rompe las patatas en lugar de cortarlas limpias. Así sueltan más almidón durante la cocción y el guiso queda más ligado. Comprueba el punto de cocción de las patatas pinchando una con un cuchillo.
Debe estar blanda, pero sin deshacerse.
Controla el grosor del caldo
Si quieres una salsa más espesa, destapa los últimos 10 minutos de cocción para que el líquido reduzca. Si queda muy espesa, añade un chorrito de agua caliente.Deja reposar 10 minutos antes de servirComo muchos guisos, mejora si reposa unos minutos antes de servir: la salsa se asienta y el sabor se redondea.
Con qué acompañar las alitas de pollo guisadas
Este plato es completo por sí mismo, pero si deseas acompañarlo, puedes servirlo con una ensalada de lechuga y cebolla, para darle un toque fresco a tu comida. Las alitas de pollo guisadas también combinan muy bien con un poco de arroz blanco o de cuscús, para aprovechar la salsa.No dejes de untar en el caldo con un buen pan casero.
Cómo conservar las alitas de pollo guisadas
Las alitas de pollo guisadas se pueden conservar perfectamente durante varios días si se siguen unas pautas básicas de higiene y almacenamiento.
Al tratarse de un guiso con caldo y patata, es importante evitar la proliferación de bacterias y mantener su sabor y textura.Una vez que el guiso esté completamente frío, guárdalo en un recipiente hermético.
Es recomendable usar recipientes de vidrio o plástico sin BPA con tapa, bien cerrados, para evitar que el alimento absorba olores del frigorífico. Este guiso se mantendrá en buenas condiciones hasta 3 días en la nevera a una temperatura de 4 °C o inferior.
Si sabes que no lo vas a consumir en las siguientes 24 horas, guarda las porciones en envases individuales para facilitar el recalentado.
Este plato también se puede congelar, aunque hay que tener en cuenta que las patatas pueden cambiar de textura al descongelarse (pueden volverse algo harinosas o blandas).
Congela porciones separadas y etiqueta el envase con la fecha de preparación. Lo recomendable es que no esté más de 2 meses en el congelador.
Para recalentar, puedes hacerlo en una cazuela a fuego lento con la tapa puesta, removiendo con cuidado para no romper las patatas ni las alitas. También puedes usar el microondas, calentando a potencia media en intervalos cortos y mezclando entre medias.
Si ves que el guiso ha espesado demasiado al enfriarse, añade unas cucharadas de agua o caldo caliente al recalentarlo para devolverle una textura más jugosa.