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Ropa y tejidos

Cómo planchar cuellos y puños

Siempre se plantean situaciones en las que, por mucho que lo tientes, no tienes tiempo de planchar la blusa o la camisa que necesitas. La única salida consiste en hacer una pequeña trampa. Bastan tres minutos para enchufar la plancha, montar la tabla y planchar el cuello y los puños. ¡Déjate la chaqueta puesta y nadie se dará cuenta!

Antes de empezar

  • Acomoda la tabla. Comprueba que la has puesto a la altura de la cadera.
  • Fija la temperatura. Comprueba que la has puesto a la adecuada para el tejido que quieres planchar y espera a que la plancha alcance esta temperatura.
  • Ten todo a mano. Tal vez necesites un pulverizador con agua para estirar las arrugas persistentes.

Paso a paso

Extiende el cuello sobre la tabla de planchar y pasa la plancha por el interior. Dóblalo por el pliegue natural y plancha el exterior, sobre todo a lo largo de la doblez. Pon el hombro de la camisa sobre el extremo de la tabla y plánchalo en dirección a la manga; dale la vuelta a la camisa y plancha la otra pieza del hombro de igual forma.

Comprueba que los puños están desabotonados, extiende uno sobre la tabla con los botones hacia abajo y plancha el interior con la punta de la plancha. Dale la vuelta y plancha el exterior del puño. Evita el planchado de la zona de la manga y de los botones del puño, ya que podrían derretirse. Repite con el otro puño.

Trucos adicionales

  • Plancharás las camisas más rápido si están ligeramente húmedas. En el caso de que estén resecas, rocía con el vapor de la plancha o con un pulverizador.
  • Para planchar los frunces, coloca la plancha sobre la abertura de fruncido y desliza la punta hacia arriba.