Sus grandes flores perfumadas son onduladas y pueden ser de distintos colores: azules, rosas, rojas, blancas, naranjas... Para disfrutar al máximo del excelente aroma que desprenden, es conveniente situar las plantas cerca de una zona de estar o de paso.
Paso a paso
Paso 1
Para cultivar el guisante de olor a partir de semillas, llenaremos unos tiestos con substrato de semilleros, que es ideal para la producción de plantas, tanto por semillas como por esquejes. Sembraremos 3 o 4 semillas en cada recipiente a mediados de otoño, en zonas relativamente templadas y, a finales de invierno, en los lugares más fríos. En poco tiempo éstas comenzarán a germinar. Para favorecer su desarrollo, es aconsejable poner las semillas a remojo 24 horas antes de echarlas a tierra.
Paso 2
Las hojas de esta planta son compuestas, tienen dos folíolos, de forma elíptica y están provistas de zarcillos. Se trata de unos órganos largos y delgados que sirven a la planta para agarrarse a las guías.
Paso 3
Cuando los guisantes de olor hayan alcanzado 8-10 cm aproximadamente, haremos una composición con otras plantas de temporada, en este caso, con unas petunias. Escogemos el contenedor que más nos guste y lo llenaremos con un sustrato universal, de calidad, que ahuecaremos con las manos hasta que la tierra quedé totalmente suelta.
Paso 4
Con la tierra ya preparada, plantamos los guisantes de olor en la parte central del recipiente. Nosotros nos hemos decantado por unos guisantes de olor con flor azul.
Paso 5
A continuación, colocaremos unas petunias con flores rosas, que combinarán muy bien con el azul de las flores del guisante, en todo el perímetro de la maceta. Esta planta es muy utilizada para adornar macizos, macetas o jardineras.
Paso 6
Como el guisante de olor es una planta trepadora, colocaremos unas ramas de sauce que, además de decorar, guiarán las plantas durante su crecimiento. Cuando los guisantes cojan volumen y florezcan, el centro que obtendremos será espectacular. Conviene situarlo en un lugar poco soleado y mantener el sustrato húmedo para que éstos florezcan de forma continua.