Clorofila, características y curiosidades de una molécula clave para el desarrollo las plantas

La clorofila da el pigmento verde y mucho más a las plantas.
La clorofila da el pigmento verde y mucho más a las plantas. | Pexels (sohail nachiti)

Aunque parece solo un pigmento verde, la clorofila es un elemento clave para el mundo vegetal, que esconde muchas curiosidades sorprendentes.

¿Alguna vez te has preguntado por qué las plantas son verdes? Detrás de esta cuestión tan representativa del mundo vegetal, hay un protagonista muy especial: la clorofila, el pigmento verde que le da la vida (literalmente) a nuestras plantas.

La clorofila esconde curiosidades muy interesantes, así como la forma de las plantas para asimilar diversos elementos y procesos por los que deben pasar para un correcto funcionamiento de su sistema.

A continuación, te contamos todo lo que no sabías (y que te encantará saber) sobre la clorofila, una molécula vital.

1. Su importancia en la fotosíntesis

La principal función de la clorofila es la fotosíntesis, un proceso donde las plantas convierten la luz solar, el agua y el dióxido de carbono en glucosa (energía) y oxígeno.

La clorofila actúa como una especie de panel solar natural: absorbe la energía del sol y la transforma en alimento.

De esta forma, si los humanos tuviéramos esta habilidad, podríamos vivir con poco más que tomar el sol.

La clorofila no es solo el pigmento verde que da vida y color a las plantas. Es una molécula esencial, versátil e imprescindible en la alimentación y el desarrollo del mundo vegetal.

Alocasia u orejas de elefante recibiendo luz.
Alocasia u orejas de elefante recibiendo luz. | Pexels (Agnieszka Palmowska)

2. Existen varios tipos de clorofila

Aunque siempre hablamos de la clorofila, en realidad existen varios tipos, siendo las más comunes la clorofila a y la clorofila b. La clorofila a es esencial para la fotosíntesis, mientras que la b actúa como su ayudante, absorbiendo luz en longitudes de onda diferentes.

Esta combinación permite que las plantas aprovechen mejor la luz del sol, haciendo que se desarrollen y crezcan fuertes y sanas.

3. La clorofila también existe fuera del reino vegetal

¿Sabías que no solo las plantas poseen clorofila? Algunas bacterias y algas también disponen de esta molécula. De hecho, ciertos organismos unicelulares marinos usan clorofila para generar oxígeno, convirtiéndose en responsables de una gran parte del aire que respiramos.

Un ejemplo de esto es el fitoplancton, un grupo de microorganismos que son la base de la red alimentaria de gran parte de los ecosistemas marinos.

4. El verdadero porqué de que las plantas sean verdes (te sorprenderá)

La razón por la que las plantas son verdes es porque la clorofila no absorbe la luz verde.

Este pigmento capta principalmente las longitudes de onda rojas y azules, y refleja el verde, que es el color que llega a nuestros ojos.

De esta forma, las plantas son verdes porque rechazan ese color.

5. Se descompone en otoño (y por eso vemos hojas rojas y amarillas)

Cuando llega el otoño, las plantas comienzan a descomponer la clorofila, lo que permite que salgan a la luz otros pigmentos como los carotenoides (amarillos) y las antocianinas (rojos). Este es el motivo por el que las hojas de muchos árboles cambian de color en esta temporada, convirtiendo los paisajes otoñales en parajes amarillos, anaranjados y rojizos.

6. Beneficios de la clorofila para la salud humana

La clorofila también es un elemento beneficioso para la salud del ser humano. Se le atribuyen propiedades desintoxicantes y antiinflamatorias, además de otros factores positivos relacionados con el consumo de vegetales de hoja verde.

El ser humano y la flora compartimos características.
El ser humano y la flora compartimos características. | Pexels (cottonbro studio)

7. Una estructura sorprendentemente parecida a la hemoglobina

Esta es una de las curiosidades más sorprendentes de la clorofila: Su estructura química es muy similar a la de la hemoglobina (la proteína de la sangre humana que transporta oxígeno).

La diferencia clave es que la clorofila tiene magnesio en su núcleo, mientras que la hemoglobina tiene hierro.

Esta cuestión deja claro cómo, siendo completamente diferentes, el ser humano como animal y mamífero también comparten características estructurales con la flora.

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