Plantado en el suelo, el rábano picante o rábano de caballo no tarda en convertirse en una planta invasiva, aunque la puedes domesticar cultivándola en maceta. Compra la raíz desnuda en primavera o, ya hacia finales de temporada, la planta joven.
Plantar rábanos picantes en maceta
Para plantar las raíces, llena una maceta con compuesto universal, practícale unos agujeros hondos y verticales con un plantador y coloca ahí el fragmento de raíz madre de modo que la parte superior quede a unos 5 centímetros por debajo de la superficie del sustrato. En una maceta de 30cm puedes plantar hasta tres fragmentos de raíz. Cúbrelos con compuesto y riégalos bien. Con su follaje salpicado de blanco, la Amoracia rusticana es mucho más vistosa que las especies de hojas verdes comunes.
Rejuvencer las plantas
Cuando las recolectes, en otoño, aprovecha para realizar una poda rejuvenecedora. Vuelca la maceta y conserva la mitad de la delgada raíz blanca y replanta la otra media en sustrato nuevo. Esto la revitalizará en primavera y producirá fronda de hojas nuevas.
Conservación de las raíces
Es preferible utilizar el rábano picante fresco pero, si tienen un excedente, ata las raíces y consérvalas en una bandeja cubiertas de arena húmeda. Guarda la caja en un lugar fresco, oscuro y protegido de las heladas. También puedes pelar y rallar las raíces y secarlas en el horno.