El secreto japonés para conseguir unas castañas asadas irresistibles en casa

El arte de asar castañas en Japón es conocido con el nombre de ishi-yaki, una tradición milenaria en la que se combina técnica y sabor. Un método donde se emplean sencillas e ingeniosas herramientas, obteniendo unas castañas perfectamente cocidas, con una textura deliciosa y un aroma inconfundible. Un truco de cocina japonés que ahora puedes replicarlo en tu propio hogar. ¿Estás preparado?
¿Y en dónde reside en el secreto? Las castañas se asan sobre piedras pequeñas ya calientes en una sartén perforada. Me explico. Las piedras distribuyen el calor de forma uniforme a través de este tipo de sartén, evitando que las castañas se quemen y ofreciendo una cocción del todo perfecta.
Un método gracias al cuál se pueden añadir condimentos como miel, sal e incluso, polvo de wasabi para obtener un toque de sabor único.
Ishi-yaki: el arte japonés de cocinar con piedras calientes
En realidad el ishi-yaki es una técnica culinaria tradicional de Japón en la que los alimentos se cocinan sobre piedras calientes que son utilizadas como una fuente de calor.
Un método milenario que destaca por su eficiencia, simplicidad y capacidad a la hora de realzar y potenciar los sabores naturales de los ingredientes cocinados.
A pesar de que comúnmente se emplea para preparar castañas asadas, también se pueden cocinar otros alimentos como mariscos, pescados, verduras, setas, etc.

¿Cuál es su origen?
Literalmente el término ishi-yaki significa en japonés cocinar con piedras. Un ancestral método gastronómico que se empleaba tanto en los hogares como a la hora de elaborar la comida callejera.
Estas piedras, que se han calentado previamente en una superficie metálica o directamente al fuego, retienen el calor necesario para que los alimentos incorporados se cuezan lenta y uniformemente.
Conclusión
Una técnica efectiva y sencilla con la que disfrutarás de unas irresistibles castañas asadas, elaboradas con un tradicional toque japonés.
Y consigue así transformar tu cocina en un auténtico rincón de otoño nipón.