España abre la puerta a la producción de nuevos aceites vegetales

Después de más de 40 años sin cambios, España por fin ha adaptado su normativa de aceites vegetales para poder producir más variedades. Una petición reiterada por el sector que ya ha sido aprobada.
El Consejo de Ministros ha aprobado una nueva norma de calidad para los aceites vegetales comestibles que sustituye a la anterior reglamentación técnico-sanitaria, vigente desde 1983.
Esta esperada actualización responde a una demanda histórica del sector agroalimentario, que reclamaba un marco legal adaptado a las prácticas actuales de producción y a las nuevas demandas de los consumidores.
Después de más de cuatro décadas sin cambios significativos, la nueva normativa moderniza el marco legal, mejora la competitividad de la industria española y refuerza la protección del consumidor.
Además, contribuye a armonizar el mercado nacional con el entorno europeo, permitiendo el uso de nuevas materias primas y técnicas de producción hasta ahora no reconocidas legalmente en nuestro país.
El nuevo texto legislativo ha sido desarrollado con un alto grado de consenso entre las autoridades competentes de las comunidades autónomas y los representantes del sector, y representa un importante avance hacia una industria más moderna, competitiva y transparente.
Nuevas materias primas: del aguacate a la nuez
Uno de los cambios más relevantes de la nueva norma es la apertura del reconocimiento legal a nuevas materias primas vegetales para la elaboración de aceites comestibles. Hasta ahora, la legislación solo permitía el uso de ocho aceites refinados: soja, girasol, cacahuete, algodón, germen de maíz, colza, cártamo y pepita de uva.
Esta limitación suponía un claro obstáculo para la innovación y colocaba a la industria española en una clara desventaja frente a sus competidores europeos.Con la reforma, se autoriza la producción de aceites vegetales a partir de cualquier fruto o semilla autorizada para uso alimentario en la Unión Europea.
Esto abre la puerta a aceites elaborados con materias primas como el aguacate, la nuez, el sésamo o la chía, que ya se utilizan ampliamente en otros países y tienen una creciente demanda por sus propiedades nutricionales.

Reconocimiento de los aceites de presión
Otro de los avances más destacados de la nueva normativa es la inclusión por primera vez de los aceites vegetales obtenidos mediante procedimientos mecánicos, conocidos como aceites de presión.
Estos aceites se elaboran sin intervención de disolventes químicos ni refinado industrial, lo que permite conservar mejor el aroma, el color y el sabor natural del fruto o la semilla.
Este reconocimiento beneficia a productores artesanales, pequeños transformadores y a consumidores interesados en productos menos procesados. Además, responde a una tendencia creciente del mercado hacia alimentos de mayor calidad sensorial y nutricional.
Etiquetado más claro y exigente
La nueva norma también introduce mejoras significativas en el etiquetado de los aceites vegetales. A partir de ahora, todos los envases deberán identificar claramente si el producto es un aceite de presión o un aceite refinado.
En el caso de las mezclas, será obligatorio indicar si alguno de los componentes ha sido sometido a un proceso de refinado.Además, se permite la inclusión de menciones voluntarias como 'alto oleico' o 'medio oleico', siempre que estén justificadas por la composición del producto.
La norma introduce nuevos parámetros y métodos de análisis para evitar fraudes, garantizar la autenticidad del producto y proteger al consumidor.
Estas medidas van en línea con una demanda creciente por parte del consumidor de mayor transparencia en la información alimentaria, y permitirán diferenciar con más claridad entre distintas calidades y procesos de elaboración.
Protección de la denominación 'virgen' y 'virgen extra'
La nueva norma mantiene una clara diferenciación entre los aceites vegetales y los aceites de oliva, cuyos estándares de calidad ya fueron regulados en 2021.
La nueva norma preserva el uso de las denominaciones 'virgen' y 'virgen extra' exclusivamente para los aceites de oliva, tal y como establece su normativa específica, de manera que no podrán aplicarse estas designaciones a ningún otro aceite vegetal.
Del mismo modo, se prohíbe la mezcla de aceites vegetales con aceites de oliva, una medida que garantiza la pureza del producto y protege al consumidor de posibles confusiones o fraudes.