Los mejores quesos para hacer una auténtica pizza italiana

¿Quieres saber cuáles son los quesos más utilizados en las pizzerías italianas? Desde el rey indiscutible, la mozzarella, hasta el gorgonzola, el parmigiano o el provolone. Descubre qué características les hace tan especiales y cómo los incorporan a sus pizzas los maestros pizzeros.
La pizza es uno de los alimentos más populares de la cocina italiana, con origen en Nápoles, ha conquistado el corazón del mundo entero. Y entre sus especialidades hay un ingrediente estrella que no suele faltar, ¡el queso! Y no uno cualquiera.
Una pizza italiana auténtica se caracteriza por usar quesos tradicionales que aportan la combinación perfecta de sabor y textura. Y un claro ejemplo es la pizza quattro formaggi, la tradicional pizza cuatro quesos, que combina una variedad de quesos italianos para conseguir más o menos intensidad como mozzarella, gorgonzola, fontina, y parmigiano o provolone.

El secreto del queso de los pizzeros italianos
Hacer pizza con queso en casa como un auténtico maestro pizzero italiano tiene su truco. Uno de los principales errores que hace que el queso no se derrita bien es utilizar un queso bajo en grasa o versiones light. Los mejores quesos para derretir son los que tienen mayor contenido en grasa y humedad como la mozzarella (especialmente la de búfala y la de vaca o Fior di Latte). Estos quesos tienen un alto contenido de agua, por eso, debes escurrirlos bien antes de usarlos. Otros tipos como provolone, fontina y gorgonzola también se funden bien, ¡prueba una mezcla de estos quesos!
Otro de los grandes errores es poner demasiado queso. El consejo de los maestros pizzeros es no abusar de la cantidad y distribuirlo de manera uniforme. Además, es mejor rallarlo que utilizar trozos grandes, ya que se funde de forma más rápida y uniforme.
También es importante añadir el queso en el momento adecuado. Aunque generalmente se incorpora antes del horneado para que se derrita junto con la masa y la salsa, si usas quesos muy grasos o delicados (como el gorgonzola), suelen agregarse al final para evitar que se quemen o se vuelvan grasosos.
Además, otro gran error es hornear la pizza a baja temperatura. Uno de los secretos de las pizzerías italianas son sus hornos de leña, que pueden alcanzar temperaturas de 400-500°C y distribuyen el calor de manera uniforme. A estas temperaturas la masa se cocina rápidamente y el queso se derrite de manera en minutos, sin perder humedad ni quemarse. Por eso, en casa, deberás precalentar el horno a una temperatura alta (entre 250°C y 280°C).
Los quesos más utilizados en las pizzerías italianas
¿Quieres saber qué quesos italianos no faltan en las mejores pizzerías? ¡Te lo descubro aquí! Su nombre, cómo son y cómo se utilizan.
Mozzarella
La mozzarella di bufala, hecha con leche de búfala, tiene una textura suave y cremosa, con más sabor y un toque más ácido que la mozzarella de vaca, más rica en grasas y con mayor humedad. ¿Cómo usarla? Viene en bolas, generalmente se corta en rodajas o se desmenuza. Es ideal para añadir a la pizza antes del horneado. Si es muy húmeda, se recomienda escurrirla bien para evitar que la pizza se vuelva aguada. La mozzarella di bufala se derrite de manera cremosa y suave, lo que es una elección perfecta para pizzas como la Pizza Margherita.
La Fior di Latte es una variedad de mozzarella hecha con leche de vaca. Es más suave y menos húmeda que la mozzarella di bufala, pero se derrite de forma similar y tiene un sabor más delicado. Al igual que la mozzarella di bufala, se corta en rodajas o trozos pequeños. ¿Cómo usarla? Se añade a la pizza antes del horneado. Es la variedad más común en pizzerías italianas para obtener la mejor pizza sin soltar demasiada humedad.

Parmigiano-Reggiano
Es un queso duro, envejecido por al menos 12 meses, con un sabor umami muy intenso, salado y ligeramente dulce. ¿Cómo usarlo? Suele utilizarse rallado fino y se añade después del horneado. Por su intensidad de sabor se espolvorea sobre la pizza caliente, lo que realza el sabor sin interferir con los otros quesos.
Pecorino Romano
Este queso es más salado y picante que el parmigiano-reggiano, ya que está hecho de leche de oveja. Aporta un sabor fuerte ideal para darle un toque más profundo a la pizza. ¿Cómo usarlo? Rallado o en láminas finas, se añade después del horneado. Como el Parmigiano, se espolvorea en la pizza ya terminada.

Provolone
Es un queso semi-duro, que puede tener un sabor suave o ligeramente picante dependiendo de su maduración.De textura más cremosa y un sabor más intenso que la mozzarella. ¿Cómo usarlo? En lascas o rallado, se añade a la pizza antes del horneado. Se derrite bien, por lo que es perfecto para combinar con otros quesos o usar en pequeñas cantidades.
Gorgonzola
Es un queso azul italiano, con una textura suave y un sabor fuerte y picante. ¿Cómo usarlo? En trozos pequeños o lascas. Se puede añadir antes o después del horneado, dependiendo de la intensidad de sabor que se busque. Si se incorpora antes del horneado, se derretirá y suavizará su sabor, y si se pone después, mantendrá su carácter más fuerte.
Fontina
Es un queso semi-blando con un sabor suave pero algo más cremoso y terroso. Se derrite muy bien, aportando una textura cremosa a la pizza. ¿Cómo usarlo? Rallado o en trozos pequeños, se añade antes del horneado, ya que se derrite perfectamente y aporta una textura suave y elástica.
Ricotta
Un queso fresco, suave y cremoso con un sabor delicado y ligeramente dulce. No se derrite como otros quesos, pero aporta una textura rica y cremosa. ¿Cómo usarlo? En cucharadas o pequeñas porciones distribuidas sobre la pizza. Se puede añadir antes del horneado en pequeñas cantidades, o después del horneado para que mantenga su suavidad y cremosidad. Ideal en pizzas blancas (sin salsa de tomate) o combinada con espinacas.

Burrata
Es un queso fresco hecho de mozzarella y crema. Por fuera tiene una capa de mozzarella que contiene en su interior una mezcla cremosa de hilos de mozzarella y crema, lo que la hace suave y untuosa. ¿Cómo usarlo? Entera o en porciones grandes, se añade a la pizza después de sacarla del horno, cuando todavía está caliente. El calor residual ayudará a que la burrata se ablande y su interior cremoso se extienda suavemente sobre los ingredientes.
Funciona muy bien en pizzas con ingredientes frescos como rúcula, jamón crudo (prosciutto) o tomates cherry, que también se añaden después del horneado.