Croquetas de pollo y jamón

Si hay algo en lo que (casi) todos nos ponemos de acuerdo a la hora de hablar de comida es que si hay croquetas, hay felicidad. Pocas recetas de aprovechamiento han tenido tanto éxito como ellas. En la actualidad hay croquetas de todo tipo, hasta incluso dulces como estas croquetas de arroz con leche de Karlos Arguiñano, pero nosotros vamos a hacer unas croquetas de lo más tradicional.
Raciones
4
Coste
Bajo
Dificultad
Fácil
Preparación
25 m
Cocinado
45 m
Tiempo total
1 h 10 m
Si te gustan las croquetas de pollo, no te pierdas esta versión a la que le añadimos carne de jamón para darle un toque aún más sabroso y que enriquecemos con una pastilla de Avecrem pollo de Gallina Blanca, que le aporta ese toque especial a todos tus guisos.

Ingredientes
- 1 cebolla
- 100 g de carne de jamón
- 200 g de pollo
- 75 g de harina de trigo
- 500 ml de leche
- 1 pastilla de Avecrem pollo
- Pan rallado
- Huevo batido
- Aceite de oliva virgen extra
- Pimienta al gusto
- Perejil
Paso a paso para elaborar las croquetas de pollo y jamón
En primer lugar, picamos la cebolla y reservamos. Haremos lo propio con la carne de jamón y con la pechuga de pollo, que dejaremos en trocitos muy pequeños.
Calentamos el aceite en una cazuela para pochar la cebolla, a la que añadimos ambas carnes picadas. Removemos y mezclamos para que se vayan dorando. Una vez que tengan cierto color, añadimos la harina y volvemos a mezclar bien.
Una vez que la harina haya desaparecido por completo, vertemos la leche y volvemos a remover para mezclar. Dejamos reposar a fuego medio durante 20 minutos hasta que la mezcla se espese.

Para darle un toque de sabor rico, rico, añadimos la pastilla de Avecrem pollo desmenuzada y volvemos a remover para distribuirla bien. Condimentamos con pimienta al gusto, aderezamos la mezcla con perejil picado, y volvemos a remover hasta que el sazonado se distribuya por completo.
Sacamos la bechamel a una fuente de vidrio y la tapamos con film pegado a ella. Dejamos reposar durante 4 horas a temperatura ambiente y una vez transcurrido ese tiempo, la metemos en la nevera durante 24 horas.
Batimos los tres huevos en un bol y reservamos.
Sacamos la bechamel de la nevera, le quitamos el plástico y desmoldamos en una tabla de madera con ayuda de una espátula. Espolvoreamos harina por encima hasta que quede toda la superficie cubierta y cortamos con un cuchillo hasta formar pequeños cuadrados. Volvemos a espolvorear harina sobre la masa cortada para empezar a dar forma a las croquetas.
Con ayuda de la harina, vamos dando forma alargada a cada uno de los pequeños cuadrados que habíamos cortado y las vamos colocando en una fuente. Una vez hemos dado formas a todas las croquetas, pasamos una a una por el huevo batido y las empapamos bien.

Una vez sumergidas en el huevo, las pasamos por pan rallado hasta que se cubran por completo. Ponemos el aceite de oliva en el fuego y cuando esté bien caliente, freímos las croquetas. Cuando estén bien doraditas, las sacamos a una fuente y servimos. Sabemos que será difícil, pero ¡espera a que se enfríen para hincarles el diente!