Pollo con judías verdes, el guiso de fantasía de Karlos Arguiñano

Para mí, los guisos son puro sabor a tradición, a esos platos cocinados a fuego lento que nos traen recuerdos y saben a gloria una vez servidos. Karlos Arguiñano nos soluciona la comida con un guiso de pollo con judías verdes, una receta casera imprescindible para disfrutar en familia. Como él mismo dice, es perfecta para compartir. Y atención al majado que hace con almendras y pan tostado para darle espesor al guiso, ¡una auténtica maravilla!
Raciones
1
Coste
Bajo
Dificultad
Fácil
Las recetas con pollo siempre son muy resultonas, porque te salen bien al primer intento, incluso si no tienes mucha destreza en la cocina. Además, es una carne muy noble que a veces podemos encontrar a buen precio. Y si le añades judías verdes a un guiso de pollo, tendrás un plato muy completo. Así que, si las ves en el súper, no dudes en comprarlas.
También conocidas como vainas, son perfectas para platos tradicionales como la ensaladilla rusa o unas judías verdes a la andaluza y también son comunes en salteados con otras verduras o con jamón. También se pueden consumir frías en ensaladas, cortadas en tiras o enteras si son finitas. Lo único que no debes hacer es comerlas crudas, ya que resultan indigestas.
Ingredientes (para 4 personas)
- 4 muslos de pollo troceados
- 300 g de judías verdes
- 1 cebolleta
- 1 tomate maduro
- 2 dientes de ajo
- 12 almendras
- 1 rebanada de pan
- 125 ml de vino blanco
- 300 ml de caldo de verduras
- aceite de oliva virgen extra
- Sal
- pimienta
- Perejil
Cómo hacer el guiso de pollo con judías verdes
1. Dora los trozos de pollo
Calienta 4-5 cucharadas de aceite en una tartera (cazuela amplia y baja). Salpimienta los trozos de pollo, introdúcelos en la tartera y dóralos bien. Retíralos a una fuente y resérvalos.

2. Corta las judías verdes
Retira las puntas de las judías, córtalas en trozos de 3cm y resérvalas.

3. Rehoga el tomate
Corta la cebolleta en daditos e introdúcela en la tartera. Sazona y cocínala a fuego medio durante 5-6 minutos.
Corta el tomate por la mitad, rállalo e introdúcelo en la tartera. Cocina la mezcla a fuego medio durante 4-5 minutos. Vierte el vino blanco, y dale un hervor fuerte para que se evapore el alcohol.

Introduce el pollo (con los jugos que hayan soltado) y las judías. Vierte el caldo, sazona, tapa la tartera y guisa el pollo a fuego medio durante 20 minutos.

4. Haz el majado crujiente para dar espesor al guiso
Calienta una sartén con un par de cucharadas de aceite.
Pela los dientes de ajo, lamínalos y añádelos a la sartén. Añade las almendras y el pan cortado en dados. Fríe los ingredientes hasta que se tuesten. Escurre, ponlos en el mortero y májalos hasta que queden reducidos a una pasta.

Añade la pasta al guiso, tapa la tartera y guisa todo durante 5-10 minutos más.

Sirve y decora los platos con unas hojas de perejil.
Trucos y consejos para hacer un guiso de pollo con judías perfecto
Este guiso sin el majado estaría muy rico, pero si le agregas, conseguirás que su sabor se intensifique y que espese el caldo.
Cómo escoger el pollo para preparar un buen guiso:
El muslo de pollo tiene más sabor y es más jugoso que la pechuga. Así que toma nota. Además, se puede comprar deshuesado o sin deshuesar y tienen 2 partes bien diferenciadas.
- Contramuslos del pollo: Formados por la parte superior de la pata por encima de la articulación de la rodilla. Esta es la parte más cercana al cuerpo del pollo.
- Jamoncito de pollo: Son la parte inferior de la pata por debajo de la articulación de la rodilla.
Diferencias entre un guiso y un estofado
Puede que no sepas exactamente qué es un guiso o lo confundas con un estofado. Básicamente, un guiso es una preparación donde los alimentos se rehogan primero con un poco de aceite y en sus propios jugos a baja temperatura, y luego se cocinan en un líquido, como caldo, salsa o agua. Esto da como resultado un plato con un sabor intenso y jugoso.
Por otro lado, un estofado, aunque parecido, se diferencia porque todos los ingredientes se cocinan juntos en sus propios jugos, generalmente en un recipiente cerrado para evitar que se escape el vapor. Son dos técnicas diferentes que nos recuerdan a la cocina casera de nuestras madres y abuelas, cocinadas a fuego lento.