Buñuelos de boniato

Receta de Eva Arguiñano de buñuelos de boniato espolvoreados con canela y miel, un dulce tradicional muy fácil de preparar.
Raciones
30
Coste
Bajo
Dificultad
Fácil
Preparación
30 m
Cocinado
25 m
Tiempo total
55 m
Ingredientes (30-40 unidades):
- 250 gr. de boniato
- 125 gr. de harina de repostería
- 5 gr. de levadura seca de panadería
- 2 cucharadas de azúcar
- 1/2 cucharadita de canela
- 2 cucharadas de miel
- agua
- aceite de oliva virgen extra
- hojas de menta
Elaboración de la receta de Buñuelos de boniato:
Pela los boniatos, trocéalos y ponlos a cocer en una cazuela con agua durante 25 minutos aproximadamente. Escúrrelos y reserva 3 cucharadas del agua. Coloca los boniatos en un bol y aplástalos con un tenedor hasta que queden reducidos a puré.
Agrega la harina al bol y mezcla bien. Diluye la levadura en el agua reservada y añade. Mezcla bien hasta que todos los ingredientes queden perfectamente integrados. Añade media cucharada de azúcar y mezcla. Tapa con film de cocina y deja que repose como mínimo durante 30 minutos.
Pon a calentar abundante aceite en un cazo a fuego medio. Coge pequeñas porciones con una cuchara, pásalas por un poco de aceite para que no peguen y fríelas en el aceite. Escúrrelas sobre un plato forrado con papel absorbente.
Calienta un poco la miel. Mezcla el resto de azúcar con la canela y espolvorea los buñuelos. Salpica con la miel si deseas y decora con una hoja de menta. Sirve los buñuelos de boniato.
Consejo:
Al utilizar levadura de panadería es imprescindible dejar fermentar la masa por lo menos durante 30 minutos, aunque mejor si la dejamos fermentar 1 hora o más.
Información nutricional de la receta:
Este postre es apto para las personas con colesterol, ya que la única grasa que tiene es la del aceite de oliva, grasa que ayuda a prevenir las enfermedades del corazón.
Este postre nos aporta los hidratos de carbono necesarios para que tengamos energía y buen ánimo.
Además, este postre nos proporciona sustancias de efecto antioxidante potenciando nuestras defensas frente a todo tipo de enfermedades.
Es un claro ejemplo de que los postres caseros son buenos para la salud siempre que seamos comedidos con el tamaño de la ración.
