Tapar vetas, agujeros e imperfecciones de la madera con pintura poco cubriente

Yolanda Alzola nos enseña los trucos imprescindibles para conseguir una superficie lisa y uniforme al pintar paredes o frisos de madera.

La pintura es muy chivata… y deja ver todas las imperfecciones que puede tener la superficie donde estamos trabajando.

En esta ocasión, nos encontramos con un friso de madera, al que hemos aplicado la primera capa de esmalte azul celeste, que deja entrever las vetas y nudos de la madera y, sobre todo (y menos estético de todo): las puntas de la clavadora.

Solucionar este problema es muy sencillo, sólo necesitaremos masilla, una lija y aplicar algunas capas más de pintura para conseguir el color deseado y que no transparente.

¡Aquí te dejamos la decoración completa!

Transformar una sala en un dormitorio infantil sencillo y acogedor con friso azul

Yolanda Alzola estrena esta nueva temporada renovando una pequeña sala para convertirla en una habitación infantil acogedora y sencilla, ¡no te pierdas el proceso!

Cómo conseguir una superficie impecable con pintura

Herramientas y materiales

• Para pintar el friso :
• Pintura para madera
• Paletina
• Rodillo pequeño

Herramientas y materiales

• Para solucionar las imperfecciones :
• Masilla para emplastecer
• Lija
• Trapo

Paso 1

Aplicamos la primera capa sobre el friso. Es posible que, aunque la pintura sea monocapa, al estar trabajando sobre unas lamas de madera verticales esta se transparente y deje ver todas las imperfecciones.

Paso 2

Después de la primera capa, aplicamos masilla (siguiendo las instrucciones del fabricante) en cada huequito para conseguir una superficie uniforme.

Paso 3

Lijamos las zonas donde hemos aplicado la masilla. Este proceso se llama emplastecer. Después de pasar la lija, limpia la superficie con un trapo para que no quede ningún resto o viruta y la pintura no haga grumos.

Paso 4

Una vez limpia y uniforme, aplica la segunda capa de pintura. Si ves que con dos capas no consigues el color deseado, ¡no tengas miedo en aplicar otra más! Con tonos amarillos, por ejemplo, es común tener que aplicar tres o cuatro manos.