En muchas ocasiones no nos queda más remedio que fregar los cacharros a mano. ¿Vemos cómo nos organizamos?
ÍNDICE DE CONTENIDOS
Hogarmania, 6 de junio de 2013
Objetos
En muchas ocasiones no nos queda más remedio que fregar los cacharros a mano. ¿Vemos cómo nos organizamos?
ÍNDICE DE CONTENIDOS
Hogarmania, 6 de junio de 2013
Antes de empezar: el agua realmente caliente es la más eficaz, de modo que ponerse guantes es un requisito indispensable.
Mientras friegas: cambia el agua cuando se engrase, sobre todo si te ha tocado fregar muchos platos.
Al terminar: limpia el fregadero con agua caliente y una gota de lavavajillas.
Una vez que hemos despejado y organizado todo ya estamos listos para comenzar a fregar los cacharros a mano. El camino más corto para fregar la vajilla consiste en empezar por las piezas delicadas y menos sucias y ocuparse luego de las más sólidas y manchadas como cazuelas, ollas, sartenes, etc.
En primer lugar, friega la cristalería con la esponja. Lava delicadamente para evitar que se rompa, introduce en el agua caliente de aclarado y deposita boca abajo en el escurreplatos. Luego friega los platos menos sucios y después los más grasientos. Cambia el agua si queda muy engrasada. Utiliza el estropajo y aclara con agua caliente antes de escurrir.
Ahora ocúpate de los cubiertos. Emplea el cepillo para fregar hasta los últimos restos de los dientes de los tenedores. Sumerge en el agua caliente del aclarado y pon a escurrir. Friega ollas y cacerolas con un estropajo, aclara cada pieza con agua caliente y sécala a continuación.