Iñigo Segurola no siempre ha sido un apasionado por el mundo de los cactus como lo es ahora. En cuanto encuentra una novedad en el mercado, no puede resistirse a adquirirla.
Así es cómo ha llegado el cactus protagonista de hoy a formar parte de su colección, el Cereus forbesii spiralis.
Un aspecto muy interesante de los cactus es que pueden crecer en medios y bases muy pequeños, permitiendo así tener muchas variedades sin ocupar demasiado espacio.
Curiosidades del cactus Cereus peruvianus
Seguramente, más de uno recordaréis que hace algún tiempo se habló sobre un cactus que absorbía las radiaciones negativas que emitían los ordenadores.
Ese ensayo se realizó con un cereus, el Cereus peruvianus, un cactus que crece a 3.000 metros de altitud, en unos desiertos de Perú, donde la radiación del sol es muy alta.
Esto les llevó a los investigadores a comprobar si estos eran capaces de absorber la radiación de los ordenadores y sí que lo eran. Eso sí, tenía que ser de un tamaño grande.
Tal y como explicó Mario Herrero Valea, vocal del Grupo Especializado en Divulgación de la Física de la Real Sociedad Española de Física, a RTVE "los ordenadores no emiten este tipo de radiaciones dañinas" si no que, al igual que todo el circuito presente en un hogar "radía ondas electromagnéticas de tan baja frecuencia e intensidad que se pueden obviar en todo momento".
Los cactus sí son capaces de aborber las radiaciones que los alcanzan pero, para que no nos llegasen a nosotros, deberían tapar toda la pantalla.
Cereus forbesii spiralis: características y trasplante del cactus espiral
Nuestro protagonista de hoy es otro cereus. Su principal característica es que su crecimiento lo va haciendo en espiral. ¡Nos parece fascinante!
Puede alcanzar un tamaño considerable. Podéis observar cómo va desarrollando un pliegue que dibuja una espiral a la perfección.
Si queréis trasplantar esta variedad, necesitáis utilizar, como en el resto de cactus, un sustrato lo más ligero posible.
Vamos a preparar una base con arena de sílice y grava volcánica (para que la base sea más drenante). Mezcla todo bien.
En el fondo del tiesto, colocad unas pequeñas piedritas para asegurar un buen drenaje y lo rellenáis con la mezcla que acabáis de hacer.
Protegiéndoos previamente vuestras manos, con mucho cuidado, colocad el cactus en su nuevo contenedor.
Finalmente, colocad un poco de gravilla en la parte superior. Es importante que el cuello del cactus no quede rodeado de sustrato sino de grava, así evitaréis posibles podredumbres del tallo por exceso de acumulación de agua por haber regado demasiado.
¿Qué os parece la colección de cactus de Iñigo Segurola? ¡A nosotros nos encanta!