El hibiscu o hibisco es un género de unas 150 especies aceptadas que pertenecen a la familia Malvaceae.
Este arbusto caducifolio es conocido popularmente con el nombre de rosa de China, cayena o amapola y son típicas de ambientes cálidos.
Depende de la zona, por ejemplo, en los climas tropicales o subtropicales, florece durante todo el año. En cambio, en las zonas continentales como España, lo hace a lo largo de todo el verano.
Desarrolla unas impresionantes flores blancas, amarillas, naranjas, rosas y, principalmente, rojas. Y aunque suelen durar muy poco, unas 24h. merecen la pena. ¡Son preciosas!
Es una planta de exterior que puede cultivarse tanto en maceta como en el jardín. Si se cultiva en el jardín, puede llegar a alcanzar los cinco metros de altura y, en maceta, dos metros.
Hibisco: características y cuidados
Cómo trasplantar un hibisco
Hemos adquirido dos plantas de hibiscus y las vamos a trasplantar. Una de ellas la vamos a plantar en maceta y, la otra, en una esquina del jardín.
Trasplante de hibisco en el jardín
En un rincón del jardín en el que no tenemos muchas flores, tan solo un seto de macrocarpa y unas adelfas, vamos a dar un toque de color trasplantando un hibisco en tonos anaranjados.
Para ello, vamos a crear un hoyo de plantación con una azada. No nos olvidamos de proteger nuestras manos y nuestros pies.
Aunque haga calor, es muy importante mantener la seguridad durante cualquier tipo de actividad de jardinería, sobre todo, si vamos a utilizar herramientas que puedan cortar como, en este caso, la azada.
En el fondo del hoyo, añadimos un poco de estiércol y compost de materia orgánica que les encanta a las plantas
Sacamos de la maceta el cepellón con cuidado y lo plantamos en el lugar seleccionado.
Le añadimos un poco más de materia orgánica y terminamos de cubrir con la tierra de jardín que hemos levantado. ¡Y ya tenemos plantado nuestro pacífico o nuestra flor del beso!
Trasplante de hibisco en la maceta
Esta segunda planta de hibiscus la vamos a plantar en una maceta. La vamos a destinar al balcón para que nos de colorido y vistosidad.
En la maceta, primero colocamos en el fondo un buen drenaje y unos trozos de maceta rota.
Añadimos, a continuación, un poco de sustrato de calidad. Aflojamos un poco el cepellón, sin que se desmorone, y ponemos el hibiscus en la maceta.
El hibisco en maceta necesitará más agua que en la tierra. Como tiene flores, le incorporaremos al agua del riego un abono líquido cada 15 días.
Otra opción que podemos utilizar son unas prácticas barritas que ya os hemos presentado en muchas ocasiones. Se tratan de un abono de liberación lenta.
¿Cómo se utilizan estas barritas para el mantenimiento de los hibiscos? El procedimiento es muy sencillo: hay que introducir una barrita en el sustrato y su efecto durará tres meses. Es un método muy cómodo ya que así evitamos tener que estar pendientes de abonarlos cada quince días.
Ambos sistemas son igual de efectivos. En función de vuestras preferencias, escoged uno u otro.
Cuidados del hibisco en el jardín
Debido a su origen, agradase climas cálidos que se mantengan entre 14 y 18 grados en invierno. Protegedla de los vientos fríos, sobre todo, durante la época invernal.
Si vivís en zonas con temperaturas bajas, os recomendamos que la plantéis contra una pared o un muro para que los vientos fríos no la estropeen.

Respecto al abono, para no estar pendientes cada 15 días de esa tarea, podéis utilizar un abono granulado de liberación lenta. Al regalo, lo irá absorbiendo.
Cuidados del hibisco en maceta
Si habéis decidido tener un hibiscus, ¡enhorabuena! Vestirá e iluminará vuestras terrazas y balcones.
Si queréis cultivarla en maceta, os recomendamos que escojáis una maceta de unos 30 - 35 centímetros y la pongáis expuesta a pleno sol. Si optamos por colocarlos en interior, al ser una planta de exterior, buscad el lugar más soleado de la casa.
Para lograr una floración espectacular, podadla en primavera. Recortad los brotes del año anterior para mantener una forma atractiva y arbustiva y retirad ramas muertas o dañadas.
El hibisco en maceta
Si sus hojas se ponen amarillas, puede deberse a un exceso de riego o falta de nutrientes. ¿Cómo se soluciona? Reduciendo los riegos y utilizando abono cada quince días (os hemos explicado anteriormente dos sistemas).
Si, por el contrario, vuestro problema con el hibisco es que tira los botones o capullos antes de abrirlos, puede deberse a que está pasando frío o por un ambiente demasiado seco.
También puede deberse a que estáis moviendo la planta de sitio en vuestra terraza o balcón. No lo hagáis, no le gustan los cambios.
Cuidado con el riego. Si lo hacéis de manera excesiva puede producir encharcamientos y hongos.