Permacultura, la guía definitiva para cultivar un huerto saludable

Descubre una forma más natural y menos exigente de cultivar tu huerto. Con la permacultura, podrás respetar el ritmo de la naturaleza y obtener una cosecha abundante con menor esfuerzo. ¡Aprende paso a paso cómo preparar tu huerto con esta técnica!
A la hora de preparar la huerta para el cultivo de las hortalizas, lo primero que se debemos hacer es una enmienda orgánica aplicando a la tierra estiércol.
Este estiércol se puede encontrar comercializado en sacas, que pueden ser a base de humus de lombriz, estiércol de gallina, también conocido como gallinaza, o estiércol de caballo y oveja.
Una vez realizada la enmienda orgánica, el sistema tradicional de preparar la huerta consiste en hacer un bancal profundo, voltear la tierra para que se airee, y, una vez volteada, se pasa el motocultor para desmenuzarla y hacer la plantación tradicional.

Estas acciones se realizan si hacemos un cultivo del huerto tradicional. Sin embargo, existe otra técnica pensada para preparar la huerta: la permacultura. Te explicamos en detalle en qué consiste y la forma adecuada de llevarla a cabo.
¿Qué es la permacultura?
La permacultura es una técnica de cultivo que considera a la tierra un organismo vivo que no hay que alterar. Cuanto menos la alteremos, mejor, ya que ella misma nos proporcionará todo lo que las plantas necesitan.
La permacultura es un sistema de cultivo que se basa en trabajar con la naturaleza en lugar de imponerle nuestro ritmo.
Este enfoque considera que todos los organismos que habitan en el suelo no se deben alterar y que, al no modificarse, van a combinarse entre sí para que la huerta o las plantas realicen su función vital sin necesidad de arar la tierra o voltearla en primavera o cada vez que vayamos a preparar el huerto.
Cómo preparar un huerto para la permacultura
Si quieres probar la técnica de la permacultura en tu huerta, te explicamos paso a paso cómo hacerlo. Este método es sencillo y respeta el equilibrio natural del suelo.
1. Preparar la base de la tierra
Lo primero que haremos será dejar la tierra tal y como está. Si previamente has realizado una enmienda orgánica con estiércol o compost, no será necesario repetir este paso en el futuro.
2. Crear una capa protectora

Sobre la tierra colocaremos unos cartones. Para que se adapten mejor al terreno, mójalos con una manguera y aplástalos pisándolos para ablandarlos. Esta capa de cartón evitará el crecimiento de hierbas no deseadas en el huerto.
3. Acolchar con paja

Una vez colocados los cartones, cúbrelos con una buena capa de paja. Este acolchado cumple varias funciones: ayuda a retener la humedad del suelo, protege las raíces de las plantas y, con el tiempo, se descompondrá, aportando nutrientes al ecosistema.
4. Preparar los agujeros de plantación

Con un palo de plantación o una herramienta similar, haz agujeros que atraviesen el cartón y lleguen hasta la tierra. Estos serán los huecos donde colocarás las hortalizas.
5. Plantar las hortalizas

Coloca las plantas o semillas en los agujeros que has preparado y cúbrelas con tierra para que enraícen bien. Una vez plantadas, riega para favorecer la adhesión de las raíces al suelo.
6. Crear montículos (si lo prefieres)

Otra opción dentro de la permacultura es formar pequeños montículos, ya sea en forma lineal o semiesférica. Estos montículos mejoran el drenaje del agua y permiten distribuir mejor el compost.
Si decides seguir este método, cubre los montículos con una capa generosa de compost y, posteriormente, con cartón o una manta anti hierbas orgánica. Finalmente, añade paja semicompostada y reponla según sea necesario.

7. Mantener el acolchado
A medida que pase el tiempo, observa cómo se descompone la paja y reponla para mantener siempre una buena capa de acolchado. Esta es la clave para nutrir y proteger el ecosistema subterráneo sin necesidad de trabajar la tierra nuevamente.
Con estos pasos, ya tendrás un huerto preparado para el cultivo siguiendo la técnica de la permacultura. Solo tendrás que regar y esperar a que tus plantas crezcan de forma natural, respetando siempre el equilibrio del suelo.
¿Cuáles son los beneficios de la permacultura?
Los beneficios de la permacultura respecto a los sistemas de cultivo más tradicionales podrían resumirse en:
- Conservación del suelo y su fertilidad:
Al mantener los microorganismos y nutrientes de la tierra, se evita degradar el suelo y se mantienen cultivos sostenibles.
- Reducción del trabajo físico:
Al eliminar la necesidad de arar y voltear la tierra, el trabajo se simplifica y se reduce.

- Control natural de malas hierbas:
El uso de cartones y acolchado de paja es un método simple y efectivo para prevenir el crecimiento de hierbas no deseadas, evitando el uso de químicos o trabajos manuales intensos.
- Retención de humedad:
El acolchado también permite que se mantenga de forma constante la humedad en el suelo y, por lo tanto, no es necesaria una frecuencia de riego mayor, reduciendo recursos y trabajo.
La permacultura es un sistema ideal para todas aquellas personas que no puedan trabajar la tierra de forma constante o que lo quieran hacerlo. Si nunca la has probado, anímate, así decides cual de los sistemas te convence más.
Si la permacultura te ha llamado la atención, te interesará saber que también existen otros métodos de cultivo sostenibles, como la agricultura regenerativa, el hugelkultur, la agroecología, la agricultura sin labranza o el sistema Fukuoka.