Ataxia en gatos: qué es, causas, síntomas y tratamiento

La ataxia en gatos es un problema relativamente común en estos animales, pero aun así bastante desconocido entre las personas que conviven con ellos. Se trata de una complicación del sistema nervioso que se caracteriza por la falta de coordinación y equilibrio.
Guía completa sobre la ataxia en los gatos
La ataxia, que también puede afectar a los perros y a los seres humanos, no es realmente una enfermedad, sino un síntoma de que existe algún tipo de fallo en las áreas del cerebro que controlan los movimientos y la coordinación.
En este artículo vamos a contarte todo lo que debes saber sobre la ataxia en los gatos para que, si tienes un gato afectado o en algún momento futuro te encuentras con esta dolencia, sepas en qué consiste y qué opciones tienes para ayudar a tu mejor amigo.
¿Qué es la ataxia en los gatos?
La ataxia es, como decimos, una patología que se produce en el sistema nervioso del gato. El ejemplar que la sufra se mostrará inestable al caminar, tambaleante y con claros problemas de equilibrio. En conjunto, el gato dará la impresión de estar ebrio.
El andar tambaleante es un rasgo típico de la ataxia en los gatos, pero hay que tener en cuenta, eso sí, que hay muchos otros problemas que pueden provocar ese síntoma.
Sin ir más lejos un gato con debilidad muscular podría moverse de la misma forma y no estaría claro, de entrada, si su problema sería la ataxia u otro (aunque la propia ataxia también puede causar debilidad muscular, para complicar aún más el diagnóstico).
Este trastorno afecta tanto al sentido del movimiento como a la posición del cuerpo y las extremidades. Es decir, el gato se sentirá inestable tanto al ponerse en pie como al tratar de caminar.
Como ya hemos comentado, la ataxia no es un problema, sino un síntoma. Suele indicar que existe una lesión o algún tipo de problema en las zonas encargadas de ejecutar y controlar los movimientos.
La ataxia puede aparecer como consecuencia de algún problema (como un accidente o traumatismo, por ejemplo) o como un trastorno de nacimiento o durante el desarrollo. En todos los casos, una vez detectada es muy importante llevar al gato al veterinario para que este identifique el origen real del problema y determine cuál es el tratamiento más adecuado.

¿Qué tipos de ataxia en gatos hay?
Podemos distinguir entre tres tipos de ataxia, dependiendo de cuál sea la zona afectada. Son los siguientes:
- Ataxia cerebelar: está causada por problemas en el cerebelo, que es el área del cerebro que se ocupa del equilibrio y la coordinación de los movimientos. Los gatos que sufren de ataxia cerebelar son capaces de ponerse de pie, pero caminan de forma muy descoordinada, con las patas separadas, de forma similar a como lo haría un pato. Cuando saltan, lo hacen de forma exagerada y poco precisa.
- Ataxia vestibular: el sistema vestibular se encuentra en el oído interno e influye en el mantenimiento del equilibrio general, la postura y la coordinación. La ataxia vestibular aparece cuando hay daños bien en el oído interno, bien en los nervios que van desde esa parte del cuerpo al cerebro. Los gatos con ataxia vestibular pueden presentar afectación lateral (se caen hacia el lado afectado) o bilateral (se balancean). Tienen tendencia a caminar en círculos y pueden presentar nistagmo (movimientos rápidos e involuntarios de los ojos).
- Ataxia sensorial: este último tipo de ataxia en gatos aparece cuando hay algún problema en el cerebro, la médula espinal o los nervios periféricos que se encargan de la localización y movimiento de las extremidades. Los gatos que la padecen pueden ponerse de pie, pero caminan con las extremidades muy separadas y tardan en extenderlas al dar pasos, como si tuvieran que pensarse mucho cada movimiento. También pueden presentar debilidad muscular, causada por la mala inervación de los músculos.
Ataxia en gatos: las causas más habituales
Ya hemos visto que la ataxia realmente es un síntoma que indica que existe algún problema en el cuerpo del gato. Las causas de este trastorno pueden ser muy variadas, siendo las más comunes:
- Lesiones en los sistemas cerebelar, vestibular o sensorial.
- Traumatismos graves debidos a caídas, accidentes, etc.
- Trastornos hereditarios.
- Problemas musculares.
- Problemas que afecten al cerebro o al sistema nervioso.
- Tumores.
- Infecciones graves (por ejemplo, el moquillo en gatos puede provocar hipoplasia cerebelar, que tiene la ataxia como uno de sus síntomas).
- Envenenamientos e intoxicaciones.
- Problemas de desarrollo en el cerebro y el sistema nervioso.
- Graves deficiencias nutricionales.
La ataxia es un síntoma grave, ya que puede tener un impacto muy significativo en la calidad de vida de un gato, pero, como podemos ver, también es muy inespecífico.
Así pues, si adoptas a un gato con ataxia o tu felino empieza a comportarse de forma extraña y sospechas que esta podría ser la causa, no lo dudes y llévalo al veterinario de inmediato.

Síntomas de la ataxia en gatos
Las señales más características de la ataxia en gatos son, como ya hemos visto, la descoordinación y la falta de equilibrio, lo que se traduce en un caminar inestable, problemas para saltar e incluso para moverse bien, temblores, etc.
Además de esto, en un felino con ataxia también podríamos ver:
- Debilidad muscular.
- Caídas continuas.
- Arrastre de las patas.
- Camina apoyándose en los dedos, arrastrándose, saltando y de otras formas inusuales.
- Camina en círculos, girando siempre en la misma dirección.
- Movimientos descoordinados y poco precisos.
- Ansiedad .
- Maullidos y quejas continuas sin razón aparente.
- Vómitos.
- Nistagmo.
- Inclinación de la cabeza.
- Problemas para miccionar o defecar.
- Problemas para comer y beber.

¿Cómo se cura la ataxia en los gatos? Opciones de tratamiento
Para determinar cuál es el mejor tratamiento para la ataxia de un gato será imprescindible que un veterinario examine al animal. Y es que solo sabiendo con certeza ante qué tipo de ataxia nos encontramos y cuál es su causa podremos ver si hay forma de ayudarlo.
Decimos esto porque en muchos casos la ataxia no tiene cura y lo único que se puede hacer es esperar a que el gato aprenda a convivir con el problema. En esos casos, cuanto más pequeño sea el gato cuando la ataxia se manifieste, más fácil le resultará.
Sin embargo, hay casos en los que la ataxia sí es curable, sobre todo cuando su origen es externo. Las ataxias vestibulares, por ejemplo, a veces pueden tratarse para minimizar sus consecuencias. También puede haber maneras de ayudar al gato si el problema es un tumor (que puede ser operable) o una intoxicación (cuyos efectos podrían revertirse, hasta cierto punto), por ejemplo.
Como ya decimos, solo con el diagnóstico de un veterinario podrás saber si hay forma de ayudar a tu amigo peludo. Así pues, te recordamos de nuevo que lo más importante es que estés atento ante la aparición de cualquier posible síntoma extraño que pueda apuntar a una ataxia.