Tortugas marinas: tipos, características y cómo actuar si vemos una
Animales marinos
Las tortugas son uno de los animales más majestuosos del océano.

Las tortugas, en concreto las marinas, son unos fascinantes vertebrados que habitan los océanos de todo el mundo y que tienen el honor de ser uno de los animales que sin duda todos conocemos. Pero, ¿qué sabemos realmente de ellas? ¿Cómo debemos actuar cuando avistamos una en nuestras costas?
En este artículo hablaremos sobre la ecología de este fantástico animal y sobre como relacionarnos con el de manera correcta. Existen muchas especies de tortugas adaptadas a diferentes ambientes, tanto terrestres como marinos. Aunque todas ellas son reptiles fascinantes, en este caso vamos a profundizar en un grupo muy específico: las tortugas marinas. Las tortugas marinas se caracterizan por tener cuerpos robustos, un caparazón amplio y resistente, además de sus aletas en forma de remo que les permiten nadar con gran habilidad a través de los océanos.

Curiosamente, a diferencia de las tortugas terrestres con las que están enormemente emparentadas, las tortugas marinas no pueden retraer su cuerpo dentro de su caparazón, lo que las puede exponer más a los peligros. Existe también una concepción errónea sobre este caparazón, que es considerado por muchas personas como una "armadura" separada de la tortuga y que se le puede retirar. Esto está lejos de ser cierto, ya que el caparazón es una extensión de la columna vertebral del animal y forma parte integral de su estructura. Intentar quitar el caparazón sería tan absurdo como intentar quitarse la propia espalda. ¿No te parece algo descabellado?
¿Qué especies de tortuga marina hay?
Existen siete especies principales de tortugas marinas: la tortuga verde, la tortuga carey, la tortuga boba, la tortuga laúd, la tortuga lora, la tortuga plana y la tortuga golfina. De estas especies, solo tres (la verde, la lauda y la boba) se encuentran en el mediterráneo y todas ellas se ven afectadas por el cambio climático y por la acción del ser humano. Cada especie tiene sus propias características distintivas, aunque todas comparten algunas similitudes en su anatomía y comportamiento. Su dieta consiste principalmente en algas marinas, medusas, moluscos y crustáceos, y algunas especies también se alimentan de esponjas y pastos marinos. Te cuento qué es lo más importante que diferencia a unas de otras por si tienes la suerte de avistar alguna.
Tortuga laúd (Dermochelys coriacea)
Sin duda, la tortuga marina más grande, ya que puede alcanzar hasta 2 m de longitud y pesar más de 600 kilos. Tiene un caparazón blando sin escudos duros con siete crestas longitudinales. Podemos encontrarla en océanos, templados y fríos, destacando por su gran capacidad de buceo profundo.
Tortuga boba (Caretta caretta)
Es también una tortuga grande, aunque no tanto como la anterior. Puede medir entre 80 y 120 cm de longitud y pesar hasta 200 kilos. Su caparazón es de un color marrón rojizo, con cinco escudos costales por cada lado. La podemos encontrar en zonas subtropicales y templadas, siendo muy habitual en el Mediterráneo.
Tortuga verde (Chelonia mydas)
Se trata de una tortuga grande que pueda alcanzar el metro y medio y los 200 kilos. Tiene un caparazón liso de un bonito color verde, oliva o marrón con cuatro escudos costales. Podemos encontrarla en zonas tropicales y subtropicales, siendo muy fácil de distinguir de las otras, porque su carne y su grasa es de tonos verdosos debido a su alimentación.

Tortuga carey (Eretmochelys imbricata)
Esta tortuga ya se considera de tamaño mediano, ya que mide entre 60 y 90 cm y pesa hasta 80 kilos. Tiene un caparazón con escudos superpuestos de color ámbar y su hábitat natural son los arrecifes tropicales. Destaca por tener un pico curvado que nos puede recordar al de un halcón.
Tortuga olivácea (Lepidochelys olivacea)
Una tortuga pequeña que apenas alcanzan los 70 cm y los 50 kilos de peso. Tiene un caparazón de color. Olivo verdoso con entre seis y nueve escudos costales en cada lado. Podemos encontrarla en regiones tropicales y subtropicales, y esta caracterizada por realizar anidaciones masivas sincronizadas que conocemos como arribadas.
Tortuga lora (Lepidochelys kempii)
Es la más pequeña de todas las tortugas marinas, ya que apenas alcanzan los 70 cm y los 40 kilos. Tiene un caparazón similar a tortuga oliva CIA, pero algo más redondeada y se encuentra en el Atlántico occidental, sobre todo en el golfo de México. Por desgracia, se trata de una especie muy amenazada.
Tortuga plana (Natator depressus)
Tiene un tamaño mediano, con ejemplares que pueden alcanzar casi el metro longitud y los 90 kilos de peso. Tiene un caparazón más aplanado y ancho también de color oliva y destaca por ser una especie muy endémica, ya que solo se encuentra en aguas del norte de Australia.

Características de las tortugas marinas
Estos animales, en general, son conocidos por sus largas migraciones a través de los océanos, viajando miles de kilómetros entre sus áreas de alimentación y las playas donde anidan. Son capaces de adentrarse en grandes profundidades a pesar de contar con pulmones y tener que salir a la superficie para respirar como nosotros. Hay evidencias de que las tortugas pueden permanecer entre 4 y 7 horas bajo el agua mientras duermen, incluso parece que pueden estar meses sumergidas durante su hibernación gracias a que reducen su actividad metabólica, el consumo de oxigeno y pueden obtener este gas, en pequeñas concentraciones, del agua gracias a unas membranas mucosas ¡Eso si que es bucear en apnea!
Durante la temporada de reproducción, las hembras regresan a las mismas playas donde nacieron para depositar sus huevos. Este proceso de anidación comienza cuando la tortuga sale del mar con los huevos de su interior, a continuación excavan un primer hoyo en la arena con sus aletas delanteras para esconderse y un segundo, con sus aletas traseras, para depositar rápidamente cientos de huevos. Una vez los huevos han sido depositados emplean de nuevo sus aletas para cubrirlos y regresar al mar siguiendo el reflejo de la luna.
A pesar de su belleza y de su inocuidad para nuestras actividades, las tortugas marinas enfrentan numerosas amenazas que ponen en peligro su supervivencia. La contaminación del océano, la pesca accidental, la destrucción del hábitat, el cambio climático y la caza furtiva son algunos de los principales desafíos que enfrentan estas especies. Muchas organizaciones y grupos de conservación trabajan arduamente para proteger a las tortugas marinas, implementando medidas de conservación, promoviendo la educación y la conciencia pública, y fomentando prácticas pesqueras sostenibles.

¿Qué debemos hacer si una tortuga marina aparece en la costa?
El principal motivo por el que una tortuga marina aparece en la costa es debido a que esté enferma o para la puesta de huevos. Debemos tener en cuenta que este segundo momento es uno de los más sensibles para cualquier especie, ya que de ello depende la continuidad de la próxima generación de tortugas que viajen por nuestros mares.
Por este motivo, si aparece una tortuga varada en nuestras costas debemos actuar de inmediato. Al igual que con las personas, cuando veamos un peligro debemos comenzar por llamar al numero de emergencias, el 112, que organizará un equipo de rescate, pudiendo intervenir la Policía Nacional, el grupo SEPRONA de la Guardia Civil o incluso algunas fundaciones y centros de investigación próximos. Todas las tortugas que llegan varadas a nuestras costas deben ser protegidas, por lo que son recuperadas y cuidadas hasta asegurar que pueden regresar a nuestros mares para poder continuar con su largo viaje. Mientras la ayuda llega, debemos proteger a la tortuga, siendo lo ideal crear un perímetro de seguridad que de espacio a este animal y evitando que otros bañistas se acerquen a tocarla o agobiarla, evitando hacer el menor ruido posible, desactivando el flash de nuestras cámaras si queremos hacerle alguna foto…
Por otro lado, existen tortugas que llegan voluntariamente a nuestras costas para reproducirse. En este caso el peligro no suele ser que nos la encontremos de día, ya que la puesta, como hemos comentado, ocurre de noche. El problema en este caso suele ser que, debido al uso de nuestras playas para el ocio, podemos afectar a los nidos que han colocado, llegando a destruir, sin querer, los huevos. Por suerte, existen algunas pistas que nos pueden indicar que una tortuga ha realizado una puesta y por tanto intervenir para proteger los huevos.
La temporada de anidación se da entre junio y agosto y es fácilmente reconocible cuando ha ocurrido debido al rastro que deja la tortuga. La hembra busca un lugar alejado del mar, por lo que aparece un primer rastro de subida que se aleja del agua. A continuación, después de la puesta, aparece un segundo rastro de bajada donde la tortuga vuelve a internarse en el agua. Por tanto, si sabemos reconocer estos dos rastros podemos detectar exactamente donde ha ocurrido la puesta y pro tanto volver a avisar al 112 para seguir sus indicaciones y ayudar a conservar la especie.

¿Cómo les afecta el cambio climático?
Aunque nos pueda parecer extraño, el género de todas las especies no se decide de la misma manera. Aunque el nuestro viene decidido enormemente por nuestros genes, hay muchos factores ambientales que intervienen en menor medida. Sin embargo, en las tortugas ocurre justamente lo contrario, y es que la temperatura ambiental juega un papel fundamental a la hora de decidir cuál es el género de cada una de las tortugas de la puesta de huevos. Aunque es particular de cada especie, mayores temperaturas durante la incubación del huevo dan lugar a tortugas hembra, mientras que menores temperaturas dan lugar a tortugas macho. Esto, en condiciones normales, no es un problema, ya que los huevos más externos de la puesta suelen tener una menor temperatura que los huevos internos del nido. Sin embargo, con el impacto del cambio climático y el incremento de la temperatura cada vez más tortugas nacen hembra, ¡Llegando a haber poblaciones actuales donde casi el 100% de las tortugas son del mismo género! Como comprenderás, esto es inasumible para una población, lo que las coloca a una sola generación de la extinción.
Las tortugas marinas son verdaderos tesoros de nuestros océanos. Su presencia en los ecosistemas marinos es crucial para mantener el equilibrio y la salud de los mismos. Son criaturas antiguas y maravillosas que merecen nuestro respeto y protección. Con esfuerzos continuos de conservación y una mayor conciencia sobre los desafíos que enfrentan, podemos asegurar un futuro más brillante para las tortugas marinas y preservar su belleza para las generaciones venideras.