Lo que tu perro sabe (y tú no): por qué ladra solo a algunas personas
No ladra porque sí
Su olfato, su memoria y su instinto saben cosas que tú ni imaginas, y por eso ladra cuando alguien no le da buena espina

Hay personas que entran por la puerta de casa y tu perro las ignora olímpicamente. Pero luego hay otras que apenas han pisado el felpudo y ya tienen encima un sinfín de ladridos desafinados. ¿Mal carácter? ¿Capricho? Quizás, ¿un poco de teatro? Nada de eso.
Tu perro tiene sus propios motivos para ladrar. De hecho, lo que le pasa a tu peludo es que tiene un sentido del olfato más desarrollado del que crees. Porque, aunque no lo parezca, es capaz de detectar cosas que tú ni hueles, ni ves, ni sientes. Literalmente.

No es casualidad: su cerebro trabaja a tope
Y tampoco, tu perro no está loco. Lo que ocurre es que funciona con otros sensores. Es decir, donde tú solo ves a tu cuñado con su gorro nuevo, el perro está leyendo una combinación de posturas, colores, tensiones musculares y energía en general.
Sí, nos referimos a la energía que es capaz de identificar o percibir. No es misticismo, sino un lenguaje corporal y una serie de señales sutiles que normalmente pasan desapercibidas para el ser humano medio.
Para él, cada visita a tu casa es una especie de evaluación exprés:
- ¿Huele raro?
- ¿Se mueve de forma extraña?
- ¿Tiene alguna característica que me recuerda a algo malo?
- ¿Se encuentra demasiado cerca de mi dueño?
Y si algo no cuadra, se enciende la alarma, dando lugar a un incómodo episodio de ladridos (como queriéndote avisar de que tengas cuidado).
6 motivos por los que tu perro ladra a unas personas y a otras no
Detecta olores extraños (o desagradables)
El popular olfato de los perros juega en otra liga. Son capaces de oler rastros de otros animales, perfumes fuertes, restos de comida, incluso si una persona ha estado en un hospital o ha tomado algún medicamento. Y si ese olor que capta no le cuadra o no le gusta, ladra.
Le recuerda a una experiencia negativa
Si bien es cierto que no tiene una memoria de elefante, tu perro tiene la capacidad de asociar ciertos rasgos (ropa, voz, forma de andar) con alguien que en alguna ocasión lo asustó o le hizo daño. No es que guarde rencor, sino que aprende por asociación.
Lee el lenguaje corporal mejor que tú
Los canes son expertos en leer expresiones faciales, movimientos y posturas. Una persona que mira fijamente, entra muy rápido por la puerta o se inclina demasiado, puede resultar amenazante para tu perro, a pesar de que tú solo aprecies torpeza o entusiasmo.
Siente la tensión en el ambiente
También son auténticas esponjas emocionales. Si alguien llega nervioso, alterado o tú no te sientes cómodo con esa persona, tu mascota lo nota y reacciona. En ocasiones, no ladra por lo que esa persona es, sino por lo que despierta en ti.
Falta de socialización
Aquellos perros que no han estado expuestos a varias personas (niños, personas mayores, personas con bastón, con gorra, etc.) pueden interpretar esas situaciones como algo nuevo y peligroso. Y como te imaginarás, ante la novedad, la reacción instintiva será la de ladrar.
Está defendiendo su territorio
Ten presente que el hogar es la guarida de tu perro. Y aunque tu invitado sea el alma de la fiesta, para él es un auténtico desconocido que ha invadido su zona de confort. ¿El resultado? La emisión de una advertencia sonora en forma de ladrido (s).
¿Qué puedes hacer cuando tu perro ladra a ciertas personas?
No, esto no va de castigos ni de regaños. Va de prevenir, entender y guiar. Algunas claves a tener en cuenta son estas:
- En un principio, ignora el mal comportamiento: no lo refuerces, ni para bien, ni para mal
- Pide a tus visitas que no lo toquen, no le hablen y no lo miren: que actúen como si no estuviera, ignorándole
- Refuerza lo positivo: si el perro se calla, no ladra o se relaja, prémialo (con comida, caricias o usando la voz)
- Sácalo antes a pasear: porque un perro cansado, será menos reactivo (o no…)
- Dale su espacio: en el caso de que no quiera saludar, no lo obligues
- Socialízalo y adiéstralo poco a poco: exponerlo a situaciones nuevas con un refuerzo positivo mejora mucho su tolerancia
- Consulta con un profesional: si el ladrido es persistente o muy intenso, un adiestrador puede ser de gran ayuda para reconducir su conducta

Tu querido peludo no es agresivo, no es maleducado ni se ha vuelto loco. Está actuando como lo que es: un perro. Cuando ladra a ciertas personas, lo que está intentando es protegerse (y protegerte) de lo que interpreta como una posible amenaza.
Porque él no ve solo personas, sino que percibe tensiones, intenciones y señales que son invisibles para ti (y el común de los mortales). Por tanto, antes de pedir disculpas por su reacción, pregúntate qué está captando que tú no eres capaz.