El día que entendí por qué mi gato me mira mientras duermo, todo cambió

¿En alguna ocasión te has despertado y has visto que tu gato te estaba mirando fijamente? Una situación un tanto intrigante, ¿verdad? Esta peculiar escena, mezcla de ternura y misterio, es más común de lo que en un principio podría parecer. Y además, tiene mucho que decir sobre tu relación con el minino. Vamos a ahondar en este tema. ¿Te apuntas?
En primer lugar, debemos tener claro que los gatos, con su carácter observador y silencioso, no hacen nada porque sí. Al tuntún. Entonces, ¿qué intenta comunicarte tu mascota con esa mirada profunda mientras tú estás en el quinto sueño?

Curiosidad felina: observando cada movimiento
Como bien sabrás, los gatos son animales extremadamente curiosos. Todo lo que se mueve -y lo que no- llama poderosamente su atención. Por tanto, verte dormir puede resultar para ellos un espectáculo del todo relajante y, al mismo tiempo, intrigante.
Tus gestos, tu cambio de posición o incluso tu respiración, se convierten en un espectáculo digno de ser observado.
Pero espera, porque los felinos tiene también un sentido agudo del territorio. Y tú formas parte de él, no te creas. Mirar cómo duermes puede ser una forma de asegurarse de que todo está en orden. Sí, porque esa fija mirada no es juicio ni amenaza, es vigilancia.
Amor en silencio: una forma de decir te quiero
A pesar de que muchas personas creen que los gatos son un tanto distantes, nada más lejos de la realidad. La verdad es que demuestran su afecto de una manera muy sutil. Y mirarte mientras estás en los brazos de Morfeo puede ser una de esas señales.
En otros términos, es su manera de estar cerca de ti, de sentirse conectado y de protegerte mientras estás vulnerable.
Es decir, durante la noche, cuando la casa está tranquila y tú estás dormido, es el momento ideal para que tu gato te observe con calma. No porque te necesite despierto, sino porque se siente cómodo con tu simple presencia.
Algunos felinos incluso ronronean mientras te miran o duermen entre tus piernas, muestras inequívocas de que se sienten seguros y felices a tu lado.
Comunicación felina: ¿quiere algo de ti?
La mirada de tu gato puede esconder también una intención más práctica. Puede que tenga hambre, sed o simplemente demanda atención. En el caso de que te mire intensamente antes de despertarte o maullar, lo más probable es que esté intentando decirte que ha llegado la hora de que le hagas caso.
Porque los gatos no hablan nuestro idioma, más bien emplean señales visuales y conductuales muy claras para comunicarse. Y sí, la mirada directa es una de ellas. Si esa escena se repite cada mañana antes de que suene tu alarma, puede ser que tu gato esté cumpliendo la función de despertador, con mirada incluida.
¿Te está vigilando?
Aunque pueda sonar un tanto inquietante, la vigilancia de tu gato no tiene por qué ser siniestra. Los felinos son cazadores por naturaleza y cuentan con un sentido de alerta muy desarrollado. Vigilar a su humano preferido puede ser parte de ese instinto de protección. Sobre todo si el gato siente que el hogar es su territorio y tú, parte de él.
En realidad, es como si tu gato actuara como un pequeño guardián nocturno. No es desconfianza, es asegurarse de que todo está en orden. Si además se tumba cerca de ti o en la misma cama, es un síntoma claro de que confía plenamente en ti.

Respeta su espacio... y el tuyo
A pesar de que en ocasiones esa mirada pueda resultar incómoda o invasiva, es primordial que no reacciones con brusquedad. No despiertes a tu gato ni le grites con el fin de que se aparte. Respeta su forma de expresarse. Si te molesta, es mejor que le ofrezcas un lugar cómodo en el que pueda descansar cerca sin que invada tu espacio personal.
Por ejemplo, colocar una camita felina cerca de la tuya puede ser una buena solución. De esta forma, podrá seguir observándote -si así lo desea- sin interrumpir tu merecido descanso. Recuerda que para los gatos, observar es una forma de sentirse conectados contigo.
¿Y si el comportamiento cambia de repente?
Imagínate. Tu gato nunca te miraba mientras dormías y, de repente, empieza a mirarte fijamente cada noche o maúlla. ¿Qué haces? Observa si aprecias otros cambios en su conducta. En ocasiones, una nueva rutina, un ruido extraño o incluso un malestar físico pueden hacer que necesite más atención o se encuentre más alerta.
Recuerda que, si tienes cualquier tipo de duda, lo mejor es consultar con el veterinario. Y sobre todo, tranquilo. Es su forma silenciosa de decirte: Estoy aquí contigo, no te preocupes.