¿Caducan las lentejas y los garbanzos de bote? Esto es lo que dicen los expertos

Las legumbres en conserva, como lentejas, garbanzos o alubias, son un ingrediente imprescindible en muchas cocinas y un básico habitual en la despensa, ya que nos ahorran tiempo en la preparación de comidas. Son una alternativa rápida y práctica frente a las legumbres secas, que requieren largas horas de cocción.
Sin embargo, al tratarse de un producto envasado, conviene saber cuánto tiempo se conservan, cómo almacenarlas correctamente y en qué casos es mejor no consumirlas para evitar riesgos para la salud. Estas son las recomendaciones de la AESAN sobre su consumo.
Las legumbres en conserva tienen una vida útil considerablemente larga gracias al proceso de envasado al vacío y esterilización. Sin embargo, su duración depende de las condiciones de almacenamiento y, por supuesto, de si el bote ha sido abierto o no.
La AESAN señala que un alimento sigue siendo seguro para el consumidor incluso después de superar la fecha de consumo preferente, siempre que se respeten las instrucciones de conservación y el envase no esté dañado. No obstante, puede perder sabor y textura con el tiempo.
La fecha de consumo preferente indica hasta cuándo el alimento mantiene sus cualidades organolépticas. En cambio, la fecha de caducidad señala el momento hasta el cual el alimento puede consumirse sin riesgo. Esta última aparece, sobre todo, en productos muy perecederos como carne o pescado fresco. En ese caso, se recomienda no consumirlos bajo ningún concepto una vez superada la fecha.
Dos situaciones a tener en cuenta:
- Legumbres en conserva sin abrir: Si el bote está cerrado y en buenas condiciones, las legumbres pueden conservarse entre 1 y 3 años , dependiendo del fabricante y del entorno de almacenamiento. Guárdalas en un lugar fresco , seco y alejado de la luz directa o fuentes de calor. Comprueba siempre la fecha que figura en la etiqueta.
- Legumbres en conserva una vez abiertas: Una vez abierto el bote, lo ideal es consumir las legumbres en un plazo de 2 a 3 días, aunque siempre conviene leer detenidamente las indicaciones del envase.

Este plazo se aplica si se conservan en la nevera dentro de un recipiente hermético. Pasado ese tiempo, pueden perder calidad y suponer un riesgo sanitario debido a la posible proliferación bacteriana.
En estos casos, es importante atender a la fecha de consumo preferente, que aparece en una amplia variedad de alimentos refrigerados, congelados, desecados (como pasta o arroz), enlatados y otros productos como el aceite vegetal o el chocolate.
¿Cuándo es mejor no consumir legumbres de bote?
Aunque son una opción práctica, hay situaciones en las que es preferible desecharlas:
- Si el bote está abollado, hinchado o dañado : No lo abras ni consumas su contenido. Un bote hinchado puede indicar fermentación o contaminación bacteriana, como la provocada por Clostridium botulinum, causante del botulismo, una intoxicación grave.
- Si el líquido tiene mal olor : El líquido de conservación, conocido como aquafaba, se emplea incluso como sustituto del huevo en repostería. Sin embargo, si huele mal o ha cambiado de color, desecha el contenido. El mal olor es una señal clara de descomposición, aunque el producto parezca normal a simple vista.
- Si han pasado más de tres días desde que abriste el bote : Aunque se haya conservado en frío, es preferible no arriesgarse. A partir del tercer día, pueden alterarse tanto el sabor como la textura, y aumenta el riesgo de contaminación.
- Si el producto contiene exceso de sal o conservantes : Algunas marcas añaden demasiado sodio como conservante. Esto puede ser perjudicial, especialmente para personas con hipertensión. Revisa el etiquetado y elige opciones bajas en sal y sin aditivos innecesarios.
Recomendaciones para un consumo seguro
1. Enjuaga las legumbres antes de consumirlas:
Lávalas bajo el grifo para reducir el exceso de sal y eliminar posibles restos de conservantes. Esto mejora tanto su sabor como su valor nutricional.
2. Lee bien el etiquetado:
Evita productos con demasiados aditivos o cantidades elevadas de sal. Siempre que puedas, compras legumbres al natural (o secas) o con bajo contenido en sodio.
3. No sobrecalientes las legumbres:
Caliéntalas a fuego bajo. Si las hierves a alta temperatura, pueden romperse y perder nutrientes.
Las legumbres en conserva son una alternativa práctica y saludable, siempre que se almacenen, manipulen y consuman adecuadamente. Con estas recomendaciones, podrás disfrutar de ellas sin riesgos y con todo su sabor. Y recuerda: si detectas cualquier signo de deterioro, lo mejor es no consumirlas.