¿Qué son los hilos tensores y cómo se usan?

Los hilos tensores están en boca de todos y son, junto con el bótox y las infiltraciones de ácido hialurónico, uno de los tratamientos de medicina estética más demandados en la actualidad.
Vemos qué son los hilos tensores, cómo se usan, cómo queda la cara después de los hilos tensores y en qué casos no se recomiendan. ¿Te lo vas a perder?
Un tratamiento estético capaz de restaurar la firmeza y la elasticidad de la piel y de conseguir un contorno más definido. Así es como Clínicas Barber define los hilos tensores. Un tratamiento de que, probablemente, estés oyendo hablar cada vez más. Hemos oído hablar de los hilos tensores como tratamiento para la piel del cuello, para levantar las cejas...
Y es que, dentro del mundo de los hilos tensores, hay una gran variedad en lo que a materiales y procedimientos se refiere. Aunque eso sí, todos tensan la piel y corrigen la flacidez. Pero vayamos por partes. ¿Qué son realmente los hilos tensores? ¡Lo vemos!
¿Qué son los hilos tensores?
Los hilos tensores, también denominados y conocidos como hilos mágicos por su capacidad para de combatir la flacidez de forma no invasiva, son, tal y como define la Dra. Mayte Truchuelo de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV), la última revolución de dermatología estética entre las técnicas no quirúrgicas.
Son, tal y como su propio nombre indica, unos hilos, de diferentes texturas, materiales y tamaños, que sirven para estimular el colágeno de la piel y generar tracción en las zonas donde se insertan. Un tratamiento de referencia para combatir las arrugas, las líneas de expresión y la flacidez, para levantar las cejas y redefinir el contorno de la mandíbula, entre otras cuestiones.

Los hilos tensores del tipo Silhouette, por ejemplo, combinan, tal y como indican desde Clínicas Barber, dos efectos: la reposición inmediata del tejido y la regeneración gradual del colágeno. Un tratamiento con un resultado inmediato y una duración de hasta dos años con un precio desde 1250 euros.
Como bien hemos mencionado previamente, dentro del ámbito de los hilos tensores hay una gran variedad en lo que a materiales y procedimientos se refieres. Dentro de este amplio campo, hacemos una distinción entre los hilos tensores normales y los hilos líquidos. La principal diferencia entre ambos hilos es la composición. Tal y como señala la Clínica Londres, los hilos líquidos se forman por un relleno autólogo, es decir, generado por el propio cuerpo. Mientras que los hilos tensores son filamentos transparentes empleados en otras operaciones quirúrgicas.
¿Cómo se usan los hilos tensores?
Enfocándonos en cuestiones más prácticas, es interesante tener en cuenta que, antes de proceder a la aplicación de los hilos tensores, es importante que el profesional especialista que vaya a llevar a cabo la aplicación del tratamiento, realice una valoración y diseño previo.
Una vez superada esta primera fase, el especialista aplicará, en un transcurso aproximado de 30 a 45 minutos, los hilos tensores. Tras una pequeña infiltración anestésica en los puntos de entrada de los hilos, se aplican los hilos a través de una aguja-cánula muy fina dejando la queda tensada sin necesidad de anclajes. Unos hilos que, en su mayoría, están compuestos por ácido hialurónico, y son reabsorbibles por el propio organismo. ¿El resultado? Una piel más firme y más elástica.

¿Cómo queda la cara después de poner hilos tensores?
Según la define la Dra. Mayte Truchuelo, dermatóloga de Madrid y miembro de la AEDV, cuando usamos hilos para buscar un efecto lifting lo que estamos consiguiendo es por una parte estimular una reacción biológica que sintetice fibras de colágeno y fibras elásticas, que ayudan al tensado facial y, por otra parte en caso de usar los hilos tensores de poliláctico, los conos se anclan en el tejido, aportando también un efecto mecánico además de la ya comentada estimulación (reacción inflamatoria que finalmente inducirá un tensado de los tejidos y un efecto parecido al lifting).
Los efectos pueden durar un tiempo variable dependiendo de las estructuras faciales y de la zona de colocación, pero de media en torno a 12-18 meses.
¿En qué casos no se recomiendan los hilos tensores?
Tal y como señalan desde Sanitas, los hilos tensores no se recomiendan en caso de que la persona interesada esté tomando medicinas antiinflamatorias o anticoagulantes. La compañía líder en salud afirma que tampoco está indicado en personas que se han sometido a tratamientos estéticos de otra índole o si han tenido cirugías en los últimos meses.
Aquellas personas con la piel sensible o con algún tipo de patología en la piel deberán consultarlo con un profesional especialista, quien realizará un estudio y una valoración de su caso.