¿Se puede comer con otra persona a kilómetros de distancia? Mugaritz dice sí

¿Se puede compartir una comida con una persona ubicada en otra parte del mundo? Mugaritz, el (no) restaurante del chef Andoni Luiz Aduriz, apuesta por ello. En esto consiste el proyecto Bazkaria, en el que trabajan conjuntamente con Vicomtech.
¿Te imaginas poder compartir una misma comida con ese familiar o ese amigo que vive en la otra parte del planeta? El restaurante Mugaritz y Vicomtech, un Centro Tecnológico especializado en Inteligencia Artificial, Visual Computing e Interacción, trabajan para hacer realidad esa hipótesis.
Así nació el proyecto Bazkaria (comida en euskera), en el que trabajan conjuntamente desde hace meses. 'La cocina solo es el punto de partida. Dedicar tiempo a la investigación y la innovación nos permite seguir explorando los límites de la gastronomía y su impacto en la sociedad. El objetivo de Bazkaria es explorar el uso de tecnologías XR y telepresencia inmersiva para compartir una comida a distancia', explican desde Mugaritz.
Varias personas han realizado varias pruebas piloto en el restaurante ubicado en Rentería (en un caserío vasco donde disfrutar de la gastronomía), para dar forma a esa comensalidad digital que buscan Mugaritz y Vicomtech con su proyecto.
'Estamos explorando una de estas fronteras que tiene la gastronomía: la comensalidad digital. Ser un comensal es compartir la mesa, compartir el pan, ¿cómo se puede compartir esta mesa de manera virtual? Algunos de los sentidos que más participan en una experiencia gastronómica, como el olfato y el gusto, aún no se pueden digitalizar, pero la vista y el oído, sí', explica Ramón Perisé, jefe de I+D de Mugaritz.
Dos tipos de tecnología
La pandemia del covid, de la que se acaban de cumplir 5 años, despertó en todos nosotros esa necesidad de buscar formas de sentir a las personas cerca a pesar de la distancia y Mugaritz y Vicomtech quieren ir unos pasos más allá. 'Queremos que la idea de compartir mesa sea un poquito más real, a pesar de la distancia', explica Sergio Cabrero, investigador en Vicometch y coordinador del proyecto.
Y lo hacen utilizando dos tipos de tecnología. Por una parte, un vídeo volumétrico que da una tercera dimensión al vídeo para construir hologramas y por otra, unas gafas de realidad virtual 'que nos permiten crear la realidad mixta'. 'El vídeo volumétrico permite proyectar un holograma de la persona con la que estás compartiendo la mesa y de parte de su mesa, el plato que está comiendo, y ponerlo en tus gafas para que tú tengas la sensación de que esa persona está realmente en la mesa contigo. Tú estás en la mesa y la otra persona está proyectada enfrente. Hacemos lo mismo en los dos sitios. La ves como si estuviera sentada conmigo', explica Cabrero.
'Interesante, estimulante y prometedora'. Así define la experiencia la periodista gastronómica Sasha Correa, una de las protagonistas de esas pruebas pilotos que se han empezado a realizar. A Correa le pareció una experiencia muy cálida, a pesar de la tecnología, aunque si algo echó de menos fue ver los ojos de la otra persona, ya que están cubiertos con las gafas.
Este proyecto aún está en una fase incipiente, se están desarrollando todas las ideas y viendo las diferentes aplicaciones que podrá tener. 'Está lejos de lo que podrá ser, esperamos', dice Cabrero, que compara esta tecnología con el vídeo hace 100 años. 'Quizá en el futuro podamos llevar unas gafas mucho más pequeñas o incluso, no tendremos que llevarlas para conseguir una experiencia mucho más natural'.
Futuro desarrollo
Estas pruebas piloto están sirviendo tanto a Mugaritz como a los investigadores para ver los problemas que tendrán que afrontar en el futuro. Por ejemplo, en la fase actual del proyecto, están utilizando una tecnología de audio muy básica, porque ahora solo hay dos personas en la mesa, pero cuando haya más, tendrán que utilizar una tecnología llamada audio espacial, 'porque necesito saber de dónde viene ese sonido para saber qué comensal me está hablando'.
Y es cierto que el aroma y el gusto no se pueden digitalizar, pero Cabrero matiza: 'aún'. 'Hay hay equipos de investigación que están trabajando precisamente en esto, en cómo llevar el gusto digitalmente a otro sitio. Es aún más primitivo que las comunicaciones holográficas, pero sigue avanzando'.
¿Y qué otras aplicaciones podría tener esta comensalidad digital? 'Por ejemplo, los cuatro manos que realizamos los restaurantes a lo largo de todo el mundo se podrían hacer sin desplazar equipo y material por todo el mundo. Comer acompañado también ayuda mucho a la gente con desórdenes alimentarios. Y pensamos también en gente mayor que pierde el gusto por la comida por tener que comer solos', explica el jefe de I+D de Mugaritz, cuyo documental Sin pan ni postre inauguró la última edición del Culinary Zinema del Festival de Cine de San Sebastián.