El perfume que huele a croissant y convierte a Lidl en el rey del marketing navideño

Tendencias gourmand

La cadena lanza en EE. UU. una fragancia inspirada en su popular cruasán y reabre una pregunta deliciosa: ¿por qué los olores de panadería nos atraen tanto?

Eau de Croissant, la fragancia en forma de cruasán creada por Lidl US junto a la perfumista Sarah McCartney, busca captar el aroma cálido y mantecoso de su bollo más vendido.
Eau de Croissant, la fragancia en forma de cruasán creada por Lidl US junto a la perfumista Sarah McCartney, busca captar el aroma cálido y mantecoso de su bollo más vendido. | @lidlus

Hay olores capaces de detenerte en seco en mitad de la calle. El del croissant recién hecho, con su mezcla cálida de mantequilla, azúcar y masa tostada, es uno de ellos.

Ahora, Lidl US ha decidido capturar esa sensación y embotellarla en una fragancia tan inesperada como viral: Eau de Croissant, un perfume creado junto a la perfumista británica Sarah McCartney e inspirado directamente en el cruasán más vendido de la cadena. Un lanzamiento festivo, limitado y pensado -cómo no- para incendiar las redes en plena temporada navideña.

Un perfume con aroma de horno caliente

Eau de Croissant nace como un juego aromático: un perfume que reproduce el olor del croissant justo cuando sale del horno, con notas mantecosas, un punto dulce y una calidez casi reconfortante. Según ha explicado la propia cadena, la idea era rendir homenaje al producto estrella de su panadería en Estados Unidos, responsable de buena parte del tráfico matutino en sus tiendas.

Para redondear la experiencia, el frasco no podía ser convencional. Lidl encargó su diseño a la empresa creativa Plunge Creations, que dio forma a un pequeño croissant tridimensional ligeramente amarronado, como si hubiera pasado por un proceso de dorado perfecto. El resultado es un objeto tan juguetón como fotografiable, casi una pieza de colección más que un perfume tradicional.

Una edición limitada que solo se puede ganar

Ahora bien, conseguirlo no es tan fácil, puesto que no se encuentra a la venta. Hay que ganarlo en un concurso habilitado en el que los fans pueden participar siguiendo la cuenta de Instagram de Lidl US (@lidlus), donde aparecen todos los requisitos para poder hacerse con una de las 100 fragancias disponibles. El concurso finaliza hoy, 18 de diciembre.

Esta estrategia no es casual. En un momento en que los supermercados compiten a través de colaboraciones sorprendentes, ediciones limitadas y productos que saltan a TikTok sin pasar por caja, Lidl ha encontrado en este perfume una forma perfecta de captar atención sin saturar su catálogo físico.

Por qué nos fascinan los olores de panadería

Más allá del impacto mediático, la idea toca un punto gastronómico profundo: el olor del croissant es una emoción universal. Su atractivo tiene explicaciones muy concretas.

Por un lado está la mantequilla, que libera compuestos aromáticos irresistibles cuando se hornea igual que ocurre en un croissant clásico elaborado con masa hojaldrada. Por otro, la reacción de Maillard, responsable de ese aroma tostado que asociamos al pan recién hecho y que activa memorias de confort. Además, los perfumes gourmand -aquellos que evocan dulces, azúcar o masas horneadas- llevan años ganando terreno en perfumería gracias a su capacidad para transmitir calidez y familiaridad.

El croissant, con su mezcla de masa hojaldrada, caramelo y mantequilla fundida, reúne todos esos elementos. No es extraño que se haya convertido en el protagonista de una fragancia: es uno de los olores más reconocibles y reconfortantes de la panadería occidental.

El frasco de Eau de Croissant, diseñado para Lidl US, combina humor, diseño y estética gourmand en un guiño navideño a su bollo más icónico.
El frasco de Eau de Croissant, diseñado para Lidl US, combina humor, diseño y estética gourmand en un guiño navideño a su bollo más icónico. | @lidlus

La fiebre gourmand: cuando la pastelería inspira la perfumería

Aunque parezca extravagante, Eau de Croissant no surge en un vacío creativo. Desde hace una década, la perfumería contemporánea ha abrazado notas comestibles como la vainilla tostada, el cacao, el café o incluso evocaciones de brioche y crema pastelera. Las fragancias gourmand juegan con la nostalgia, el placer y la idea de un lujo accesible que conecta directamente con la memoria gustativa.

En este contexto, el lanzamiento de Lidl funciona como una parodia consciente -y a la vez un guiño culto- a esa tendencia. Es una fragancia que no pretende competir en elegancia, sino divertir, emocionar y provocar. Una pieza conceptual que convierte un gesto cotidiano -comprar un croissant- en una declaración estética.

Marketing navideño con aroma propio

Cada diciembre, las marcas buscan ese pequeño golpe de efecto capaz de destacar en un mar de campañas festivas. Lidl ha optado por una vía que mezcla humor, diseño y cultura gastronómica, logrando que el perfume circule por redes sociales mucho más allá de Estados Unidos.

Lo interesante es que, al margen del chiste inicial, Eau de Croissant plantea una reflexión sobre cómo consumimos y celebramos la comida: ya no basta con saborearla; queremos sentirla, olerla, llevarla encima como parte de nuestra identidad cultural. En un mundo saturado de estímulos, pocos aromas resultan tan universales y evocadores como el de un cruasán recién horneado.

Quizá nunca tengamos este Eau de Croissant en nuestro tocador, pero su existencia nos recuerda algo fundamental: la gastronomía es un lenguaje que va mucho más allá del plato. Puede convertirse en diseño, en arte, en broma, en objeto de deseo o incluso en perfume. Y lo más sorprendente es que, por un instante, todos entendemos el mensaje. Porque hay olores que hablan directamente al apetito, a la memoria y al placer. Y el del croissant es uno de ellos.

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