Por qué los anacardos son tan caros y qué factores influyen en su precio

Seguro que en alguna ocasión te has formulado la siguiente pregunta: ¿Por qué los anacardos son tan caros? Yo, por lo menos, sí. Y es que este fruto seco, conocido por su sabor y valor nutricional, cuenta con un exigente proceso de producción y costes extra que explican su alto precio. Conoce, en las próximas líneas los motivos por los que los anacardos son un auténtico lujo para muchos.
Dentro de la cocina y de las dietas saludables, los anacardos son uno de los frutos secos más apreciados. La demanda es uno de los motivos por los que su valor de mercado es tan alto. Pero sigue leyendo porque te voy a enumerar las diferentes razones por las que los anacardos son tan caros. Adelanto que cada etapa de su producción y distribución tiene mucho que ver.
Cultivo limitado y condiciones específicas
En primer lugar tienes que saber que el anacardo proviene de un árbol tropical conocido como Anacardium occidentale, un ejemplar que necesita para prosperar de climas húmedos y cálidos. Una de las causas por las que su cultivo en países como Vietnam, Brasil, India y otros países de África está restringido.
Por si fuese poco, cada árbol solamente produce una cantidad limitada de frutos, y cada fruto cuenta con un único anacardo, con lo que su disponibilidad se ve reducida. Las sequías y lluvias excesivas son factores climáticos que pueden afectar a las cosechas, haciendo que la escasez aumente y por ende, su precio.
Procesamiento complejo y costoso
Otra característica particular del anacardo es que no puede consumirse directamente después de ser cosechado. La razón es que su cáscara contiene un ácido tóxico que puede provocar quemaduras en la piel, conocida como cardol.
Con lo que el proceso de descascarillado necesitará de una maquinaria especializada o un cuidadoso trabajo manual, sobre todo en regiones en las que no se empleen equipos automatizados en el proceso de producción y recogida.
Fíjate que después de quitar la cáscara, el anacardo va a pasar por distintos procesos:
- Tostado, para eliminar así posibles residuos tóxicos.
- Pelado y clasificación, con el fin de asegurar que el producto final reúna la calidad que se le presupone.
- Envasado, manteniendo así su frescura y presentación.

Alta demanda global
Con motivo de su perfil nutricional y alta versatilidad, el anacardo ha adquirido una gran popularidad a nivel mundial. Y es que se utiliza en recetas gourmet, en snacks, como ingrediente principal en alimentos veganos, o en la elaboración de quesos vegetales, patés y mantequillas. También puedes preparar una deliciosa y saludable crema de anacardos en casa.
Una demanda al alza que combinada con una oferta de carácter limitado, supone un importante incremento en el precio de este fruto seco. Pero espera, porque en los países desarrollados y ante la preferencia por alimentos saludables y ecológicos, su consumo se ha disparado en los últimos años.
Costos de transporte e importación
En su mayoría, los anacardos comercializados a nivel global provienen de los países productores. El tener que ser transportados a largas distancias implica una serie de consecuencias, como:
- Costos logísticos, como transporte terrestre y marítimo.
- Aranceles, aduanas e impuestos en los países importadores.
- Distribución interna, para llegar a minoristas y supermercados varios.
Comercio justo y prácticas sostenibles
Para garantizar mejores condiciones laborales y salarios justos, en los últimos años muchas empresas del sector se han inclinado por adoptar políticas de comercio justo. Esta decisión supone pagar precios más altos a los agricultores encargados del cultivo del anacardo y otros frutos secos.
A su vez, las prácticas agrícolas sostenibles que tienen como fin minimizar el impacto ambiental, han supuesto un importante aumento del costo. Iniciativas positivas pero que hacen que el precio del producto se vea encarecido.
En conclusión, el elevado precio final de los anacardos es una suma de los siguientes factores: un cultivo limitado, el complejo proceso de producción, la alta demanda, los costes de distribución y las políticas adoptadas de comercio justo.