Mantequilla y margarina: diferencias, tipos y cuál conviene según su uso

A simple vista, la mantequilla y la margarina ya presentan diferencias de color y textura.
A simple vista, la mantequilla y la margarina ya presentan diferencias de color y textura.

¿Son lo mismo? ¿Cuál es más saludable? ¿Y para cocinar, cuál rinde mejor? Aunque a simple vista parecen similares, la mantequilla y la margarina tienen orígenes, composiciones y usos distintos. En este artículo te explicamos cuál elegir según tus necesidades y estilo de vida.

¿Qué es la mantequilla?

La mantequilla es un producto 100 % de origen animal, obtenido al batir la nata o crema de leche hasta que se separa la grasa del suero. El resultado es una emulsión sólida de grasa láctea, de textura cremosa y sabor inconfundible.

Ingredientes:

  • Nata de leche de vaca (mínimo 80 % de materia grasa)
  • Puede llevar sal o ser natural (sin sal)

Elaboración:

Se obtiene mediante un proceso de batido, lavado y amasado de la crema de leche. En versiones artesanales o ecológicas, la mantequilla conserva más propiedades nutricionales y un sabor más intenso.

Usos:

  • Repostería tradicional (galletas, hojaldres, bizcochos)
  • Cocinar y saltear (aunque tiene bajo punto de humo)
  • Untar en pan y tostadas
  • Elaborar salsas como la bearnesa o la holandesa
La mantequilla aporta sabor y textura en múltiples elaboraciones culinarias.
La mantequilla aporta sabor y textura en múltiples elaboraciones culinarias. | Pexels

¿Qué es la margarina?

La margarina nació en el siglo XIX como alternativa vegetal y más económica a la mantequilla. Su base son aceites vegetales refinados (como girasol, maíz, palma o soja), emulsionados con agua y estabilizantes para lograr una textura similar a la mantequilla.

Ingredientes:

  • Aceites vegetales (a veces parcialmente hidrogenados)
  • Agua
  • Emulsionantes, estabilizantes y antioxidantes
  • Colorantes y aromas
  • Puede contener leche o ser 100 % vegetal (ver etiqueta)

Proceso de fabricación:

Los aceites vegetales se someten a procesos físicos y químicos para solidificarlos. Algunos métodos, como la hidrogenación parcial, generaban grasas trans (hoy en día reguladas y reducidas en muchas marcas).

Usos:

  • Untar (especialmente en versiones blandas o light)
  • Cocina diaria (por su resistencia al calor)
  • Recetas veganas o sin lactosa
  • Hornear masas económicas
La margarina se unta con facilidad incluso recién sacada del frigorífico.
La margarina se unta con facilidad incluso recién sacada del frigorífico. | Freepik

¿Cuál es más saludable?

No hay una respuesta única. Todo depende del tipo de producto que elijas y de tu situación personal. Pero veamos algunos puntos clave:

1. Contenido graso

La mantequilla es rica en grasas saturadas (alrededor del 50-60 % del total), que consumidas en exceso pueden elevar el colesterol LDL (el "malo").

La margarina, al estar hecha de aceites vegetales, contiene más grasas insaturadas, consideradas más saludables. Sin embargo, si lleva grasas trans (aún presentes en algunas margarinas de mala calidad), puede ser perjudicial.

Consejo: Elige margarinas sin grasas trans y con aceites no hidrogenados.

2. Colesterol

La mantequilla contiene colesterol, ya que procede de la leche.

La margarina es libre de colesterol, lo que la convierte en una opción habitual para personas con problemas cardiovasculares.

3. Vitaminas y nutrientes

La mantequilla es rica en vitamina A, y si es de pasto, también en vitamina K2 y ácidos grasos beneficiosos como el CLA.

Muchas margarinas están enriquecidas con vitaminas D, E y omega-3, aunque de forma artificial.

¿Cuál es mejor en la cocina?

Aquí entran en juego tanto la textura como el sabor. Te damos algunos ejemplos prácticos para que veas cómo influyen:

Repostería

Mantequilla: ideal para masas quebradas, croissants, cookies o bizcochos por su sabor y capacidad de dar estructura.

Margarina: se puede usar, pero el resultado es menos sabroso y más blando.

Ejemplo: unas galletas de mantequilla serán más crujientes y aromáticas que las hechas con margarina.

Cocina del día a día

Mantequilla: mejor para saltear suavemente o preparar salsas, pero se quema fácilmente (punto de humo bajo).

Margarina: resiste mejor el calor, sobre todo en versiones pensadas para cocinar o freír.

Para untar

Margarina gana por facilidad: muchas vienen listas para untar directamente del frigo.

Mantequilla necesita ablandarse unos minutos para ser manejable.

La mantequilla es un ingrediente clave para dar sabor y consistencia a postres y tartas.
La mantequilla es un ingrediente clave para dar sabor y consistencia a postres y tartas. | Freepik

¿Y si eres vegano o intolerante a la lactosa?

La margarina vegetal sin lácteos es la opción adecuada: muchas marcas ya ofrecen versiones 100 % vegetales, sin proteínas lácteas ni trazas. Eso sí, lee bien las etiquetas, porque algunas margarinas siguen llevando derivados lácteos.

La mantequilla, por su naturaleza, no es apta para dietas veganas ni para personas con alergia o intolerancia a la lactosa.

Tipos de mantequillas y margarinas que puedes encontrar en el mercado

Hoy en día, la oferta de mantequillas y margarinas es muy amplia. Existen versiones para todos los gustos, necesidades dietéticas y tipos de cocina. A continuación, repasamos las principales variedades disponibles.

Tipos de mantequilla

1. Mantequilla tradicional o clásica:

Elaborada con nata de leche de vaca, puede presentarse con o sin sal. Es la más común y se utiliza tanto para untar como para cocinar o hacer repostería.

2. Mantequilla ecológica:

Procede de leche de vacas alimentadas con pasto y sin antibióticos ni pesticidas. Suele contener más ácidos grasos beneficiosos (como el omega-3 o la vitamina K2).

3. Mantequilla clarificada:

Se obtiene al eliminar el agua y los sólidos lácteos de la mantequilla, lo que le da un sabor más profundo y un punto de humo más alto.

4. Mantequilla con sabores:

Algunas marcas ofrecen mantequillas aromatizadas (con ajo, finas hierbas, trufa o, incluso dulce, como miel), pensadas para dar un toque especial a platos y aperitivos.

5. Mantequilla light:

Tiene menos grasa que la tradicional (entre el 40-60 %, frente al 80 % habitual) y puede contener agua o leche desnatada. Es más ligera, pero menos sabrosa.

6. Mantequilla con Denominación de Origen Protegida (DOP):

Destacan la Mantequilla de Soria, disponible en versión natural, salada y dulce, y la Mantequilla del Alt Urgell y la Cerdanya, elaborada con leche de vacas de montaña, de sabor intenso y textura firme.

Si te interesa elegir una buena mantequilla para tu despensa, puedes consultar, en este artículo, el análisis de la OCU sobre las mejores mantequillas de supermercado donde se comparan distintas marcas por calidad, sabor y precio.

El aceite de girasol es una de las bases más comunes en la elaboración de margarinas vegetales.
El aceite de girasol es una de las bases más comunes en la elaboración de margarinas vegetales.

Tipos de margarina

1. Margarina vegetal tradicional:

Hecha a partir de aceites vegetales como girasol, maíz, soja o palma. Puede contener o no derivados lácteos. Útil para cocinar y untar.

2. Margarina para untar:

Presenta una textura más blanda incluso en frío, ideal para tostadas o bocadillos. Suelen tener un menor contenido en grasa.

3. Margarina sin grasas trans:

Versiones modernas que evitan los procesos de hidrogenación parcial y eliminan las grasas trans, perjudiciales para la salud cardiovascular.

4. Margarina enriquecida:

Algunas están suplementadas con omega-3, esteroles vegetales (que ayudan a reducir el colesterol) o vitaminas como la A, D y E.

5. Margarina light o baja en calorías:

Con menor porcentaje de grasa y más agua. Apta para quienes buscan reducir la ingesta calórica diaria.

6. Margarina 100 % vegetal (apta para veganos):

Formuladas sin ingredientes de origen animal, incluyendo leche o suero. Son la opción preferida por veganos y personas con intolerancia a la lactosa.

Recomendaciones oficiales sobre el consumo de grasas

Tanto la Organización Mundial de la Salud (OMS) como la Fundación Española del Corazón (FEC) coinciden en que es importante reducir el consumo de ciertas grasas y priorizar otras más saludables, para prevenir enfermedades cardiovasculares. Estas recomendaciones están alineadas con las pautas internacionales y son especialmente relevantes a la hora de elegir entre productos como la mantequilla o la margarina, ya que no todas aportan el mismo tipo de grasa ni en la misma proporción.

Según la OMS, las grasas no deben superar el 30 % del aporte calórico total diario, y dentro de esa cantidad, las grasas saturadas deberían suponer menos del 10 %, mientras que las grasas trans no deberían estar por encima del 1 %. En la misma línea, la Fundación Española del Corazón aconseja limitar el consumo de grasas saturadas y trans, presentes en productos como bollería industrial, fritos o mantecas animales, y dar prioridad a fuentes de grasas saludables.

Preguntas frecuentes (FAQ)

¿La margarina engorda menos que la mantequilla?

No siempre. Ambas rondan las 500-700 kcal por 100 g. Lo importante es controlar las porciones.

¿Puedo usar margarina en repostería?

Sí, aunque la textura y el sabor cambiarán. Para un resultado clásico, mejor mantequilla.

¿La mantequilla ecológica es más saludable?

Aporta más nutrientes (como omega-3 y vitamina K2), pero sigue siendo un producto graso. Ideal si se consume con moderación.

¿Existen margarinas sin aditivos?

Sí, hay margarinas con ingredientes sencillos y sin grasas trans. Lee bien el etiquetado.

Tanto la mantequilla como la margarina tienen cabida en una alimentación equilibrada, siempre que se consuman con moderación y se elijan versiones de calidad. La clave está en conocer sus diferencias, leer las etiquetas y utilizar cada una según el uso culinario o las necesidades nutricionales.

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