Qué es el seitán y cómo cocinarlo para incorporarlo a tu dieta

El seitán te abre muchas posibilidades en la cocina vegetal. Es un alimento proteico, económico y fácil de preparar, ideal para quienes buscan alternativas a la carne en su dieta.
Ya sea cocinado en guisos, salteados o a la plancha, el seitán puede convertirse en un ingrediente habitual en tu cocina si lo combinas con especias y lo cocinas de forma adecuada.
Descubre todo lo que tienes que saber sobre este alimento tan famoso en las dietas vegetarianas.
Qué es el seitán
El seitán es uno de los alimentos imprescindibles en la despensa de vegetarianos y veganos y está elaborado a partir de gluten de trigo, la proteína principal de este cereal.
Se conoce también como carne vegetal por su textura firme y fibrosa, parecida a la carne animal. Rico en proteínas y bajo en grasas, el seitán se ha convertido en una opción popular entre personas que siguen dietas vegetarianas o veganas, así como en quienes buscan reducir el consumo de carne.
Su origen se remonta a la cocina tradicional asiática, especialmente en China y Japón, donde se emplea desde hace siglos en la alimentación budista. En Japón se le conoce como fu y en China, como mien chin. El término seitán fue acuñado en los años 60 por George Ohsawa, fundador del movimiento macrobiótico, al introducir este producto en Occidente.
Valor nutricional del seitán
El seitán es muy rico en proteínas, con unos 20 a 25 gramos de proteína por cada 100 gramos de producto. No contiene colesterol y tiene poca grasa, lo que lo convierte en un alimento interesante para dietas bajas en grasa animal.
Sin embargo, no contiene todos los aminoácidos esenciales, por lo que no es una proteína completa. Para obtener una dieta equilibrada, conviene combinarlo con legumbres, frutos secos o cereales integrales.
El seitán no es apto para personas con celiaquía o sensibilidad al gluten, ya que está hecho exclusivamente de esta proteína.

Cómo preparar seitán en casa
Aunque lo puedes comprar ya elaborado, tanto fresco como envasado, también puedes elaborar tu propio seitán casero partiendo de harina de trigo (un proceso más elaborado) o de gluten, de una forma más sencilla.
Cuando elaboras el seitán en casa, puedes ajustar los condimentos del caldo para adaptar el seitán a tus gustos: más especias si lo quieres para platos sabrosos o más neutro, si prefieres un sabor suave.
En este caso, te proponemos cocerlo en un caldo de verduras. Para ello, trocea una cebolla y una zanahoria, y ponlas a cocer en una cazuela con abundante agua, un alga kombu y una hoja de laurel.
Preparar seitán a partir de gluten
Coloca 100 gramos de gluten en un bol. Haz un pequeño agujero en el centro y vierte el tamari y la misma cantidad (50 ml) de agua. Amasa y haz una bola.
Introduce la bola de masa en la cazuela con las verduras. Vierte un chorro de tamari. Cuécela durante 45-60 minutos.
Elaborar seitán a partir de harina de trigo
Para el seitán de harina integral, coloca un kilo de harina en un bol. Vierte poco a poco agua (3/4 de litro aproximadamente) y amasa hasta que la harina no se pegue a las manos.
Saca la masa del bol y sigue amasándola durante 15 minutos sobre la encimera, para que quede suave y no se rompa.
Introdúcela de nuevo en el bol, cúbrela con agua y deja que repose durante 30 minutos como mínimo.
Después de que haya reposado, vuelve a amasarla dentro del bol para que suelte el almidón.
Cuando el agua coja un color blanco, tírala, y vierte limpia. Vuelve a lavar la masa 6 o 7 veces más, hasta que reduzca.
Introduce la bola de masa en la cazuela con las verduras. Vierte un chorro de tamari. Cuécela durante 45-60 minutos.

Cómo cocinar el seitán
El seitán es muy versátil y se puede cocinar de múltiples formas. Admite preparaciones similares a las de la carne, es por eso que muchos lo consideran un sustituto de ella en las dietas vegetarianas y veganas.
El sabor del seitán por sí solo es bastante neutro, por lo que es importante marinarlo o cocinarlo con ingredientes aromáticos.
Absorbe muy bien los sabores del plato, lo que lo hace ideal para salsas, curry o platos al horno.
El seitán se puede cocinar a la plancha o sartén, cortado en filetes o tiras, dorado con un poco de aceite.
El seitán puede funcionar como la alternativa vegetal a los embutidos o la carne en bocadillos y hamburguesas.
Se puede guisar o estofar, en platos con verduras, patatas o legumbres.
También puedes empanar o rebozar el seitán, como si fueran nuggets o escalopes.

También se puede comer salteado al estilo asiático: con verduras, salsa de soja y arroz, o con fideos de udon, como esta pasta china con seitán.
Puedes preparar fajitas vegetales con seitán salteado sustituyendo al pollo o la ternera, pimientos y cebolla. O cocinar unas brochetas de seitán a la parrilla.
En la cocina asiática se emplea también en sopas, fideos y salteados.
Cómo conservar el seitán
El seitán casero cocido se puede guardar en la nevera, dentro de su propio caldo o en un recipiente hermético, durante 4 a 5 días. Si se ha comprado envasado, hay que seguir las indicaciones del fabricante y respetar la fecha de caducidad.
El seitán se puede congelar tanto cocido como en crudo (sin cocer). Para ello, se recomienda envolverlo en film transparente o usar bolsas de congelación herméticas.
Si preparas grandes cantidades, envasarlo al vacío permite conservarlo fresco más tiempo sin perder textura.