Leche de soja: ¿Qué "problema" hay con la soja?
Pues bien, durante mucho tiempo se ha hablado de los peligros que podría suponer un consumo continuado de este tipo de legumbre. Entre ellos, los más alarmantes son el aumento de las posibilidades de padecer cáncer de mama, el descenso de la fertilidad y las alteraciones en el páncreas y las tiroides, que, a su vez, favorecerían otros tipos de cánceres.
Explicado llanamente, los culpables de estas acusaciones son, por un lado, los fitoestrógenos, un tipo de isoflavonas consideradas como estrógenos vegetales. Estos son un tipo de hormonas, principalmente femeninas, que se encuentran presentes de manera natural en el cuerpo de las mujeres.
El problema está en que la soja también contiene altas cantidades de estrógenos. Por lo tanto, un consumo alto de la legumbre produciría alteraciones en sus niveles, que podrían dar lugar a enfermedades.
A los fitoestrógenos se les suma la genisteína, otro tipo de isoflavona. Estos dos podrían actuar como potenciales reductores de la fertilidad. Al mismo tiempo, la genisteína se relaciona con las alteraciones de las tiroides porque puede causar daños en las enzimas que sintetizan las hormonas tiroideas.
Estas son solo algunas de las acusaciones que se le atribuyen a la soja. ¿Pero qué hay de verdad en todo esto?
Para esclarecer esta cuestión, en Hogarmania hemos hablado con la nutricionista Patricia Ortega, especializada en patología digestiva y en alimentación vegetariana y vegana. Sus conocimientos y consejos los comparte a través de su cuenta de Instagram, seguida por más de 22k usuarios.
Por su parte, Patricia Ortega considera que no es ninguna novedad que la soja haya sido criminalizada, "A día de hoy, se pueda seguir encontrando mucha información contradictoria sobre alimentación. Está claro que cualquier recomendación siempre tiene que ser personalizada y valorada en función de los diferentes contextos que nos podamos encontrar. Pero siguen existiendo mitos que no tienen ningún fundamento científico", comenta.

Relación entre la leche de soja y algunas enfermedades
Soja y cáncer de mama
Actualmente, muchos estudios científicos apuntan que no existen razones sólidas para desaconsejar el consumo de soja y sus derivados. "En casos de cáncer de mama, se ha visto que el consumo regular de soja, y, por tanto, de sus isoflavonas, se ha relacionado con una disminución de la mortalidad", señala la nutricionista.
Por lo tanto, solo se debe evitar en los casos evidentes, "Personas que tengan alergia a la soja y aquellas a las que ni les guste su sabor, ni quieran introducirla en su dieta por el motivo que sea", matiza Ortega.
Soja y alteraciones en las tiroides
Respecto a los efectos de la isoflavona genisteína, el consumo de soja que tiene una persona con una dieta mediterránea como la nuestra, no supone ningún tipo de riesgo.
Es decir, cuando se habla de estos peligros derivados de la soja, se podrían dar en casos totalmente extremos. En aquellos en los que su consumo sea muy superior a lo que se consideran cantidades normales. Como puede pasar con un consumo muy abusivo de cualquier otro alimento.
"En pacientes con hipotiroidismo que están medicados, lo que se recomienda es separar el consumo de soja de dicha medicación para que no haya interferencia en su absorción. Es decir, si se toma la medicación por la mañana en ayunas, en esa misma ingesta no puede haber bebida de soja, por ejemplo. Pero aparte de esto, no hay ninguna contraindicación en su consumo", añade la experta.

Beneficios de la leche de soja
Lejos de ser un alimento peligroso, este tipo de legumbres siempre ha sido alabada por su rico valor nutricional. "La soja es una legumbre que está relacionada con aportes positivos para la salud, como toda la familia de las legumbres a la que pertenece", explica Patricia Ortega.
Pero, además, la soja tiene un valor añadido que otras legumbres de su familia no tienen. Es el caso de los compuestos bioactivos, como las mismas isoflavonas, que en realidad resultan beneficiosas para la salud.
"A nivel proteico, es interesante, tanto por su cantidad (que varía en función del derivado que queramos consumir), como por su calidad, ya que contiene todos los aminoácidos esenciales. Además, es rica en calcio y hierro", indica la nutricionista.
Por último, Patricia apunta que no hay que eliminar la leche animal de nuestra dieta y sustituirla por la vegetal con la creencia de que esta última es más saludable. Es decir, las leches vegetales no son más, ni menos recomendables.
"Ninguna de las opciones es imprescindible y ambas pueden estar presentes dentro de una alimentación saludable." En definitiva, consume aquella que más te guste y que esté acorde con el tipo de alimentación que quieres llevar.