¿Por qué Monet pintó unas 300 veces los nenúfares de su jardín?

Los Nenúfares de Claude Monet

Durante más de 25 años, Monet pintó su jardín y su estanque de nenúfares como un refugio y una obsesión artística

"Los nenúfares" de Claude Monet.
"Los nenúfares" de Claude Monet.

Claude Monet, uno de los grandes pilares del impresionismo, dedicó más de un cuarto de siglo a pintar un mismo lugar: el estanque de nenúfares de su jardín en Giverny, en Francia.

Lo retrató unas 300 veces, en distintas condiciones de luz, estaciones y perspectivas.

Lejos de ser repetitivo, para Monet su hogar fue una fuente inagotable de exploración visual, artística y emocional.

El ciclo de Los nenúfares no solo representa una etapa clave en su obra, sino también una evolución en la manera de concebir el arte. Además de forma literal, ya que Monet sufría problemas de visión —en concreto, cataratas— que afectaron directamente a su percepción del entorno y, por ello, a su forma de pintar y de interpretar los colores.

El jardín de Giverny: una creación a su medida

En 1883, Monet se instaló en Giverny, un pueblo al noroeste de París. Allí diseñó su jardín como si colocara cada elemento sobre un lienzo en blanco: Hizo plantar flores exóticas, construir un puente de estilo japonés e incluso desvió un brazo del río Epte para crear su famoso estanque. De esta forma, Monet convirtió su hogar en su gran inspiración.

El jardín no era un escenario sin alma, sino un espacio profundamente personal. Monet lo controlaba todo: la vegetación, la disposición de las plantas, el flujo del agua.

Al pintar Los nenúfares, reinterpretaba un entorno que él mismo había creado desde cero como su visión del paraíso.

En este artículo te hablamos sobre los jardines más bonitos de Europa y, por supuesto, de los jardines de Giverny: Los jardines más bonitos de Europa, ¡descúbrelos aquí!

A continuación, te contamos algunos de los motivos que llevaron al artista a pintar tantísimas veces el estanque de nenúfares de su hogar.

Estanque de nenúfares del jardín de Giverny de Claude Monet.
Estanque de nenúfares del jardín de Giverny de Claude Monet.

Una obsesión por captar lo efímero e incontrolable

El estanque de los nenúfares era un elemento clave para la representación de lo efímero que tanto apasionaba al pintor.

Monet, como gran representante del expresionismo, no pintaba los nenúfares como simples flores estáticas. Lo que realmente fascinaba al artista era la luz cambiante, los reflejos del cielo en el agua, las variaciones sutiles del color de la flora de alrededor dependiendo de la época del año. Y todo esto no se puede retratar en un solo cuadro. Cada captura era única, un instante irrepetible.

Monet con sus grandes obras de Los nenúfares.
Monet con sus grandes obras de Los nenúfares. | Museo de la Orangerie

Desinterés progresivo por lo externo

Otro de los motivos que llevaron a Monet a pintar tantas obras de Los nenúfares, así como de otras zonas de su jardín es que, con el paso de los años, el artista fue mostrando un desinterés cada vez mayor por lo que ocurría fuera de su entorno más inmediato.

A medida que envejecía, la sociedad, las tendencias artísticas y las preocupaciones mundanas iban perdiendo relevancia para él. Sin embargo, su jardín seguía siendo su refugio personal y creativo.

Proyecto monumental: Las grandes decoraciones

En los últimos años de su vida, Monet centró su inspiración en las grandes decoraciones, y los nenúfares de su jardín fueron el elemento perfecto para retratar a lo grande.

Después del final de la Primera Guerra Mundial, Claude Monet decidió regalar Los nenúfares al Estado francés como símbolo de paz.

Las obras fueron instaladas en el Museo de la Orangerie en 1927, tal como estaba previsto, aunque Monet murió unos meses antes de su incorporación.

Estos paneles que ocupan paredes enteras, denominados como la Capilla Sixtina del Impresionismo por el pintor francés André Masson, muestran el trabajo más maduro de Monet.

Los nenúfares se presentan como unas obras envolventes diseñadas para rodear al espectador, creando una experiencia inmersiva y casi meditativa.

Los nenúfares de Claude Monet en el Museo de la Orangerie.
Los nenúfares de Claude Monet en el Museo de la Orangerie. | Museo de la Orangerie
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