El bonsái es ese elemento de la cultura popular que todos conocemos pero con el que no solemos estar muy familiarizados. En este artículo hablaremos de como iniciarse en el mundo de los árboles en miniatura.
¿Qué es un bonsái?
Se utiliza el término bonsái para referirnos al arte de cultivar un árbol o arbusto de pequeño tamaño en una maceta, normalmente de cerámica.
El significado literal de bonsái es árbol en maceta, por lo que se trata de un arte en el que ninguna parte puede desentenderse de la otra y en el que se combinan elementos artísticos con elementos de la jardinería.
El objetivo que normalmente se persigue cuando nos iniciamos en el mundo del bonsái es crear una representación realista, pero reducida, de la naturaleza, tratando de que no sea demasiado obvia la intervención de la mano humana en el resultado final.
Para que esta técnica de cultivo de árboles sea exitosa deberemos prestar atención a muchos factores. Es este aspecto la que lo hace enormemente atractivo ya que deberemos podar, pinzar, alambrar, regar, abonar (y mucho más) en el momento preciso y de la forma adecuada para lograr tener unas plantas sanas y elegantes
¿Cómo debe ser la maceta de un bonsái?
Como ya hemos comentado, la maceta en un bonsái es casi tan importante como el propio árbol. Existen las llamadas macetas de entrenamiento, normalmente de cerámica o plástico, en las que situamos el árbol durante su desarrollo para permitirle un correcto crecimiento radicular que nos facilite el cultivo.
Aparte del uso de macetas de entrenamiento de cerámica, algunos autores recomiendan el uso de coladores para conseguir un crecimiento más rápido del árbol. Una vez este ha llegado a los objetivos fijados, se traspasa a lo que se conoce como macetas de exposición, la maceta definitiva del bonsái.
Aunque la elección de las bandejas de bonsái es totalmente personal, hay algunas recomendaciones estéticas como, por ejemplo, que la anchura de la maceta sea 2/3 de la altura del árbol, que su altura esté comprendida entre una y dos veces el grosor del tronco de la base del árbol, que debe ser estética pero sin robarle protagonismo a la planta, etc.
¿Cuáles son las principales especies utilizadas en bonsái?
Realmente, dentro del mundo del bonsái, tienen cabida todas las especies de árboles y arbustos que puedan lignificar, es decir, desarrollar un tronco y unas ramas leñosas (de madera).
Tradicionalmente existen, sin embargo, ciertas especies que, por sus características (hojas naturalmente pequeñas, cierta resistencia...), se han utilizado en mayor medida, además de que suelen destacan por ser muy resistentes y ser aconsejables para iniciarse en este milenario arte.
Para hablar de ellas, las hemos clasificado en tres grandes grupos: árboles de hoja caduca, árboles de hoja perenne y árboles que son coníferas o pinos.
Especies caducas en bonsái
1. Olmo chino (Ulmus parvifolia, antiguamente conocido como Zelkova parvifolia). Se trata de una especie autóctona del sudeste asiático que produce una ramificación fina con hojas pequeñas serradas, convirtiéndolo en un estupendo candidato para nuestra colección.
En función del clima, se comporta como caduco o semicaduco, aunque para climas templados se recomienda situarlo a pleno Sol.

2. Arce palmeado japonés (Acer palmatum). Es una especie muy apreciada en el mundo del bonsái, incluso se suele afirmar que una colección que no contiene un ejemplar de estos, se encuentra incompleta.
Destaca por presentar ramas muy finas
rematadas con hojas de 5 lóbulos muy coloridas, especialmente durante la brotación y en otoño. Presenta troncos robustos de color verde o tonalidades rojizas cuando es joven, y grisáceos
cuando envejece.

Especies perennes en bonsái
1. Olivo (Olea europaea). Estamos hablando de la especie mediterránea por excelencia para crear un bonsái. Suele utilizarse su versión salvaje, conocida como acebuche (Olea europaea silvestrys) ya que produce unas hojas muy pequeñas y duras de color verde brillante.
Es una especie muy recomendable para principiantes debido a su resistencia y fácil cultivo. Se caracteriza por ser muy robusto y longevo, llegando a desarrollar unos espectaculares troncos envejecidos que no dejan indiferente a nadie

2. Ficus. En este género se incluyen muchas y variadas especies, desde los ficus clásicos hasta las higueras (Ficus carica). Probablemente, sea uno de los géneros más extendidos en el mundo del bonsái, sobre todo entre los aprendices de este
milenario arte, debido a la sencillez de sus cuidados, su resistencia al clima, su rápido crecimiento y la flexibilidad de su
tronco.
Suele presentar una corteza lisa de color gris de la que brotan raíces aéreas que actúan como pilares de sustento y que son muy apreciadas en el cultivo de esta especie.

Especies de coníferas y pinos
1. Enebro (género Juniperus). Destacan algunas especies como el Junípero chino (Juniperus chinensis) o el Sonare (Juniperus procumbens), aunque todas se cuidan de manera similar.
Son coníferas de colores que oscilan entre los tonos verde claros y los verde azulados y se agrupan en dos grandes categorías en función de su follaje, que puede ser escamoso o en forma de aguja. Presenta un lento crecimiento pero una gran resistencia y longevidad. Suelen crearse bonsáis en los que esta especie está acompañada de madera muerta, formando bonitas composiciones.

2. Pinos (género Pinus). Encontramos especies características para el bonsái como el pino negro japonés (Pinus thunbergii) o el pino rojo japonés (Pinus densiflora).
Aunque visualmente es uno de los bonsáis más característicos, no es especialmente recomendado para principiantes debido a su sensibilidad radicular. Presenta una corteza con escamas grisáceas y unas características hojas en forma de aguja llamadas acículas.

Realmente el tamaño (siempre que no supere un metro) y estilo de bonsái depende de nuestra imaginación, talento y experiencia. Nunca van a ser características que definan la calidad de nuestro árbol. Sin embargo, debemos tener en cuenta que, mediante el bonsái, tratamos de replicar a la naturaleza de manera reducida, por ello se suelen reproducir formas naturales.
Mientras que algunas especies, por su naturaleza, serán aptas solo para unos estilos concretos, otras permitirán muchas otras opciones. Aquí os nombramos algunas de las más típicas, aunque las opciones son casi infinitas.
Principales bonsáis según su tamaño
- Shito. Son los bonsáis de un tamaño inferior a 5 centímetros de altura. No suelen ser muy comunes debido a que sus cuidados son extremadamente laboriosos y delicados.
- Mame. Podríamos decir que son aquellos "bonsáis pequeños" que se pueden obtener de manera comercial, de un tamaño entre 5 y 15 centímetros de altura, lo que nos permite trabajar con ellos con más facilidad.
- Shohin. Presentan una altura de entre 15 y 25 centímetros aproximadamente. Son bastante populares, ya que permiten replicar diferentes estilos sin ocupar grandes espacios, por lo que son excelentes candidatos para tener en nuestra terraza o jardín.
- Chujin. Miden entre 25 y 40 centímetros de altura, y son el último tamaño de bonsái que pueden ser fácilmente transportables debido a su peso.
Principales bonsáis según su estilo
- Bonsái vertical (Chokkan, Moyogi...). Es el bonsái más clásico y popular. Cuando el tronco es completamente recto se denomina de estilo formal (Chokkan), por formarse sus ramas en capas regulares. También existe el conocido como estilo vertical informal (Moyogi), cuando el tronco tiene una forma ondulante y las ramas crecen en cada curva. Vemos como el equilibrio del árbol se logra cuando su ápice coincide con el centro de la base del tronco y el follaje tiene forma piramidal.

- Hokidachi. Conocido como estilo en escoba, se suele emplear en árboles caducifolios como los olmos chinos o los arces. Su complejidad radica en que presenta un enorme número de ramas que debemos lograr ramificar correctamente para que que se muestren mientras el árbol está desnudo.
- Kengai. Se conoce como estilo en cascada. Aunque puede ser complicado de lograr debido a que el crecimiento hacia abajo se produce en contra de la dirección natural, los resultados son espectaculares. Se suele emplear una maceta alta para mostrar las curvas obtenidas.
¿Qué beneficios nos pueden aportar los bonsái?
- Elevar la autoestima. El esfuerzo necesario para cultivar estos pequeños árboles conlleva una fuente de satisfacción personal y un incremento de
la confianza en uno mismo al lograr los objetivos fijados.
- Mejorar la calidad del aire de tu hogar. Pueden ayudar a eliminar algunas toxinas domésticas.
- Ayudar a conectar con la naturaleza. Permiten recrear un pequeño rincón de la naturaleza en nuestros hogares, lo que puede ser fundamental, sobre todo cuando se vive en una ciudad.
- Relajarse y reducir el estrés. Permiten desconectar y disminuir los niveles de estrés y ansiedad, beneficiando nuestro estado de ánimo.
Una vez presentadas todas estas claves, es importante que conozcas también los errores a evitar en los cuidados del bonsái.