Composición con ceratostigma o cerato, Boca de dragón y violas

En el briconsejo de jardinería de hoy, vamos a hablar de una planta vivaz con unas flores muy pequeñas azules que empiezan a aparecer a finales o mediados de verano.

Esa floración perdura ininterrumpidamente hasta casi entrado el invierno y, según se va adentrando el otoño, sus hojas empiezan a coger una coloración rojiza y anaranjada.

Se trata de la Ceratostigma griffithi, una planta vivaz que, como podéis ver, tiende a cubrir la superficie desarrollando unos brotes subterráneos mediante un rizoma .

Esta pequeña flor azul es la del cerato, también conocida como la flor de Bach. Se suele decir que esta flor tiene la cualidad de dar fuerza, energía y autoestima a las personas que dudan o desconfían de sí mismas.

Esta planta es perfecta para plantarla en la parte frontal de un parterre debido a que necesita la fuerza del sol para florecer intensamente.

Es una plantación de primera línea, se queda bastante bajita y se recomienda que al final del invierno se corte al ras para que vuelva a brotar con vigor.

El cerato no llega a tener una floración explosiva pero sí muy prolongada. Además de esta cualidad, es muy llamativo su color azul, muy poco habitual en nuestros jardines.

Composición en tonos azules y rosas con cerato, bocas de Dragón y violas

Vamos a plantar en una maceta grande una planta de Ceratostigma y la vamos a acompañar de unos alelís, flores de temporada que aguantan las temperaturas y condiciones del invierno.

Esta variedad que usamos hoy, no posee unas flores tan compactas como las de las variedades que se comercializan normalmente.

Iñigo Segurola las ha escogido en función del color rosa que combina a la perfección con el azul y la tipología otoñal de la Ceratostigma.

Vamos a incluir también en la composición unas bocas de Dragón en tonos rosas y unas violas azules que pegan muy bien con el resto de tonalidades.