Juanjo, de Diario Dun neno labrego, os va a hablar de un aspecto que mucha gente pasa por alto y que, para aquellas personas que decidís cultivar de forma ecológica y eliminar la utilización de productos como los insecticidas, los herbicidas o los abonos químicos, es fundamental: la recolección y la selección de nuestras propias semillas.
Consejos para la recolección de semillas
Uno de los puntos más importantes, desde mi punto de vista, a la hora de conseguir cultivar nuestros propios alimentos sin la utilización de químicos, es la selección de semillas.
Si seleccionamos las semillas que sembraremos cada temporada estaremos seleccionando también las plantas que vamos a plantar en nuestra huerta, huerto urbano o macetohuerto y estas serán plantas más fuertes, plantas más adaptadas a nuestro clima, a nuestro suelo y por lo tanto más adaptadas a las condiciones de cultivo de nuestra zona.
Para tener nuestro propio banco de semillas en lo primero que tenemos que pensar es en que, para que haya semilla, primero tiene que haber una planta.

Después, ésta tiene que florecer para darnos semillas, como es el caso de las lechugas o de la rúcula. En otras plantas necesitamos que también produzca fruto, como es el caso de las tomateras o las berenjenas.
Si estamos empezando, el primer paso sería conseguir plantas, de agricultura ecológica, en cualquier centro especializado o de algún vecino, familiar o amigo.
Otra opción es conseguir semillas de la zona y empezar el proceso desde la germinación de estas semillas. También, podemos hacernos con un fruto del que recolectar sus semillas.
Con el paso del tiempo irás haciendo tu propio banco de semillas y mejorándolo y aumentándolo temporada tras temporada.
Con respecto al párrafo anterior, donde hago referencia a "conseguir un fruto y recolectar sus semillas" no nos vale el fruto que compremos en una frutería o gran superficie, aunque sean de producción ecológica, aunque de elegir una de estas opciones, la última sería la mejor.
El motivo por el que no vale es que, en muchos casos, estos frutos se recolectan cuando aún no han madurado lo suficiente para que se conserven mejor a la hora de su transporte y posterior comercialización. Por lo tanto, sus semillas no se han formado correctamente y se reduce mucho el porcentaje de germinación de estas, además de otros inconvenientes.

Tener nuestro propio banco de semillas es una tarea relativamente sencilla, para ello tendremos en cuenta una serie de pasos para que éste se conserve en el tiempo y que cada inicio de temporada tengamos un éxito absoluto en la elaboración de los semilleros.
Es evidente que para que los semilleros lleguen a buen puerto no sólo influye la elección de las semillas. También hay que tener otros factores en cuenta que puedes leer en este post: 5 tips básicos para tener éxito con los semilleros.
Pasos a seguir para la elaboración de tu propio banco de semillas:
1. La recolección:
Elegir ejemplares fuertes y sanos, es fundamental que seleccionemos plantas que no hayan tenido plagas ni enfermedades.
- Manipular correctamente (lugar limpio y utensilios limpios)
- Eliminar cualquier resto e impurezas
- Dejar secar bien las semillas antes de guardarlas. La humedad es el principal enemigo que puede echar al traste semanas o incluso meses de trabajo.
2. La conservación:
- Guardar en lugar fresco, oscuro y sin humedad. (Es muy importante este aspecto si queremos garantizar su conservación)
- Etiquetar con el nombre de la variedad, lugar de procedencia y fecha de recolección.
- Vigilar con frecuencia para atajar a tiempo cualquier posible problema.
3. La germinación:
- Germinar siempre las semillas más antiguas. La mejor forma de conservar una variedad de tomate, de lechuga o de cualquier otra hortaliza es su cultivo. Todas las semillas tienen una viabilidad limitada, unas un par de años otras más. Por eso es importante el siguiente paso.
- Hacer test de germinado cada temporada.
Comprar plantas directamente en un centro especializado es quizás la forma más sencilla de conseguir plantas cada temporada. Sin duda es así, no te lo voy a negar, pero realizar nuestro propio semillero y controlar el proceso de cultivo desde el inicio nos aporta muchas ventajas que no obtendremos si nos vamos a lo fácil.

Las ventajas de germinar nuestras propias semillas nos facilitará muchísimo la tarea en el huerto. Las semillas de cada zona, nos proporcionarán plantas más resistentes a las plagas y a las enfermedades y se adaptarán con mayor facilidad a nuestra climatología.
Además, tal y como os comentaba al principio, estaremos contribuyendo a recuperar y a conservar variedades que de otro modo se acabarían perdiendo.
Es muy tentador, sobre todo cuando empezamos, cultivar una variedad de tomate por su aspecto, porque lo hemos probado en algún restaurante o lo hemos visto en algún vídeo de YouTube.
Nos ha pasado a todos, pero antes lo primero que tenemos que tener en cuenta es de si esa planta se adaptaría a las condiciones de suelo, climatología de nuestra huerta. De poco nos vale poner una planta de tamarillo en un huerto situado en Lugo, si con las heladas del invierno se nos echa a perder.
A continuación, os dejo un vídeo en el que podéis ver mi pequeño banco de semillas, aunque a día de hoy ya tiene bastantes más semillas, y el lugar y las condiciones en las que las guardo para que os sirva de referencia.
Por si te interesa, te mostramos el resto de consejos de Diario Dun neno labrego.