Cómo multiplicar Agaves o piteras

Cuando tenemos plantas en contenedor, llega un momento en que es conveniente trasplantarlas del recipiente. Podéis aprovechar ese momento para dividirlas y multiplicarlas o para sanear el sustrato y volverlas a introducir en el mismo contenedor.

Esta planta es un Agave. Son plantas crasas con hojas anchas y, la mayoría de ellas, acaban en un pincho muy picudo.

Lo que vamos a hacer es sacar esta variedad tan grande para sanearla y dividirla. En este caso, tiene las hojas alargadas y finas.

Los Agaves se desarrollan muy bien en contenedor. Al ser plantas crasas, no son muy exigentes en cuanto a volumen de sustrato y sus cuidados son muy sencillos: evitar los encharcamientos en el sustrato o tierra.

Con un poco de fuerza y mañana, tratamos de sacar el cepellón del contenedor. Si lo necesitáis, podéis ayudaros de un serrote para hacerlo.

Los contenedores de barro son porosos y, como las plantas crasas y muchos cactus tienden a general mini raíces, estas se acaban introduciendo en los microporos del barro. ¿Lo sabíais? De ahí que, a menudo, sea necesaria la utilización del serrote para este paso.

Cómo multiplicar agaves o piteras

Nos ponemos manos a la obra a dividir este Agave. Cortamos con el serrote el cepellón, evitando dañar los hijuelos.

Si veis que os cuesta, podéis ayudaros de un hacha como ha hecho Iñigo. Tened cuidado de no cortar las raíces inferiores que están espiralizadas.

Una vez cortada a la mitad, hacemos lo mismo con cada parte.

Vamos a utilizar un sustrato muy poroso para evitar el encharcamiento de la tierra, principal factor que condiciona el crecimiento de estas plantas.

Si observáis que tiene alguna hoja dañada, cortadla. Haced lo mismo con las hojas de la parte inferior para propiciar un mejor crecimiento de las raíces.

Podemos hacer lo mismo con otras variedades. Pero, para evitar que os pinchéis con sus puntas, os recomendamos que antes retiréis con un cortaúñas cada una de ellas. En este caso, vamos multiplicar este Agave enano.

Volcamos la planta y, con cuidado, cortamos la base desde donde sale cada hijuelo con sus respectivas raíces. ¡Y listo! Retiramos las hojas de la base que están secas y lo plantamos en un tiesto.