Os mostramos los diferentes materiales de acolchado, diferenciando entre el orgánico y el inorgánico. ¡No os lo perdáis!
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Jardinatis, 27 de febrero de 2023
Suelos y abonos
Os mostramos los diferentes materiales de acolchado, diferenciando entre el orgánico y el inorgánico. ¡No os lo perdáis!
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Jardinatis, 27 de febrero de 2023
Hay dos tipos de acolchado, el orgánico y el inorgánico. El orgánico es el más utilizado ya tiene un coste más bajo y, además, ofrece nutrientes a la tierra mientras la protege. El inorgánico incluye materiales minerales (piedras y gravas) y plásticos. No son tan económicos pero tienen un valor decorativo mayor, ofreciendo amplias posibilidades con formas y colores variados.
Una buena alternativa es combinar los distintos materiales entre sí, según la función que queramos que realicen.
Corteza de pino: Es un material de deshecho de la industria maderera que, debidamente triturada y cribada, constituye uno de los materiales de acolchado más accesibles que existen en el mercado hoy en día. Se puede comprar ya envasada en sacos pero, si vamos a necesitar grandes cantidades, también existe la posibilidad de comprarla a granel. La corteza de pino permite que la tierra conserve un grado de humedad perfecto, lo cual favorece el desarrollo de las raíces. Además, debido a su pH ácido, las semillas de las hierbas no pueden germinar, evitando así su aparición.
Paja: Hoy en día es un subproducto agrícola que podemos encontrar en todo el país. La paja está formada por las hojas y tallos secos de los cereales, es decir, se trata de un residuo orgánico consistente que tardará varios años en descomponerse totalmente. Sin duda, es el acolchado más económico y, al igual que los otros materiales para acolchar, mantiene un grado óptimo de humedad. Su mayor inconveniente es que, al contrario de los otros acolchados, no evita en la misma medida la aparición de hierbajos.
En cambio, su mayor ventaja es que, una vez descompuesta la paja, este acolchado aporta a la tierra una gran cantidad de materia prima que favorece el crecimiento de las plantas. Si optamos por la paja, es aconsejable añadir una capa de entre 10 y 20 cm. de espesor. Además, según se vaya descomponiendo, habrá que aportar nuevas capas.
Grava volcánica: Proviene de la trituración de rocas procedentes de zonas volcánicas. Es un material pétreo pero muy poroso, lo cual le aporta ligereza. En zonas volcánicas, como la isla de Lanzarote, por ejemplo, la grava volcánica se utiliza como acolchado de casi todos los cultivos. Tiene la cualidad de poder conservar el rocío matinal, aportando un grado de humedad a la tierra que permite el cultivo de muchas plantas en zonas casi desérticas sin necesidad de un riego excesivo. La grava volcánica resulta muy decorativa, aunque no es excesivamente económica y, sin duda, es el acolchado perfecto para jardines áridos compuestos por plantas crasas.
Gravas y guijarros de colores: Ofrecen protección al terreno y permiten una amplio abanico de posibilidades decorativas. Evitan en gran medida la aparición de maleza, pero es aconsejable colocar una malla antihierbas bajo la graba para asegurarnos. También, se puede añadir un poco de abono de liberación lenta antes de realizar el acolchado, ya que las gravas no proporcionan nutrientes a la tierra.
Plásticos: La utilización de plásticos para acolchar es muy común en la agricultura, ya que están pensados para acolchar extensiones amplias. Con ellos se protege el terreno de las inclemencias del tiempo, evitando la erosión del viento y las lluvias. Además, se mantiene la humedad y se regula la temperatura del suelo. Existen varios tipos según su función: transparentes que conservan el terreno a una buena temperatura y favorecen el desarrollo de la plantación, opacos y oscuros para evitar el crecimiento de hierbas no deseadas, de doble cara con un lado negro y otro blanco que permite la reflexión de la luz...