Cortejo de las aves en primavera: el espectáculo natural que no te puedes perder

Cada año y con la llegada del buen tiempo propio de la primavera, comienza uno de los fenómenos más llamativos del reino animal: el cortejo de las aves. Los jardines, campos y bosques se llenan de trinos, vuelos acrobáticos y colores brillantes. ¿Te suena? Sí, porque las aves buscan pareja, y lo hacen de maneras tan variadas como sorprendentes.
Un comportamiento que no solamente es bello de ver. Es también una pieza clave en la reproducción y evolución de muchas especies. Porque, ¿te has preguntado en alguna ocasión qué significan esos cantos al amanecer o por qué ciertos pájaros parecen bailar?
Si es así, sigue leyendo y conocer qué hay detrás de este espectáculo natural.

¿Por qué las aves cortejan en primavera?
La primavera es, sin duda, la temperatura ideal para criar. Las temperaturas suben, la comida abunda y los días alargan. Todos estos condicionantes influyen en el comportamiento de las aves, que activan su sistema hormonal y entran en, lo que se podría denominar, modo conquista.
Durante este periodo de tiempo, los machos despliegan todo el repertorio que tienen para atraer a las hembras. Sus pasos prohibidos. ¿El objetivo? Demostrar que son fuertes, están sanos y gozan de las mejores condiciones para sacar adelante a sus potenciales crías.
Tipos de cortejo: una diversidad fascinante
Canto: la primera señal de conquista
El canto es una de las formas más comunes de cortejo. Los machos cantan con el objetivo de llamar la atención de las hembras y a la vez, advertir a otros competidores de que ese territorio está ya ocupado.
Por ejemplo, el ruiseñor emite melodías complejas y largas que pueden durar varios minutos sin repetirse en ningún momento. En la medida en que más elaborado sea el canto, más posibilidades tiene de atraer a su pareja.
Colores brillantes: genética a la vista
Los colores vibrantes del plumaje son normalmente señales de buena salud. En especies como el pavo real, la cola desplegada con ojos brillantes no es solo un espectáculo visual o un tipo de lenguaje animal, sino una demostración de vitalidad.
Las hembras, al escoger al macho con el plumaje más brillante y simétrico, están seleccionando genes fuertes para sus futuras crías.
Bailes y rituales: más que coreografía
Algunas aves tienen la capacidad de bailar. Sí, como lees. Un ejemplo es el ave del paraíso, que realiza movimientos complejos, giros y saltos a la vez que muestra sus plumas.
Realmente, lo que puede parecer un show artístico, es en verdad una prueba de coordinación, resistencia y fuerza. Una demostración de valía a la hora de buscar pareja.
Nidos decorados: arquitectura romántica
En especies como el sastrecillo o el tejedor, el macho construye un espectacular nido como parte del cortejo. En ocasiones, lo adorna con plumas, flores o elementos brillantes. Y todo a expensas de la opinión de la hembra: es decir, si aprueba el tipo de nido fabricado, significa que acepta aparearse con él.

¿Cómo eligen las hembras a su pareja?
Si bien es cierto que desde fuera parece que todo se trata de belleza o melodía, la lección de la pareja responde a unos criterios del todo claros y concisos. Esto se debe a que las hembras analizan la calidad del canto, la forma del nido, la intensidad del plumaje e incluso, el comportamiento protector del macho.
Señales que les permiten identificar a los machos más aptos genéticamente, aumentando de esta formas las probabilidades de que sus crías sobrevivan.
Casos asombrosos del cortejo en aves
- Ruiseñor: Su particular canto se ha convertido en un símbolo de poesía y romance gracias a su riqueza melódica.
- Ave del paraíso: Como ya hemos mencionado, realiza rituales tan complejos que parecen coreografías ensayadas.
- Pavo real: Su cola en forma de abanico no solamente es bella, sino que es un fiel reflejo de su estado de salud.
- Tejedor: Capaz de crear auténticas obras maestras colgantes con el fin de conquistar a su amada.
Curiosidades evolutivas del cortejo en aves
Aprendizaje vocal
Algunas especies como el pinzón cebra tienen que oír cantos desde pequeños para poder cantar correctamente. En el supuesto de que no lo hagan, su canto será pobre y no atraerán pareja alguna.
Selección sexual extrema
En el caso del ave del paraíso, los machos han logrado desarrollar plumajes y danzas cada vez más asombrosos, porque las hembras han premiado esas características durante varias generaciones.
Roles invertidos
En aves como las jacanas, son las hembras quienes compiten por conquistar a los machos. Ellas cortejan, y ellos se encargan de incubar los huevos y cuidar a los polluelos.
Cortejos falsos o de práctica
Conviene señalar que algunos jóvenes tienen la costumbre de imitar los rituales de cortejo que emplean los adultos, siempre como parte del aprendizaje, sin una intención real de reproducirse.
Machos tramposos
En ciertas especies, como bien puede ser el carricero común, un solo macho es capaz de cuidar varios nidos a la vez. Claro, sin que las hembras lo sepan. Todo un ejemplo de poligamia encubierta dentro del mundo de las aves.

Cómo observar el cortejo desde casa
Pero la buena noticia es que no es necesario que viajes a lugares remotos para disfrutar del cortejo de las aves. En cualquier jardín, parque urbano o incluso tu ventana, puedes ver:
- Mirlos persiguiéndose entre arbustos.
- Gorriones cantando desde lo alto de un árbol.
- Tórtolas acicalándose mutuamente en ramas o cables.
Recuerda, solamente tienes que detenerte, observar y prestar atención a los pequeños detalles que la naturaleza nos regala, al igual que el Carnaval propio que celebran ciertos animales.
En resumen, el cortejo en primavera cumple una función vital: asegurar la reproducción y mejorar la calidad genética de las próximas generaciones de aves. No es solo un espectáculo visual o sonoro. No. Estamos ante una maravillosa muestra de cómo la naturaleza es capaz de combinar belleza, estrategia y evolución.
Ahora que ya sabes cómo funciona el cortejo de las aves en primavera, ¿qué ritual descubrirás primero? Escucha, observa y deja que la naturaleza te sorprenda. Una y otra vez.