Hay gente que sigue dando sobras a su perro y no sabe el riesgo que supone

¿Le das un trozo de croqueta, jamón o pan a tu perro cuando te mira con carita de pena? Seguro que sí. A diario, miles de perros en nuestro país reciben sobras de nuestros platos. Y ellos encantados, como no podía ser de otra manera.
Pero lo que comienza como un poquito nada más, puede acabar en problemas de salud o visitas al veterinario. Presta atención a lo siguiente. Igual te sorprendes.
No es comida, es un cóctel humano
Como bien sabrás, tu perro no come de la misma forma que tú. Aunque te mire con cara de yo también quiero, su estómago no está preparado en ningún caso para nuestras salsas, condimentos ni grasas.
Porque las sobras humanas pueden estar llenas de ajo, sal, azúcar (véanse los dulces típicos de Navidad), cebolla o ingredientes que, para ellos, no son un capricho: más bien, una auténtica bomba de relojería.

Lo que parece cariño puede ser un problema
Dar sobras a tu perro a diario puede provocar:
- Sobrepeso: un trozo de pan cada día puede hacer que engorde.
- Diarrea o vómitos: son muchos los que no digieren bien la comida que tú sí.
- Desequilibrio nutricional: las sobras no aportan los nutrientes que necesita.
- Caprichos y mal comer: se vuelve tiquismiquis y deja de lado el pienso.
El clásico error: es solo un huesito
¿Le das huesos de pollo cocido? No es una buena idea. Aunque parezca lo más natural del mundo, los huesos cocidos pueden astillarse y provocar desde atragantamientos hasta perforaciones intestinales.
La trampa emocional del: es que me mira así
Lo que están claro es que un perro sabe a la perfección qué cara poner cuando quiere algo. Si le das sobras cada vez que te lo suplica, acabarás reforzando una conducta un tanto peligrosa.
Algunos perros acaban por exigirte alimentos, se vuelven ansiosos durante tus comidas e incluso, agresivos si no consiguen lo que quieren.
Todo comienza con una mirada... y termina con un fuerte ladrido al plato.
¿Hay alimentos humanos seguros?
Sí, pero con ciertos matices. Algunos puedes darle de forma puntual, cocinados de manera simple y sin añadidos:
- Pollo cocido sin sal ni piel.
- Arroz blanco.
- Zanahoria cruda o cocida.
- Queso .
- Plátano maduro (en trozos pequeños).
- Pepino .
- Manzana sin pepitas.
- Yogur natural (sin azúcar).
Pero recuerda que, nunca y bajo ningún concepto, van a sustituir su comida habitual. Son premios puntuales, no su dieta diaria.
Lista negra de alimentos prohibidos
Esto sí que no, ni siquiera un poquito. Olvídate:
- Chocolate.
- Cebolla y ajo.
- Uvas y pasas.
- Aguacate.
- Productos con xilitol (edulcorante).
- Café y té.
- Alcohol.
- Huesos cocidos.
Muchos de los alimentos de este listado son tóxicos, incluso en pequeñas cantidades.
¿Qué puedes hacer en lugar de dar sobras?
Pero no desesperes, a continuación te dejo algunos trucos prácticos que te van a venir muy bien. Ya lo verás:
- Establece una serie de horarios fijos de comida para él.
- Utiliza snacks especiales para perros como premio.
- No le des nada mientras estás comiendo (y menos, si está fuera de horario).
- Si no sabes qué darle o tiene problemas digestivos, consulta al veterinario.
Una excelente alternativa es prepararle premios caseros con ingredientes del todo seguros. Existen recetas muy sencillas elaboradas con zanahoria, plátano y avena que le encantarán.

¿Y si ya está acostumbrado a las sobras?
No pasa nada, es una situación que se puede reconducir. De la misma forma que cualquier hábito, requiere constancia, algo de paciencia y no ceder solo una vez más.
La idea es ir reduciendo las sobras poco a poco, reforzando con premios más saludables y marcando una serie de límites durante tus comidas.
Al principio protestará, sí. Pero luego tranquilo, porque se adaptará. Además, no le queda otra.
En definitiva, es probable que lo hagas con la mejor intención del mundo. Pero darle sobras a tu perro todos los días es más perjudicial que beneficioso.
Es preferible que le des solo lo que realmente necesita, tanto por su salud como por su bienestar y porque lo quieres. Recuérdalo.