Esta araña gigante parecía extinta, pero ahora está multiplicándose

La araña de los pantanos o araña de balsa, científicamente conocida como Dolomedes plantarius.
La araña de los pantanos o araña de balsa, científicamente conocida como Dolomedes plantarius.

Hace unos diez años, un ambicioso plan de conservación comenzó a liberar miles de ejemplares de la popular araña Dolomedes plantarius en los humedales de Europa. Una apuesta arriesgada que un principio fue considerada como un intento desesperado por salvar a una especie en peligro. Pero, ¿y si te dijera que fue todo un éxito?

Aunque bien es cierto que la idea de que unas arañas gigantes estén expandiéndose por toda Europa puede ser una noticia no tan bien recibida por las personas con aracnofobia. Todo hay que decirlo.

Puede desplazarse sobre la superficie del agua y cazar diversas presas acuáticas.
Puede desplazarse sobre la superficie del agua y cazar diversas presas acuáticas.

Una araña que camina sobre el agua

La araña de los pantanos o araña de balsa, científicamente conocida como Dolomedes plantarius, es una de las especies más impresionantes de la naturaleza. Sin duda alguna, estamos hablando de una araña gigante (a pesar de que la araña más grande del mundo es la Tarántula Goliat), ya que cuenta con un tamaño que puede superar los 7 cm sin incluir sus patas.

A pesar de todo, su característica más llamativa es que puede desplazarse sobre la superficie del agua y cazar diversas presas acuáticas como insectos, renacuajos e incluso, peces pequeños.

Con motivo de la destrucción de los humedales, su hábitat natural, la población de esta araña se redujo drásticamente. El drenaje de estos espacios para fines agrícolas y la urbanización puso a esta especie al borde de la extinción.

El ambicioso plan para salvarla

Con el objetivo de revertir su declive, se creó un plan del todo innovador. ¿Quiénes estaban detrás? La Real Sociedad para la Protección de las Aves (RSPB) y un equipo de investigadores del Zoológico de Chester (Reino Unido).

Criaron miles de ejemplares en cautiverio, alimentándolos manualmente hasta que alcanzaron un tamaño adecuado para ser liberados en algunos humedales restaurados.

Fue un rotundo éxito. Y es que hoy en día el Reino Unido cuenta con una población estable de más de 10.000 hembras reproductoras y otros países europeos, como España y Francia, han iniciado proyectos similares.

Recientes estudios han confirmado la presencia de esta especie en el Delta del Ebro, expandiendo así su distribución más al sur de lo que en un principio se podría esperar.

Una amenaza o una aliada del ecosistema

A pesar de que la idea de una araña gigante recorriendo los humedales puede generar una lógica inquietud, los expertos aseguran que no existe ningún motivo para la alarma.

La Dolomedes plantarius es una especie bastante tímida, que normalmente evita el contacto con los humanos y además, su mordedura no representa en sí ningún peligro significativo. No se parece en nada a la Araña Bananera o Phoneutria de la que ya dimos buena cuenta.

Aunque más allá de los miedos infundados, esta araña tiene un papel decisivo relacionado con la regulación de las poblaciones de insectos acuáticos, manteniendo el equilibrio ecológico.

Por si esto fuese poco, su mera presencia indica que los humedales se encuentran en buen estado de conservación, lo que es positivo para otras especies y es de ayuda en la lucha contra el cambio climático.

Tiene un papel decisivo relacionado con la regulación de las poblaciones de insectos acuáticos.
Tiene un papel decisivo relacionado con la regulación de las poblaciones de insectos acuáticos.

¿Se expandirá por toda Europa?

El tremendo éxito de este programa británico ha llevado a otros países a considerar la reintroducción progresiva de esta especie en sus propios ecosistemas. En Francia, por ejemplo, ya se han documentado pequeñas poblaciones en algunas regiones como Normandía o Picardía.

Tras este éxito, se abre un debate interesante: ¿Deberían seguir otros países este modelo de conservación? Todo invita a decir que sí, puesto que la restauración de hábitats mediante la reintroducción de especies clave está demostrando ser una estrategia efectiva de cara a recuperar ecosistemas dañados.

En definitiva, el regreso de la Dolomedes plantarius demuestra que la restauración de los ecosistemas es posible y que, además, se puede generar un impacto del todo real y medible.

Y es que más allá del pánico que puedan generar algunas arañas de gran tamaño, su presencia es un indicador fiable relacionado con la conservación de los humedales, espacios clave para la estabilidad climática y la biodiversidad.

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