Estas son las presas que los lobos cazan con más frecuencia

Los lobos han sido siempre asociados con ataques al ganado, y más concretamente a las ovejas. Cuentos infantiles como Caperucita Roja o Los tres cerditos dan buena fe de ello. Sin embargo, investigaciones recientes aseguran que su clase de presa favorita es muy diferente.
En el siguiente artículo analizamos qué animales cazan en realidad los lobos y los motivos por los que prefieren ciertas especies. Una información especialmente relevante para pastores, ganaderos y curiosos o amantes de la fauna salvaje. Y tú, ¿qué piensas?

¿Los lobos realmente prefieren el ganado?
Mitos sobre los lobos y el ganado
Durante varios siglos, se ha creído que los lobos atacan principalmente a ovejas y otros animales domésticos. A pesar de esto, diversos estudios recientes aseguran que esta creencia no se corresponde con la realidad. Aunque los ataques ocurran, no es la norma habitual.
Diferencia entre lobos vagabundos y estacionarios
Aunque conviene señalar que tal y como confirman los expertos, no todos los lobos se comportan de la misma manera. Por ejemplo, los lobos estacionarios, que ya han establecido su territorio, cazan en su mayoría presas salvajes. Por su parte, los lobos que vagan cuentan con más posibilidades de atacar el ganado.
La verdadera clase de presas que prefieren los lobos
Ciervos, corzos y jabalíes en la dieta del lobo
Varias investigaciones realizadas en España y Dinamarca (Universidad de Aarhus) revelan que los lobos prefieren decantarse por los ungulados salvajes como (animales con pezuñas):
- Corzo (Capreolus capreolus) : Conforma la mayor parte de su dieta.
- Ciervo rojo (Cervus elaphus) : También habitual, aunque consumido en menor proporción.
- Jabalí (Sus scrofa) : Una presa común dentro del menú de los lobos.
¿Por qué los lobos prefieren ungulados silvestres?
Es preciso indicar que los lobos eligen su clase de presas en relación con su disponibilidad y su instinto de caza. Por lo general, prefieren los animales salvajes, debido a que están adaptados a perseguir y atrapar a las presas dentro de su hábitat natural.
Pero es que hay más, puesto que las manadas organizan determinadas estrategias de caza que les permiten abatir grandes presas con una mayor facilidad.
¿Qué ocurre cuando hay pocos ungulados?
Cuando los ungulados escasean, a los lobos no les queda más remedio que recurrir al ganado, en mayor medida si no está protegido convenientemente. Solo hay que comprobar cómo, en zonas donde hay abundantes ciervos y corzos, el número de ataques al ganado disminuye de manera considerable.
Impacto de los lobos en los ecosistemas
Reguladores naturales de poblaciones
Pero también es importante desmitificar esa imagen negativa que acompaña a los lobos desde siempre. En realidad, cumplen un papel crucial en los ecosistemas, manteniendo el equilibrio de las poblaciones de ungulados salvajes y evitando, a su vez, la sobrepoblación.
Una acción que beneficia tanto a agricultores como ganaderos, puesto que evita daños en cultivos y pastizales.
¿Cómo reducir los ataques al ganado?
Existen ciertas medidas que pueden ayudar a minimizar de manera considerable los eternos conflictos entre lobos y ganaderos:
- Vigilancia y protección del ganado con perros pastores y cercados adecuados.
- Incrementar la población de corzos o ciervos, para que los lobos no se vean en la necesidad de buscar otras fuentes de alimento.
- Controlar el acceso a la carroña, tratando de evitar que los lobos se acostumbren a alimentarse de restos de animales domésticos.
- Uso de métodos no agresivos, como luces intermitentes o repelentes sonoros, con el fin de ahuyentar a los lobos.

La convivencia entre lobos y ganaderos es posible
En nuestro país, la percepción del lobo ibérico como una amenaza directa y real para el ganado ha generado diferentes debates a lo largo de la historia. Tanto en el mundo real como en la ficción.
A pesar de ello, varias evidencias científicas han certificado que su clase de presas preferida son los corzos, ciervos o jabalís, los denominados ungulados salvajes.
Por tanto, los lobos no son los devoradores de ganado que muchos piensan. Esa imagen debería ser modificada, ya que no se corresponde con la realidad.
Gracias a una mejor gestión de los ecosistemas y estrategias de convivencia, es posible minimizar los enfrentamientos y proteger tanto al ganado como a los lobos.