Historia del Gato Singapura
Como su propio nombre indica, procede de Singapur, donde solía vivir en tuberías para protegerse del calor en verano y protegerse de los peligros de la zona. Se les llamaba gatos de desagüe y se cree que es un cruce entre gatos abisinios y gatos burmeses.
El gato singapura fue descubierto en 1970 por unos criadores estadounidenses que lo expandieron fuera de Asia. Los criadores se preocuparon mucho por desarrollar una apariencia uniforme y una buena salud en los singapura. Esto provoca que el número de representantes de esta raza sea muy limitado, pero gozan de gran aceptación y amplia distribución.

Características del Gato Singapura
El tamaño del gato singapura es una de las características que más llama la atención. De hecho, se considera la raza de gato más pequeña que existe (pásate por nuestro artículo sobre los gatos que menos crecen para conocer a otros felinos parecidos). No llegan a pesar más de 3 o 4 kilogramos. A pesar de su reducido tamaño, tienen una buena musculatura y un cuerpo delgado pero atlético y fuerte. Esto le proporciona buenas habilidades de salto.
El Singapura tiene un pelaje corto y sedoso, y el único color aceptado para su raza es el sepia. Los gatitos cuando nacen son mucho más claros y no es hasta los 3 años de edad cuando se considera que su pelaje sedoso está totalmente desarrollado y con su color definitivo. El color del pelaje del singapura parece casi monocromático, mientras que el pelo individual alterna entre el color claro y el oscuro. Este característico color se debe a una mutación, conocida como albinismo parcial.
Comportamiento del Gato Singapura
El carácter del gato singapura es muy tranquilo. Son cariñosos, curiosos e inteligentes, lo que les lleva a buscar a sus dueños constantemente para que les den caricias. Como cualquier gato, buscará las alturas para acomodarse y tener una vista panorámica del lugar. A diferencia de otros gatos asiáticos, no maúlla tan frecuentemente ni tan agudo.
Pueden ser algo reservados con los extraños, pero con tiempo y paciencia se irán abriendo a los desconocidos. Son gatos perfectos para familias, ya que se llevan muy bien con niños y otras mascotas.
Su naturaleza sociable les hace seguir continuamente a sus humanos en búsqueda de atención. De hecho, se suele recomendar cuando se tiene un gato singapura, tenerlo con otro compañero felino. Debido a su inteligencia, conviene proporcionarle juguetes y horas de juego de manera que podamos estimularlo.

Cuidados del Gato Singapura
Una gran ventaja es el tipo de pelo del gato singapura, ya que es corto y no tiene tendencia a caerse demasiado, por ello, no necesitarán más de 1 o 2 cepillados semanales. Para ello, te recomendamos que lo acostumbres desde pequeños, y es que necesitan cepillados para retirar el exceso de pelo y evitar los tricobezoares. Además, fortalecerás el vínculo.
Para garantizar las necesidades alimentarias específicas del gato singapura puede ser aconsejable complementar la comida convencional con suplementos. Estos contienen, por ejemplo, vitaminas, minerales, oligoelementos y taurina. Para averiguar cuáles son las necesidades nutricionales de tu minino puedes consultar a tu veterinario de confianza. Básicamente cada gato es un ser independiente y tiene sus preferencias, entre ellas la comida. Ya sea pienso o comida húmeda, la calidad es decisiva.
Su piel se mantiene sana sin esfuerzo, puesto que su tipo de pelo no es propenso a generar problemas dérmicos. El aseo que el felino se proporciona a sí mismo será suficiente para asegurar una piel en buenas condiciones, siempre que no notemos algún cambio que nos extrañe.

Salud del Gato Singapura
Una de las enfermedades que puede sufrir esta raza es la deficiencia de la Piruvato Quinasa, una enfermedad hereditaria que afecta a esta y otras razas felinas. La Piruvato quinasa es una enzima que interviene en el metabolismo de los azúcares en los glóbulos rojos. Si hay deficiencia de esta enzima, los glóbulos rojos mueren, causando una anemia con los síntomas asociados: taquicardia, taqipnea, palidez de las mucosas y debilidad.
También están más predispuestos a sufrir atrofia retinal progresiva, que consiste en una pérdida progresiva de la visión con degeneración de los fotorreceptores y ceguera a los 3-5 años de edad.
Su esperanza de vida está más o menos en los 15 años, requiriendo visitas habituales al veterinario una vez se ha convertido en gato senior (8-10 años) para revisar que todo va bien.