La enfermedad inflamatoria intestinal en gatos o IBD en gatos es una enfermedad inflamatoria crónica del intestino delgado. Habitualmente afecta a gatos de mediana edad (6-7 años) y mayores. Lo que ocurre con esta patología es que se infiltran células inflamatorias en la capa mucosa del intestino.
No están claras las causas del IBD en gatos, pero se pueden deducir varias hipótesis:
- Una interacción anormal entre el sistema inmunitario y la flora intestinal.
- Alteración autoinmune contra el propio epitelio del intestino.
- Respuesta a antígenos bacterianos, parasitarios o dietéticos del intestino.
- Fallo en la permeabilidad de la mucosa intestinal que provoca una mayor exposición a esos antígenos.
Aunque es una enfermedad más común en gatos de mediana edad, no hay una edad específica a la que pueda ocurrir. No se han registrado diferencias por razón de sexo, pero se ha visto que ocurre más a menudo en gatos siameses, persas e himalayos.

Síntomas del IBD en gatos
La sintomatología es parecida a la del linfoma intestinal.
- Pérdida de peso.
- Vómitos.
- Apetito anormal.
- Sangre o moco en las heces.
- Dolor abdominal.
- Debilidad general.
- Letargia.
- Deshidratación.
- Mal pelaje.
Es muy importante acudir rápidamente al veterinario para diagnosticar la enfermedad y no confundir los síntomas con los de un linfoma.
Diagnóstico del IBD en gatos
El veterinario llevará a cabo un análisis de sangre y tomará una muestra de heces para buscar parásitos intestinales. También es frecuente recurrir a la ecografía abdominal, que suele mostrar un intestino delgado engrosado. La biopsia es otra técnica utilizada para el diagnóstico. Se hace mediante endoscopia o, preferiblemente, laparotomía exploratoria.
Las pruebas realizadas tienen el objetivo de descartar otras posibles patologías. El diagnóstico definitivo y el diferencial con el linfoma se obtendrá con el análisis histopatológico de las muestras obtenidas por biopsia de endoscopia o laparotomía.
Tratamiento del IBD en gatos
La enfermedad inflamatoria intestinal en gatos tiene tratamiento, pero hay que ir ajustándolo a la evolución del animal. Está demostrado que los gatos con esta enfermedad que se cambian a una dieta hipoalergénica suelen notar mejorías. Esto es debido a que disminuye el sustrato para que crezcan las bacterias, aumenta la absorción intestinal y reduce el potencial osmótico.
En cuanto a los medicamentos, si se demuestra una cantidad baja de vitamina B12, se debe suplementar a dosis de 250 microgramos por vía subcutánea una vez a la semana durante 6 semanas. Normalmente, los veterinarios suelen prescribir antibióticos durante 2 semanas. Por otro lado, se utilizan corticoides como la prednisolona a dosis inmunosupresoras.
Este artículo es puramente informativo y se basa en generalizaciones, por lo que siempre recomendamos desde Hogarmania acudir al veterinario para un correcto diagnóstico y tratamiento de la enfermedad.

IBD en gatos: esperanza de vida
Lo primero que hay que aclarar es que esta enfermedad se trata pero no se cura. El tratamiento aspira a aportar al gato la mejor calidad de vida y, aunque no se erradican los síntomas, muchos gatos responden bien al tratamiento dietético y médico.
Pienso para gatos con IBD
En cualquier caso, será el veterinario quien indique cuál es el mejor pienso para gatos con IBD en función de su caso particular.
Preguntas frecuentes sobre salud en gatos
¿Cómo saber si mi gato tiene una enfermedad intestinal?
Hay varios síntomas que pueden ser signo de algún problema digestivo en tu felino:
- Regurgitación o vómitos con bolas de pelo.
- Mal aliento.
- Diarrea o constipación.
- Renuencia a comer o te cuesta que coma.
- Pérdida de peso o dolor abdominal.
¿Cómo mejorar la flora intestinal de un gato?
La mejor manera de mantener la flora intestinal es con la ayuda de probióticos naturales. En el caso de los gatos, elige uno específicamente diseñado para él.