El cotón de Tulear, originario de Madagascar, es un perro de blanca y sedosa melena y carácter cariñoso. Te contamos todo lo que debes saber sobre esta raza.
ÍNDICE DE CONTENIDOS
Sergio Martínez, 23 de marzo de 2023
Razas
El cotón de Tulear, originario de Madagascar, es un perro de blanca y sedosa melena y carácter cariñoso. Te contamos todo lo que debes saber sobre esta raza.
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Sergio Martínez, 23 de marzo de 2023
El cotón de Tuléar, a veces llamado perro malgache, es un bonito perro procedente de Madagascar que destaca tanto por su atractivo aspecto físico -su cuerpo está cubierto por una suavísima melena algodonosa a la que debe su nombre- como por su carácter leal y cariñoso.
Este pequeño perro es además muy versátil y puede convertirse en el compañero ideal tanto para familias como para personas que vivan solas, incluso en pisos pequeños o entornos urbanos.
En este artículo vamos a contarte todo lo que hay que saber sobre el cotón de Tuléar para que te familiarices con esta curiosa raza y decidas si podría encajar con tu estilo de vida. Origen, características, educación, salud y más: es el momento de conocer mejor al cotón de Tuléar.
El cotón de Tuléar es un perro originario de Madagascar, un país insular situado en el sudeste de África.
Se cree que los antepasados del cotón de Tuléar fueron perros de la familia de los bichones que llegaron a la isla entre los siglos XVI y XVII a bordo de barcos piratas o quizás traídos por marineros y comerciantes portugueses o ingleses.
No está claro si los antepasados del cotón viajaban en los barcos como perros de compañía o si se los utilizaba para el control de alimañas. Sea como sea, se quedaron en Madagascar y la raza comenzó a desarrollarse allí.
Tuléar es, de hecho, una ciudad malgache, que hoy en día recibe el nombre de Toliara. La raza fue descrita por primera vez por Étienne de Flacourt, gobernador francés de Madagascar.
Poco dotado físicamente para la caza o la protección, el cotón de Tuléar fue siempre un perro de compañía tanto para los malgaches (en especial para las clases altas y la nobleza de las principales tribus) como para los europeos que vivían en la isla, y que posteriormente lo llevaron de vuelta a Europa.
Por supuesto, la principal característica del cotón de Tuléar y la que le da nombre (coton significa "algodón" en francés) es su melena, con una textura suave y esponjosa similar a la del algodón y que parece tener su origen en una mutación genética.
Para mediados y finales del siglo XX, el cotón de Tuléar ya era considerado el perro nacional de Madagascar.
En 1970 fue aceptado y registrado por la Societé Centrale Canine francesa y solo dos años después, en 1972, por la Federación Cinológica Internacional (FCI). Por esas fechas comenzó también la difusión de la raza en América.
El cotón de Tuléar sigue siendo un perro relativamente desconocido en la actualidad, pero su popularidad va creciendo poco a poco a medida que más personas descubren todas las virtudes de este encantador animal.
El cotón de Tuléar es un perro ligero y de pequeño tamaño. Estas son sus medidas:
Los cotones tienen un cuerpo ligeramente más largo que alto, bien formado y más robusto de lo que podría parecer. Son perros compactos, fuertes y bien desarrollados.
La cabeza del cotón es triangular, con la trufa siempre de color negro. Los ojos son también negros, pero grandes, dulces y muy expresivos. Las orejas, de inserción alta, tienen forma de triángulo y caen ligeramente. La cola es corta, fina y está completamente cubierta de pelo.
La melena es, sin duda, el rasgo más característico de estos perros. Suelen tener un pelaje largo, denso, pero muy fino y de textura suave y agradable, como el algodón que les da nombre.
Según indica la FCI, el color principal del cotón de Tuléar es siempre blanco, aunque se aceptan toques grises o rojos en las orejas.
No obstante, otras organizaciones cinológicas recogen estándares diferentes y es posible encontrar cotones que combinan la base blanca con otros esquemas de colores: gris y marrón en la cabeza y las orejas, manchas negras en la cola y el lomo, etc.
Así pues, aunque la imagen icónica de un cotón de Tuléar es la de un perro completamente blanco, la raza presenta cierta diversidad.
Ya decíamos al principio de este artículo que los cotones de Tuléar no solo destacan por su curioso aspecto físico, sino también por su fácil y llevadero carácter.
Y es que los cotones son perros muy dulces y cariñosos que adoran jugar y pasar tiempo con su familia.
De hecho, son incluso un poco dependientes, por lo que no son adecuados para las personas que pasen mucho tiempo fuera de casa. Los cotones de Tuléar llevan muy mal pasar tiempo solos o no recibir suficiente atención.
Con la socialización adecuada (algo que en realidad es importante para cualquier perro), los cotones son canes seguros, confiados y capaces de llevarse bien tanto con las personas que conocen como con los desconocidos y, por supuesto, con otros animales.
Por su pequeño tamaño y su tendencia a confiar incluso en las personas que no conocen, estos perros no son buenos guardianes: si ven a un intruso, es más probable que quieran pedirle caricias que alertar de su presencia.
Los cotones son perros activos, pero no necesitan mucho ejercicio (basta con 30 minutos diarios de caminata) así que pueden vivir sin mayor problema en pisos pequeños, con personas mayores, niños, etc.
Además, como son inteligentes y están deseando complacer, su adiestramiento es muy sencillo. Son, por lo tanto, perros muy recomendables para personas sin experiencia previa.
El cotón de Tuléar posee una gran inteligencia natural y además, como acabamos de comentar, es un perro de naturaleza afectuosa y complaciente.
Así pues, resulta fácil adiestrar a estos perros y, con un enfoque positivo y un poco de paciencia, pueden aprender toda clase de órdenes y trucos.
Todos los perros pueden beneficiarse de practicar con regularidad ejercicios de obediencia y estimulación física y mental, y el cotón no es ninguna excepción. Incluso pueden destacar con facilidad en deportes caninos como el Agility.
No obstante, y como ya explicábamos, la principal necesidad de estos perros es la compañía.
Son auténticos perros falderos, como se suele decir, y existe el riesgo de que desarrollen problemas de estrés o ansiedad por separación si se los fuerza a pasar mucho tiempo solos.
Los cotones de Tuléar son perros saludables y, debido a que aún no son demasiado conocidos, no han sufrido problemas de crianza irresponsable o cruces inadecuados.
No existen complicaciones de salud específicamente asociadas a esta raza, por lo que los riesgos y las precauciones son similares a los de otros perros.
Recuerda siempre llevar a tu perro a revisiones veterinarias periódicas (cada 6 meses o al menos una vez al año) y sigue de forma estricta el calendario de vacunación.
Además de saludables, el cotón de Tuléar es un perro longevo que, con los cuidados adecuados, te acompañará durante mucho tiempo: su esperanza de vida es de entre 12 y 14 años.