¿Sabes cómo ablandar las pechugas de pollo? El truco de El As Carnicero para que el resultado sea "alucinante"

El As Carnicero, comparte en TikTok sus trucos para el uso y aprovechamiento de la carne,  / Fotos: el_as_carnicero
El As Carnicero, comparte en TikTok sus trucos para el uso y aprovechamiento de la carne, / Fotos: el_as_carnicero

Un sencillo gesto antes de cocinar las pechugas de pollo puede marcar la diferencia para que queden blanditas y jugosas. La clave nos la da El As Carnicero, un profesional de la carnicería que gracias a sus consejos prácticos y cercanos tiene miles de seguidores en redes sociales. ¡Toma nota, porque merece la pena probarlo!

¿En qué consiste el truco de El As Carnicero?

El pollo rebozado o empanado es uno de esos platos que nunca fallan en casa. A los más pequeños les encanta, y los adultos lo agradecen cuando queda bien hecho: crujiente por fuera, tierno por dentro. Pero no siempre es fácil conseguir que las pechugas de pollo queden jugosas. Muchas veces, al cocinarlas, terminan secas o duras, perdiendo todo su encanto. Por suerte, hay un truco muy sencillo que puedes aplicar para mejorar el resultado desde el primer momento.

El primer paso es básico, si la pechuga está entera, lo mejor es cortarla en filetes. Esto no solo facilita la cocción, sino que permite un mejor marinado y una textura más uniforme. Si ya la tienes fileteada, puedes pasar directamente a añadir unas especias al gusto, como sal y pimienta. Este aliño realza el sabor sin enmascararlo y deja la carne lista para lo importante: la técnica que marca la diferencia.

Esta idea nos lo da Mariano Sánchez, más conocido como El As Carnicero, un profesional con 33 años de experiencia en el oficio que comparte en redes sociales consejos muy prácticos para aprovechar mejor cada corte de carne. En este caso, su recomendación para lograr unas pechugas rebozadas tiernas y sabrosas es tan simple como eficaz: sumergir los filetes en leche.

Mariano Sánchez, El As Carnicero, experto en cortes y trucos para cocinar carne.
Mariano Sánchez, El As Carnicero, experto en cortes y trucos para cocinar carne. | el_as_carnicero

Basta con colocarlos en un cuenco y cubrirlos con leche. Luego se dejan reposar durante 30 minutos en la nevera. Este tiempo de reposo permite que la carne absorba parte del líquido, lo que ayuda a ablandar las fibras y a mantener la jugosidad durante la cocción. Se trata de una técnica casera y efectiva, perfecta para quienes buscan un resultado más sabroso sin complicarse demasiado.

Una vez transcurrido ese tiempo, solo queda empanar los filetes. Primero se pasan por huevo batido, después por pan rallado, y se fríen en aceite caliente hasta que queden bien dorados. El resultado, como dice el propio carnicero, son unas pechugas "que se va a comer tu chaval, el abuelo o la abuela al que le falta algún diente... unas pechuguitas de pollo rebozadas, empanadas, ¡alucinante!".

¿Te apetece llevar este truco a la práctica? Prueba esta deliciosa receta de pechugas de pollo rebozadas con salsa de tomate picante.

No puedo tomar leche ¿qué hago?

Si no puedes tomar leche, no te preocupes, El As Carnicero también tiene una alternativa apta para personas con intolerancia a la lactosa, alergia a las proteínas de la leche o que optan por seguir una dieta sin lácteos: usar leche sin lactosa. Esta opción cumple la misma función sin afectar a la digestión.

Y para quienes quieran experimentar, el yogur natural es otro sustituto válido. Su textura cremosa y su ligera acidez ayudan a conservar la ternura del pollo y aportan un toque extra de sabor.

Unas pechugas de pollo perfectas quedarán crujientes por fuera y tiernas por dentro.
Unas pechugas de pollo perfectas quedarán crujientes por fuera y tiernas por dentro.

Este tipo de marinados lácteos no son nuevos: se utilizan en muchas cocinas del mundo para ablandar carnes sin recurrir a productos químicos ni largos tiempos de cocción. El ácido láctico presente en la leche y el yogur actúa sobre las fibras musculares, haciendo que la carne sea más tierna. Además, este método aporta suavidad y sabor, algo que se nota especialmente en piezas magras como la pechuga de pollo, que tienden a secarse con facilidad.

Si quieres que tus pechugas de pollo rebozadas o empanadas queden de verdad tiernas y jugosas, este consejo merece un hueco en tu recetario habitual. Solo necesitas un poco de leche, media hora de reposo y ganas de disfrutar. Con un simple gesto, puedes convertir un plato corriente en uno que todos recuerden.

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